Elecciones en Estados Unidos: final de vértigo en "campos de batalla" para Trump y Biden

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El presidente Donald Trump planea intensificar su agenda de viajes ya de por sí vertiginosa en la última semana completa de la campaña presidencial, pasando por alto el

aumento de casos de coronavirus en EE.UU. y un nuevo brote en su propia Casa Blanca.

Se espera que Trump aparezca en casi una docena de estados en un último esfuerzo por recuperar terreno del demócrata Joe Biden, incluido en esto el viaje del domingo a Maine y el del martes a Nebraska. Ambos estados otorgan votos electorales por distrito parlamentario y podrían ser cruciales en una elección reñida. El presidente participará en 11 actos tan sólo en las últimas 48 horas.

También Biden planea retomar su agenda de viajes con el objetivo de llegar a los seis estados en contienda álgida que la organización de la campaña considera clave para sus posibilidades, algunos con actos presenciales socialmente distantes y otros con eventos virtuales. El martes, el ex vicepresidente viajará a Georgia, estado que no vota por un candidato presidencial demócrata desde hace más de un cuarto de siglo, pero en el que las encuestas muestran una carrera muy peleada.

Bailes en el escenario. Trump en su tinta en Allentown. Foto: AFP

Bailes en el escenario. Trump en su tinta en Allentown. Foto: AFP

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La última semana de la campaña choca con preocupaciones cada vez más profundas sobre una crisis de salud pública en EE.UU. Trump desea ansiosamente que los votantes se concentren en casi todo lo demás, preocupado por perder si las elecciones se convierten en un referéndum sobre su manejo de la pandemia. Biden trabaja para asegurar que la contienda sea justamente eso, atacando a Trump con el virus y presentándose como alternativa más segura y estable.

Lo que está en juego quedó claro este fin de semana cuando la Casa Blanca se convirtió en sitio de un segundo brote del virus en un mes. Varios asesores cercanos al vicepresidente Mike Pence dieron positivo, entre ellos el jefe de gabinete de Pence, Marc Short. Sin embargo, Pence insistió en mantener su agresivo calendario político a pesar de que se lo considera "contacto cercano" de su asesor e invocó los privilegios de ser "empleado esencial".

El último brote ha servido como potente metáfora de los enfoques divergentes que las campañas de Trump y Biden han adoptado respecto del virus. El domingo, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, dijo que "no vamos a controlar la pandemia" y que la atención debe ponerse en la contención y el tratamiento. El objetivo de Trump es reunir a miles de personas, la mayoría sin cubrirse la cara, en algunos de los estados del alto medio oeste que soportan la mayor parte del incremento viral.

"Queremos que se reanude la vida normal", dijo Trump el domingo. "Simplemente queremos una vida normal".

La cantante Cher toca para la campaña demócrata. Foto: AFP

La cantante Cher toca para la campaña demócrata. Foto: AFP

Presionado para explicar por qué la pandemia no puede ser controlada, Mark Meadows contestó, "Porque es un virus contagioso como la gripe". En el programa "State of the Union” de CNN sostuvo que el gobierno estaba enfocado en llevar al mercado terapias y vacunas efectivas.

Biden afirmó en un comunicado que los comentarios de Meadows seguían agitando "la bandera blanca de la derrota" de la administración de Trump frente al virus.

El equipo de Biden argumenta que es probable que el coronavirus borre cualquier otro tema que pueda surgir en los últimos días de la campaña, incluido el reciente comentario del propio Biden durante el debate de los candidatos según el cual afirmó que haría una transición para ir dejando el petróleo, luego reconsiderada como una transición para abandonar los subsidios federales. La estrategia parece dar frutos, ya que el brote dentro del personal de Pence volvió a centrar la conversación del país una vez más en la pandemia.

Trump habla durante un "rally" en Allentown. Foto: AP

Trump habla durante un "rally" en Allentown. Foto: AP

Trump y su equipo, mientras tanto, se esfuerzan por establecer un mensaje final, con el indisciplinado candidato confiando cada vez más en su instinto por sobre los asesores. El republicano ha buscado trapos sucios de su rival demócrata y usado términos apocalípticos para describir una eventual presidencia de Biden, pero hasta ahora Biden ha demostrado ser más resistente a esos ataques que la rival de Trump en 2016.

