Los altos mandos militares le ponen condiciones a Jair Bolsonaro

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Al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no le gustó el hecho de que Joe Biden dijera en uno de los debates de la campaña presidencial en EE.UU. que Brasil podría tener

consecuencias económicas en caso de no parar con la deforestación en la Amazonia brasileña. La semana pasada, cuando la elección de Biden era clara, Bolsonaro, sin decir el nombre del demócrata, dijo que en casos así la diplomacia sería insuficiente. “Sólo la diplomacia no alcanza. Cuando se termina la saliva, tiene que haber pólvora, o no funciona”, dijo el excapitán del Ejercito brasileño.

Dos días después, el comandante del Ejercito, general Edson Pujol, afirmó que los militares son una institución del Estado, no del gobierno y no tienen partido político. Y agregó: “No cambiamos cada cuatro años nuestra manera de pensar y de cumplir nuestras misiones”. En Brasil, el mandato presidencial es de cuatro años con derecho a una reelección, si las urnas así lo definen. Pujol no fue el único uniformado en separar la política interna y externa de las tropas.

El ministro de Defensa, el general del Ejercito Fernando Azevedo e Silva, dijo que las relaciones con EE.UU son estratégicas y que entra y sale el gobierno y ellas continúan. El vicepresidente Hamilton Mourão, general retirado, dijo que los militares no quieren que la política entre a los cuarteles. Sin embargo, muchos se acordaron, en estos días, que se interesaba por la política aún cuando estaba en actividad.

Las palabras de los mandos militares tuvieron resonancia. Bolsonaro, en sus redes sociales, escribió: “La afirmación del general Edson Pujol (elegido por mí como comandante del Ejercito), que ‘militares no quieren ser parte de la política’, ratifica lo que pienso sobre el papel de las Fuerzas Armadas”.

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De los 23 ministros del gobierno, 10 son militares. Uno de ellos en actividad – el ministro de Salud, general Eduardo Pazuello, que sufrió el Covid-19. La presencia castrense en el Ejecutivo creció en los gobiernos de Lula, de Dilma y de Michel Temer. Pero, los registros actuales son los más altos desde la vuelta de la democracia en Brasil hace 35 años, en 1985. En menos de dos años de gobierno, Bolsonaro amplió 33% el número de integrantes de las Fuerzas Armadas en cargos de confianza o provisorios. El numero llega a alrededor de 2.550 militares activos distribuidos entre los Ministerios de Economía, Salud, Minas y Energía, y otros destinos.

-En sombras. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro EFE

-En sombras. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro EFE

En una conversación telefónica, meses después de la elección de Bolsonaro, uno de sus hombres fuertes, el general Augusto Heleno, hablando desde Brasilia, dijo que los militares brasileños son “muy calificados” y era natural que fuesen incluidos en el gobierno. Heleno es ministro del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) y su despacho es muy cercano al del presidente. En esa conversación rememoró que solía caminar con su amigo Bolsonaro por Barra da Tijuca, en Rio de Janeiro, que es la cuna política de los Bolsonaro. Nadie les prestaba mucha atención, hasta que en 2017, un año antes de la elección del actual presidente, empezaron a acercarse los primeros electores a pedir autógrafos al entonces diputado federal. “Allí me di cuenta y le dije que debería ser candidato a presidente y que sería electo”, dijo en la conversación. A los dos les gustaba sentarse a comer en un restaurante de camarones. Dónde los electores, dijo, también comenzaron a acercarse. Para Heleno, los electores querían la vuelta del “orden’.

El domingo (15), dos años después de la elección de Bolsonaro, casi 150 millones de brasileños votaron para intendentes (prefeitos) y concejales en más de 5 mil municipios. De más de 70 candidatos con el apellido ‘Bolsonaro’ en las urnas, apenas Carlos, uno de sus cinco hijos, fue electo. Carlos Bolsonaro (Republicanos) es llamado por su padre ‘02’, por ser el segundo hijo y por obedecer al vocabulario de su progenitor, de costumbres militares.

