Elecciones en EE.UU.: un referéndum sobre el futuro de las relaciones raciales

Internacionales
Lectura

A pocos días de las elecciones en Estados Unidos, Omari Barksdale siente cada día como una herida en carne viva.

Su hermana Laneeka Barksdale murió de

A pocos días de las elecciones en Estados Unidos, Omari Barksdale siente cada día como una herida en carne viva.

Su hermana Laneeka Barksdale murió de

COVID-19 a fines de marzo en Detroit, y desde entonces también han muerto más de 228.000 estadounidenses. Muchos eran afroamericanos cuyas comunidades se vieron devastadas en forma desproporcionada por el virus.

Omari Barksdale, que es negro, observó alarmado cómo aumentaba el costo de la injusticia racial del país. Las personas de color se llevaron la peor parte en la pérdida de empleos relacionada con la pandemia. La policía baleó y mató a Breonna Taylor dentro de su casa de Kentucky y un policía de Minneapolis presionó con la rodilla el cuello de George Floyd durante casi ocho minutos mientras Floyd susurraba “No puedo respirar” en sus últimos minutos de vida.

La convergencia de la pandemia, la falta de empleo y la brutalidad policial ha obligado a Estados Unidos a enfrentar este año su legado centenario de racismo sistémico. Y para Barksdale y muchos estadounidenses negros, ha convertido la elección presidencial de la semana entrante en un referéndum sobre el futuro de las relaciones raciales, una oportunidad de tomar medidas para sanar o la posibilidad de una división más profunda.

BANER MTV 1
Omari Barksdale. Foto: AP

Omari Barksdale. Foto: AP

“Siento que me han arrebatado una mitad”, dijo Barksdale que, en las semanas que siguieron a la muerte de su hermana, comenzó a liderar un equipo de voluntarios para exhortar a los habitantes de Michigan a ir a votar.

“Durante muchos años, hemos oído hablar de lo lejos que hemos llegado pero, si uno observa el panorama y la dinámica de Estados Unidos en este momento, hemos vuelto a los 50 y 60. Los motivos para protestar ahora son los mismos que entonces: la protección de la vida de los negros, las oportunidades para la vida de los negros y la comprensión del valor de la vida de los negros”.

Los votantes negros serán decisivos para determinar los resultados de la próxima semana. El demócrata Joe Bidennecesita una fuerte participación de los votantes negros en ciudades como Detroit, Filadelfia y Milwaukee para inclinar la balanza a su favor en estados pendulares clave. Entretanto, el presidente Donald Trump concentra la mayor parte de sus esfuerzos en llamamientos de último momento a su base principal de votantes blancos.

Hasta el jueves, se habían emitido más de 79 millones de votos en la elección general de 2020. De ellos casi el 9% correspondió a votantes negros, según un análisis de datos de la firma de información política L2 llevado a cabo por The Associated Press. En Carolina del Norte, un estado disputado en el que ha habido una importante participación de todos los sectores, el 60% de los votantes negros registrados ya han emitido su voto.

Una persona lleva una bandera a favor de Biden y de Black Lives Matter, en Houston. Foto: Reuters

Una persona lleva una bandera a favor de Biden y de Black Lives Matter, en Houston. Foto: Reuters

“El alma de la nación está en peligro”, declaró en entrevista el reverendo Al Sharpton, antiguo dirigente de derechos humanos. “Otros cuatro años de Trump nos harían retroceder a nosotros y a los avances que logramos en materia de igualdad de derechos, derechos humanos y derechos civiles. Tardaríamos veinte o treinta años, una generación, para recuperar lo que el cimentaría”.

Lo ocurrido en el año electoral es la culminación de siglos de desigualdad y racismo que anteceden por mucho la carrera política de Trump. Pero él ha explotado la división racial a lo largo de toda su presidencia.

