Un narco piloto estaría detrás del crimen de un ex concejal

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La investigación por el crimen del ex concejal y pastor Eduardo Trasante se centró en la cárcel santafesina de Piñero. Desde el pabellón 9 salieron parte de las órdenes para “organizar el plan criminal” que terminó con su vida, según entendieron los investigadores. Y el apuntado es un piloto comercial peruano procesado en una causa por narcotráfico que está detenido allí desde 2019. Esta semana le dictaron la prisión preventiva por dos años junto a otras dos personas.

Ya son cinco las personas detenidas por el crimen del pastor. El jueves pasado fueron imputados Julio Rodriguez Granthon, Alejo Leiva y Facundo López como partícipes primarios en el “desarrollo de un plan criminal” para matar a Trasante. Lo que aún no está claro es por qué lo hicieron.

Según entendieron los fiscales Gastón Ávila, de la Unidad de Homicidios Dolosos, y Matías Edery, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, que llevan adelante la investigación Rodríguez Granthon habría dado las órdenes para coordinar el plan homicida desde el pabellón 9 de la cárcel de Piñero.

Mientras que a Leiva, vecino de la víctima, le encontraron en su celular tres fotos del frente de la casa de Trasante que envío a “una persona que aún no está identificada”. Una de ellas tenía un círculo azul marcando la puerta de la vivienda de la víctima. Además los peritos hallaron otras dos imágenes con carteles que decían “x violador” y “nunca más vas a violar una mujer”. La difusión de este último material generó un cruce entre la fiscalía y la querella (ver aparte) y abrió una nueva línea de investigación sobre el móvil del crimen.

Además le encontraron las llaves del auto Peugeot 308 en el que llegaron y huyeron los dos sicarios (aún no identificados) que ingresaron a la casa de Trasante para dispararle sin mediar palabra el 14 de julio pasado.

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Mientras que a López le atribuyen haber hablado con Brian Álvarez (uno de los primeros detenidos que tuvo la causa) “siguiendo las órdenes de Rodriguez Granthón” para adquirir el auto que utilizó parte de la banda para movilizarse y luego de cometido el crimen fue el encargado de abandonar el vehículo, “a cuatro cuadras de su casa”, según detallaron fuentes de la investigación.

Para la investigación, el hallazgo de este Peugeot 308 fue la punta del ovillo para identificar a los acusado del hecho.

Pero, ¿quién es Rodríguez Granthon, el piloto y presunto narco vinculado con el crimen de Trasante? Tiene 27 años y le dicen “Peruano”, “Coco” o “Extranjero”. Nació en Perú, llegó a la Argentina por 2012 y primero se instaló en Tierra del Fuego y luego se mudó a Rosario.

En sus redes sociales tiene fotos en la cancha de Newell’s, en el Monumento a la Bandera y en recorridas por distintas provincias. Pero en la mayoría de las imágenes el joven está cerca de una avioneta.

Según su descripción en las redes es piloto comercial. Pero desde el 14 de junio del 2019 ya no acumula horas de vuelo. Ese día lo encontraron con 3 kilos de cocaína en su auto y quedó detenido.

Cuatro meses después volvieron a vincularlo con una causa narco. Esta vez como líder de la organización que fue desarticulada en noviembre de 2019 con el secuestro de 15 kilos de cocaína de máxima pureza que tenía el dibujo de una corona en los panes donde era almacenada.

La semana pasada la causa fue elevada a juicio. Rodríguez Granthon fue sindicado como el líder de la “banda de la corona” por la fiscal federal Adriana Saccone. Iván “Loro” R. era su segundo y quien “mantenía al líder informado sobre la ‘contabilidad’ del negocio de la venta de estupefacientes”, se detalló desde el Ministerio Público Fiscal. Otras tres personas se encargaban de distribuir la droga para su venta al menudeo. Hay ocho procesados en esta causa.

Según se desprendió de las escuchas telefónicas ordenadas en el proceso, la banda comercializaba entre 12 y 14 kilos de cocaína de máxima pureza por semana. Y era Loro el que mantenía informado al líder sobre el negocio de la venta de estupefacientes, detalló la fiscal.

Trasante. El 14 de julio pasado a las 14.47 dos personas tocaron el timbre en la casa del ex concejal. Fue Carolina, su esposa, la que abrió. Primero le dijeron que iban en nombre de la hija de la víctima y luego le mostraron las armas y la obligaron a llamar a Trasante, que se encontraba en la planta alta de la vivienda.

El hombre bajó las escaleras y recibió dos impactos de bala. Primero en una de sus manos y luego, a una corta distancia, en la cabeza. Murió en el acto. Trasante se había convertido en un referente en la lucha contra el narcotráfico y la violencia en Rosario, luego del Triple Crimen de Villa Madero en el que resultó muerto uno de sus hijos y dos amigos de éste. Los asesinaron por error en medio de una disputa narco.

Ocho días después del crimen de Trasante fueron detenidas dos personas como encubridores del hecho. A Brian Álvarez y Aníbal Maximiliano Galván se los acusó de comprar por 20 mil pesos el Peugeot 308 que había sido robado el 10 de julio anterior para aportarlo a la operatoria de la banda. Luego López se contactó con Alvarez en “nombre del extranjero” para que le entregue el vehículo. El plan criminal ya estaba en marcha.

El caso

◆ Eduardo Trasante fue asesinado el 14 de julio pasado en el interior de su casa por dos sicarios.

◆ Ochos días después fueron detenidas dos personas que los acusan de haber comprado el Peugeot 308 que utilizaron los sicarios para llegar y huir de la casa de la víctima.

◆ El jueves pasado fueron imputados otras tres personas como partícipes necesarios de un “plan criminal” para matar a Trasante.

◆ Julio Rodriguez Granthon habría operado desde la cárcel de Piñero.

◆ Los que dispararon aún no fueron identificados.

Polémica por las fotos difundidas en la audiencia

La difusión de fotografías halladas en el teléfono celular de un imputado del crimen del exconcejal Eduardo Trasante provocó un cruce entre la fiscalía y la querella.

Como parte de las evidencias presentadas en la audiencia, los fiscales Matías Edery y Gastón Ávila exhibieron cinco fotografías obtenidas del celular de uno de los acusados. Dos de ellas eran carteles escritos a mano que decían “por violador” y “nunca más vas a violar a una mujer.

“La investigación dio un giro cuando la fiscalía dio a conocer a los medios, antes que a la propia querella, que representamos a la viuda de Eduardo, unos carteles que ni siquiera fueron valorados como elemento de prueba ni mucho menos como potencial móvil del crimen”, se quejó Gabriela Durruty, abogada de Carolina.

“Es inverosímil que esos carteles ventilados puedan siquiera acercarse al móvil del crimen”, apuntó la abogada querellante.

Para los fiscales se trataba de “evidencia objetiva” y abre una línea de investigación más. Ahora las hipótesis apuntan al narcotráfico y a una cuestión personal.