Mercados en alerta: el Gobierno quiere saber en tiempo real quiénes compra y venden dolares

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Impactó en el mercado la nueva disposición de la Comisión Nacional de Valores que ordena a los operadores del mercado informar en tiempo real qué están haciendo los inversores, qué especie

quieren comprar o vender, qué precio ofrecen, si operan por cuenta propia o de terceros.

La lectura del mercado es que la estrategia oficial es utilizar todas las herramientas a su alcance, formales o informales, para desalentar la operatoria de compra y venta de títulos que permita hacerse de dólares. Naturalmente, se refieren a la operatoria conocida como “contado con liquidación” que permite entregar pesos en el mercado local y recibir dólares en una cuenta en el exterior.

La resolución general 864 de la CNV todavía se seguía analizando en estas horas en el mercado, a pesar de que se conoció el martes 27.

Concretamente, como informó Clarín, “los mercados deberán remitir a la Comisión, al sistema de monitoreo, en tiempo real, los datos completos de cada una de las operaciones que se registren en sus sistemas informáticos de negociación”.

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Esta información deberá incluir la identidad de los agentes registrantes y de los clientes (compradores y vendedores) intervinientes en las mismas, como también remitir los datos completos de los comitentes y sus condóminos”.

La autoridad regulatoria requiere, al cierre de mercado, que le remitan “los datos completos de todas las ofertas de compra y venta que se cursen en los respectivos mercados, detallando por lo tanto las órdenes recibidas de sus comitentes en todas las especies y operatorias vigentes, tal como se registran en sus respectivos sistemas de negociación”.

En las mesas de dinero, por razones obvias, nadie quiso opinar con nombre y apellido sobre la novedad, pero no sin ironía destacaron que al menos en esta ocasión hay un normativa escrita y firmada por un funcionario. Hacían referencia al “telefonazo” que la semana recibieron las autoridades de Bolsas y Mercados Argentina (ByMA), donde desde la secretaría de finanzas les pedían dejar de operar “contado con liqui” con cartera propia.

Las presiones para contener y luego hacer bajar los valores del contado con liqui dieron resultado, al menos en el corto plazo. La relación de cambio que surgía de la compra y venta de bonos había llegado a los $ 181 una semana atrás ayer retrocedió a $ 151. La brecha se achicó de 130% a 93% en una semana.

Para ello valieron tanto las presiones normativas y de las otras, como la intervención directa en el mercado del Gobierno (Banco Central y Anses), a través de la compra y venta de bonos en distintas monedas, pesos y dólares.

Al respecto, circuló por el mercado una explicación extraoficial sobre cómo está operando el Gobierno, explicación que fue tildada de incorrecta por buena parte del mercado.

“Hay dos maneras de intervenir en el contado con liquidación: una forma es recomprando deuda en dólares. A los precios de hoy esto implica desendeudarse y no endeudarse. La segunda forma es rescatando deuda en pesos, comprándola con bonos en dólares”, señalaron las fuentes oficiales, sin explicar de dónde salían los hoy tan escasos dólares para recomprar deuda a precios de remate.  También se dijo que “el tipo de cambio al cual se compran los bonos en pesos es el tipo de cambio del CCL y que, por lo tanto, ninguna de las formas de intervención implica endeudarse al 16% en dólares”.

Esta explicación fue la respuesta del Gobierno a un artículo publicado ayer en Clarín, en donde se afirma que el Gobierno, al desprenderse de bonos en dólares, está entregando a acreedores privados deuda que hoy rinde el 17%.

La versión extraoficial -extraña vía de comunicación del Gobierno- fue objetada por operadores financieros. Básicamente, señalaron que si un inversor puede comprar un bono que en los mercados cotiza a menos de 40 dólares (como el AL30, el más usado para estas intervenciones, por su liquidez) esa deuda está rindiendo un 17 o 18% anual, por más que circunstancialmente el dólar oficial valga la mitad que el CCL, o lo que es lo mismo, que el inversor ponga el doble de pesos para hacerse de ese bono en dólares que si lo pagara al dólar oficial.

GB