"Ciertamente se puede esperar que (Biden) se focalice en el COVID ya que, desafortunadamente, sigue aumentando en todo el país", observó en una entrevista la subdirectora de campaña de Biden, Kate Bedingfield.

"Está perturbando la vida de la gente y la gente busca un líder que ponga en marcha planes para tenerlo bajo control." Con más de un tercio de los votos esperados en la elección ya emitidos, puede ser cada vez más difícil que Trump y Biden redefinan los contornos de la carrera. Biden supera a Trump en la mayoría de las encuestas nacionales y tiene ventaja, aunque más estrecha, en muchos campos de batalla decisivos.

Trump pasa un video de su rival Joe Biden durante un acto en Allentown, Pennsylvania. Foto: AFP

Trump pasa un video de su rival Joe Biden durante un acto en Allentown, Pennsylvania. Foto: AFP

Biden también se apoya en una mayor cantidad de dinero de campaña que Trump y lo está usando para su cobertura electoral en las distintas emisoras con una ventaja de casi 2 a 1 en las últimas dos semanas. Los incesantes avisos de campaña de Biden exhiben una mezcla de mensaje de aspiraciones con críticas punzantes sobre el manejo de la pandemia por parte de Trump.

Es parte de lo que Josh Schwerin, estratega principal del super Comité de Acción Política “Priorities USA”, asegura que ha ayudado a que Biden obtenga su ventaja.

"Esos mensajes dobles —continuar marcando un contraste con Trump pero también dar un mensaje de aspiración positiva, proporcionando a la gente una razón para votar por Biden y no sólo contra Trump— sigue siendo el mejor camino a seguir. Y estamos viendo que funciona", señala.

De hecho, Biden ha visto subir constantemente sus índices de favoritismo durante el curso de la campaña a pesar del aluvión de ataques de los republicanos, mientras que Trump no asoma la cabeza en tales encuestas. Los demócratas también se sienten alentados por su liderazgo en el número récord de votos adelantados que se emitieron en varios estados críticos, si bien advierten que lo más probable es que los republicanos acudan a las urnas el día de las elecciones y seguramente recuperen terreno perdido.

AFP

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Aun así, varios demócratas refieren el "Trastorno de Estrés Postraumático 2016" que los mantiene despiertos por la noche a una semana del día de las elecciones. En 2016, Hillary Clintontambién tenía ventaja en las encuestas nacionales y en algunas estatales, y dicen los demócratas que esos laureles condenaron a la candidata. Ahora, con la pandemia y el número récord de votos por correo y en ausencia que inyectan mayor nivel de incertidumbre en la elección, los demócratas son reacios a bajar la guardia.

En la última semana la campaña de Biden se centrará en la obtención de lo que han denominado la "coalición Biden": votantes negros y latinos, así como blancos suburbanos y con educación universitaria, mujeres y votantes mayores descontentos con Trump.

"Lo que observamos constantemente es que no quedan muchos votantes indecisos y esta etapa de la carrera tiene que ver realmente con la participación. Se trata de educar los votantes para asegurarse de que saben cómo votar y asegurarse de que vayan a hacerlo", dice Kate Bedingfield.

AFP

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La organización de campaña de Biden ha enfatizado la necesidad de que los demócratas se mantengan activos aun cuando las encuestas parezcan favorecer a su candidato. En un reciente memorándum, la directora de la campaña, Jen O'Malley Dillon, informó que "en varios estados críticos estamos funcionalmente empatados", y advirtió a los partidarios que "según todas las indicaciones que tenemos, esto va a llegar así hasta el final".

Kate Bedingfield dice que ese mensaje que se seguirá impulsando durante el resto de la campaña hasta el 3 de noviembre.

"Una de las cosas por las que nos hemos hecho oír es que creemos que la elección es más reñida de lo que muchos de los sondeos públicos indican", sostiene. "Trabajamos constantemente para asegurarnos de que la gente entienda que hay una urgencia, y que no podemos dormirnos en los laureles."

Por Zeke Miller y Alexandra Jaffe, Associated Press

Traducción: Román García Azcárate

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