Carlos fue reelecto concejal de Rio. Recibió 71 mil votos. Una caída de 30% en comparación con los 106 mil votos que tuvo en 2016 y, esta vez no fue, como entonces, el más votado de la ciudad. De los 12 candidatos a intendentes que tuvieron el respaldo de Bolsonaro, apenas 4 fueron elegidos o llegaron a la segunda vuelta, que será el día 29 de noviembre.

En San Pablo la derrota del candidato del presidente (que no tiene partido), Celso Russomanno, fue un emblema del actual torbellino político en Brasil. Russomanno empezó la campaña como líder en las encuestas para la Prefectura de San Pablo. Pero, terminó en el cuarto lugar. Los analistas sostienen que el rechazo a Bolsonaro no lo ayudo en la ciudad más rica de Brasil. San Pablo, la capital, y San Pablo, el estado, son gobernados por opositores al presidente.

El Gobernador del estado de Sao Paulo, Joao Doria, duro adversario de Bolsonaro, que logró fortalecerse en las municipales. EFE

El Gobernador del estado de Sao Paulo, Joao Doria, duro adversario de Bolsonaro, que logró fortalecerse en las municipales. EFE

El prefecto de San Pablo, Bruno Covas (PSDB), disputará la segunda vuelta con el candidato de izquierda Guilhermo Boulos, de PSOL (Partido Socialismo y Libertad). Boulos, con apoyo de los jóvenes, fue la mayor sorpresa de las urnas. Su ascensión llamó la atención por coincidir con la caída de otro bastión de la política brasileña, el Partido de los Trabajadores (PT), que registro una de sus peores elecciones de los últimos tiempos. Líderes en la elección presidencial del 2018, el Bolsonarismo y el PT tuvieron elecciones pobrísimas en 2020.

Fue en el estado de San Pablo que el PT surgió en los tiempos de Lula metalúrgico, en los años ‘80. El estado es gobernado por el principal rival político de Bolsonaro, João Doria (PSDB), que el jueves (19) recibió la primera tanda de 120 mil dosis de la vacuna Coronavac contra el Covid-19. La vacuna es realizada por el laboratorio chino Sinovac y el paulista Instituto Butantan. La Coronavac está en la fase 3 de las investigaciones y los resultados finales acerca de la eficacia de la vacuna deben salir este año, según indicó el director del Butantan.

El PT de Lula da Silva, el otro gran derrotado en las municipales de Brasil. AFP

El PT de Lula da Silva, el otro gran derrotado en las municipales de Brasil. AFP

La vacuna había sido criticada por Bolsonaro que desautorizó al ministro de Salud, el general Pazuello, para la compra de 46 millones de dosis del inmunizante. “Para mi gobierno, cualquiera que sea la vacuna, deberá tener la ratificación del Ministerio de Salud y de Anvisa (órgano regulador). El pueblo brasileño no será cobayo de nadie. No vamos adquirir esa vacuna”, dijo, antes de cambiar de idea. Y agregó: “El gobierno no va a compra la vacuna de Doria”.

La Coronavac simbolizo, al menos por unos días, dos frentes de batalla del bolsonarismo: Doria y China. Bolsonaro y Doria se orientan a ser los principales rivales en las elecciones presidenciales de 2022. Y China es el ‘rival’ de EE.UU y de Trump, por quien Bolsonaro apostó que sería reelecto.

Dónde si Bolsonaro tuvo una influencia positiva en las urnas, según los analistas, fue en Rio. “La recuperación de Marcelo Crivella (actual prefecto y pastor evangélico), en Rio de Janeiro, es una indicación de la fuerza de Bolsonaro. Su candidato en Belo Horizonte, en el estado de Minas Gerais, Bruno Engler, también tuvo un resultado de lo que mostraban las encuestas”, dijo el politólogo Bruno Carazza, autor del libro ‘Dinheiro, eleições e poder’ (‘Dinero, elecciones y poder’). Crivella disputará la segunda vuelta con Eduardo Paes, que lidera las encuestas.

Por la pandemia y por el poco interés por la política, la abstención en las elecciones municipales mostró el peor índice en 20 años (23,15%). La pandemia de coronavirus ha dejado ya 168 mil muertos en Brasil. Hay preocupación con los indicadores de una segunda ola de la enfermedad a la que Bolsonaro llamó inicialmente de ‘gripezita’.


​Marcia Carmo. Especial para Clarín