Culpó a “ambas partes” por la violencia de 2017 entre supremacistas blancos y manifestantes contra el racismo en Charlottesville, Virginia, y se preguntó por qué EE.UU. recibía a tantos inmigrantes de “países de mierda” como las naciones africanas. Dijo que cuatro legisladoras demócratas de color deberían volver a los países “quebrados e infestados de delitos” de donde habían venido, pasando por alto el hecho de que todas esas mujeres eran ciudadanas estadounidenses y tres de ellas habían nacido en los EE.UU.

Trump fue criticado en septiembre por su negativa inicial a condenar abiertamente a un grupo fascista de extrema derecha durante un debate con Biden.

"Un racista descarado"

“Donald Trump es un racista descarado que no sólo disfruta de burlarse, mofarse y dañar sino que también niega tener culpa alguna por las consecuencias”, dijo Stacey Abrams, activista por el derecho al voto y ex candidata a gobernadora de Georgia.

“Temo por nuestras comunidades si él permanece en la presidencia otros cuatro años. También tengo una honda preocupación por el hecho de que, si sigue ocupando ese cargo, quienes quieren causarnos daño sentirán que tienen carta blanca para hacerlo”, dijo Abrams, que es negra. “Tengo profundas esperanzas de que los cambios demográficos de nuestro país, sumados a la conciencia de los estadounidenses blancos que entienden que él está equivocado, hagan lo correcto”.

Una bander de Black Lives Matter, en Louisville. Foto: EFE

Una bander de Black Lives Matter, en Louisville. Foto: EFE

Trump habla de la reforma de la justicia penal, las zonas de oportunidad y el financiamiento para facultades y universidades históricamente negras como ejemplo de lo que ha hecho por los estadounidenses negros, pero muchos detractores sostienen que sus afirmaciones son exageradas o se ven desmentidas por sus declaraciones.

Tras un verano de agitación en todo el país que llevó a que millones de personas marcharan por las calles de los EE.UU., Trump se ha presentado como un líder que restaurará “la ley y el orden” –un intento de sacar partido de los reclamos de los blancos y disipar los miedos de los blancos de los suburbios-.

Apenas esta semana, el asesor y yerno del presidente, Jared Kushner, dijo que Trump quiere ayudar a los negros de los EE.UU., pero que estos tienen que “querer tener éxito” para que sus políticas funcionen, comentario que recordó los estereotipos racistas de los estadounidenses negros.

“Lo que vemos es que el racismo no tiene freno y se institucionaliza públicamente y forma parte de nuestro gobierno”, dijo Jessica Byrd, que lidera el Proyecto por Justicia Electoral del Movimiento por las Vidas Negras y The Frontline, una iniciativa de coalición multirracial para mover a los votantes a la acción. “Hemos visto con nuestros propios ojos cómo una minoría estridente puede convertirse en una facción extremista que construye poder”.

Los puntos débiles de Biden

Biden tiene sus propios puntos débiles en materia racial. Se ha disculpado por la forma inadecuada en que trató a Anita Hill cuando en 1991 prestó declaración ante la comisión del Senado que él integraba para acusar de acoso sexual al candidato a la Suprema Corte Clarence Thomas. También ha manifestado arrepentimiento por las disposiciones de un proyecto de ley penal de 1994 al que se responsabiliza por encarcelar a una generación de hombres negros.

Pero Biden ha puesto a los votantes negros en el centro de su campaña 2020. Sus esperanzas de llegar a la presidencia quedaron a salvo en febrero cuando votantes negros de Carolina del Sur lo apoyaron, le dieron victorias en el Súper Martes y lo ayudaron a obtener la candidatura demócrata.

A diferencia de Trump, ha reconocido el racismo sistémico y ha prometido abordar el problema.

“Donald Trump no condena a los supremacistas blancos, no cree que el racismo sistémico sea un problema y no dice que las vidas de los negros importan”, dijo Biden el martes en Atlanta. “Nosotros sabemos que las vidas de los negros importan”.

En el último tramo de la campaña, los votantes negros se están organizando para garantizar que sus votos sean computados. LaTosha Brown, cofundadora del Black Voters Matter Fund, dijo que su organización ha recorrido quince estados para alentar a los votantes a ir a las urnas, incluso en condados rurales y pequeñas ciudades que a menudo son pasados por alto.

