La mamá de Abigail, después del video viral: "Mi hija espera que Dios haga el milagro"

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“Ella le pide a Dios que haga el milagro; quiere volver a hacer su vida normal”. La que habla, con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos, es Carmen Jiménez,

la mamá de Milagros Abigail, la nena de 12 años que tiene cáncer y a la que no le permitieron entrar a Santiago del Estero

El caso de Abigail conmocionó al país. La niña regresaba junto a sus padres, Diego (39) y Carmen (35), desde Tucumán, donde habían ido a un control oncológico. En un control de la policía santiagueña, en el límite entre ambas provincias, no los dejaron pasar porque no tenían los permisos correspondientes. Su padre la sacó de la camioneta, la cargó en brazos y cruzó el control a pie. Sólo querían llegar a su casa, en Las Termas de Río Hondo.

El video en el que se escucha a Abigail llorando sin parar y a sus padres desesperados, se viralizó. Y en las redes sociales, famosos y desconocidos se hicieron eco de la pesadilla que vivió esta familia. Incluso el artista Maldita Comadreja retrató esa escena en una ilustración, que también se compartió exponencialmente. Ese dibujo tomó el ex presidente Mauricio Macri para postearlo en su cuenta de Instagram y para tuitearlo. Como él, otros referentes de la oposición expresaron su repudio a la situación.

Este sábado, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, cuestionó "la utilización del dolor ajeno por parte de la política". Desde el gobierno santiagueño habían asegurado el viernes que Diego sólo caminó 70 metros, y no cinco kilómetros como él aseguró, porque no quiso esperar la autorización del Comité de Emergencia, que demoró 20 minutos. 

BANER MTV 1

Carmen prefiere no entrar en la repercusión que tuvo el caso, que los convirtió en trending topic. Sí habla sobre la protagonista de esta historia, y su pelea contra un cáncer óseo en una de sus piernas. Técnicamente, lo que padece la niña es el sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer que se produce en los huesos o en el tejido blando alrededor de los huesos, y por esta enfermedad la tratan desde hace cinco años en el Hospital del Niño Jesús, en Tucumán.

Abigail con su familia. La nena a la que su papá cruzó en brazos para volver a Santiago del Estero.

Abigail con su familia. La nena a la que su papá cruzó en brazos para volver a Santiago del Estero.

“Hace cinco años ella se golpeó jugando en la vereda de casa. Al poco tiempo empezó con dolores; la llevamos a Santiago y no le encontraron nada", recuerda. Como Abigail seguía con dolores, decidieron ir a Tucumán. Diego, el papá, no tenía un trabajo estable, con lo cual fue a pedir al municipio de Las Termas que lo ayudaran para poder costear los viajes. Al principio le daban subsidios, pero con el tiempo, lo contrataron en la Dirección de Obras Públicas. Así, consiguió el transporte para su hija y un sueldo fijo.

“Ella tiene una vida normal, llena de cariño que le da su familia y tiene mucha contención nuestra”, cuenta Carmen. Abigail no puede caminar, se mueve con muletas o en silla de ruedas; hasta antes de la pandemia, asistía en forma presencial al colegio Fuerzas Armadas. “Ahora hace las tareas en forma virtual, está en sexto grado y quiere volver a su vida normal”, remarca la mamá.

El año pasado, la nena tuvo que ser trasladada al Hospital Garrahan en Buenos Aires, y el gobierno santiagueño les dio un subsidio para costear el traslado. A la vuelta, los padres decidieron que iba a seguir tratándose en Tucumán porque "el tratamiento va bien, según nos dijeron", sigue Carmen.

​"Ella ahora está mal, nos damos cuenta, porque vive angustiada por la enfermedad, ya que no puede hacer su vida, como cuando era niña. No puede salir a jugar, y muchas otras cosas. Andá a saber qué tendrá en su cabecita", plantea Carmen.

La ilustración que hizo un artista tucumano para reflejar la pesadilla que vivieron los Jiménez en un control policial.

La ilustración que hizo un artista tucumano para reflejar la pesadilla que vivieron los Jiménez en un control policial.

La mamá asegura que Abigail "lo único que pide es que Dios haga el milagro; quiere volver a natación, que es lo que más le gustaba. Ella tenía una vida normal", insiste. Hasta que le detectaron la enfermedad, practicaba natación en la pileta de Llajta Sumaq, el natatorio público de la plaza Güemes, en el centro de Las Termas de Río Hondo.

Además de Abigail, Diego y Carmen tienen una hija mayor, Camila, de 17 años, que está terminando la secundaria. Ella también colabora en la atención de su hermana y de las cosas de la modesta casa del barrio San Martín en Las Termas. El padre, además de su sueldo de municipal, hace "changas" para ganarse unos pesos más y ayudar en la manutención del hogar, como cortar el césped o vender churros de vez en cuando. Carmen es ama de casa y se ocupa de supervisar todo.

Los Jiménez quieren poder acceder a la posibilidad de hacer una interconsulta por el cáncer de su hija, pero no tienen los medios. "En Córdoba hay un lugar donde están los mejores infectólogos", dice, con la esperanza de poder llevar a Abigail a que la revise otro especialista​.

"Lo único que puedo pedir como madre, es que recen mucho por mi hija --ruega ella, emocionada--. También pido que averigüen dónde se puede hacer estudios, para ver cómo nos pueden ayudar".

Santiago del Estero. Corresponsal​

AS​