“Estados Unidos está en un punto de inflexión”, señaló Brown. “Estamos en una tormenta perfecta donde se cruzan una pandemia, mucha incertidumbre en torno al futuro político de este país y el futuro económico de este país, y un racismo flagrante y abierto. Todo eso nos obliga a lidiar con los males de este país que no hemos enfrentado y que claramente son el sexismo y el racismo”.

En el último tramo de la campaña, los votantes negros se están organizando para garantizar que sus votos sean computados. Foto: AFP

En el último tramo de la campaña, los votantes negros se están organizando para garantizar que sus votos sean computados. Foto: AFP

Pero algunos votantes de color todavía no se han decidido. Víctor Gómez, un latino de 39 años de Hayward. California, dijo que la pandemia y la inmigración son sus principales preocupaciones.

Considera que ni Trump ni Biden han abordado las cuestiones que más importan a los latinos. De todos modos, planea votar, pero no ha decidido a quién apoyará.

“Muchas personas tienen amigos que son inmigrantes y son discriminados por no tener papeles y la pasan mal”, dijo Gómez. “El presidente dice apoyar a los latinos y los inmigrantes, pero yo no lo he visto hacer otra cosa que menospreciarnos”.

Pero las cuestiones raciales no sólo son primordiales para los votantes de color. Al ver cómo este año colisionaban diversas formas de injusticia racial, muchos estadounidenses blancos se han visto obligados a vérselas con verdades incómodas sobre el racismo.

El "caos" de Trump

El habitante de Detroit Colton Dale, un hombre blanco de 27 años que es vicepresidente del Grosse Pointe Democratic Club y demócrata de toda la vida, dijo haber tenido conversaciones con familiares y compañeros de trabajo que apoyan a Trump. Ha dedicado tiempo a tratar de convencerlos, así como también a los potenciales votantes con que se topa, del “caos” que ha creado la presidencia de Trump.

“Creo que la gente, incluso los republicanos y sus seguidores, saben quién es, especialmente después de estos cuatro años”, dijo Dale. “Yo simplemente trato de marcar un contraste y decir que viviríamos en un Estados Unidos mejor y más prometedor bajo un gobierno de Joe Biden que con otros cuatro años de Trump. La gente está dispuesta para poner fin a esta pesadilla”.

El equipo de campaña de Biden también ha dedicado una cantidad significativa de tiempo y recursos a conectarse con los votantes jóvenes, que salieron a la calle en gran número durante el verano para protestar contra la brutalidad policial y el racismo.

En los últimos meses, Tylik McMillan, director nacional de juventud y universidad de The National Action Network, se ha abocado a instruir a quienes votan por primera vez, a los estudiantes universitarios y a los votantes jóvenes que se han desinteresado del proceso político y no saben todo lo que está en juego.

“La realidad es que, cuando salgo de aquí, seguimos siendo negros en los Estados Unidos y yo puedo ser el próximo George Floyd. Puedo ser el próximo Ahmaud Arbery. Y tener en el cargo más alto a un dirigente que no entiende que el racismo es real en este país es un problema”, dijo McMillan, de 24 años.

Pero independientemente del resultado de la elección, Estados Unidos tendrá que ocuparse de las “líneas de falla” y las fracturas del racismo y la desigualdad que han quedado expuestas.

“El 3 de noviembre será un referéndum sobre la vida de los negros, será un referéndum sobre el cambio estructural y será un referéndum sobre si, al experimentar todo este caos, vamos a mirarnos unos a otros para buscar soluciones y a abrazarnos o si vamos a mirarnos con miedo y desconfianza”, dijo Maurice Mitchell, director nacional de Working Families Party que también es dirigente de The Frontline. “El movimiento, que en este momento es el mayor movimiento social de la historia del país, será la noticia de 2020, cualquiera sea el resultado”.

La autora es periodista de Associated Press

Traducción: Elisa Carnelli