Código rojo en el negocio de los socorros médicos

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Por una circunstancia trágica de su vida, Claudio Waisbord fundó Vittal hace 33 años desde su lecho de enfermo en el Hospital Privado de Córdoba.

Fue una de las

Por una circunstancia trágica de su vida, Claudio Waisbord fundó Vittal hace 33 años desde su lecho de enfermo en el Hospital Privado de Córdoba.

Fue una de las

primeras empresas dedicadas a los socorros médicos. Waisbord había llegado por entonces desde Israel al país y se puso a trabajar junto a su padre, Simón Waisbord, en la joyería familiar. Un nefasto día de 1986, los ladrones le astillaron la médula en una balacera al asaltar el comercio. Esa fue su circunstancia.

Ahora con 69 años y desde hace 34 años en silla de ruedas, decidió el traspaso a su hija Mariela, economista egresada de la Universidad de San Andrés que se fogueó en varias empresas, entre otras Telefónica.

En el inicio de Vittal hubo una vaquita entre amigos y arrancaron con un ínfimo presupuesto de US$ 150.000. Se radicaron primero en Vicente López, un lugar pequeño, de alto poder adquisitivo y donde las familias tenían teléfono en un tiempo en que eso era una proeza. Pero con la innovación como leit motiv, las ambulancias le permitieron diferenciarse en un momento en que el Estado se había retirado de la atención de la salud.

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No fue el único. En un mercado que fue bastante atomizado con unas 39 compañías, hoy hay tres firmas que se destacan.

Una de ellas es Emergencias Médicas que supo pertenecer al fondo de inversión de EE.UU. DLJ y ahora es del sindicato de empleados estatales UPCN que lidera Andrés Rodríguez. La otra es Acudir vinculada a la prepaga OSDE.

Mariela Waisbord cuenta que le fue difícil adaptarse al comienzo a una compañía de 24 horas los 365 días, de enorme complejidad ya que viven con el código rojo a cuestas.

Con la pandemia todo cambio de golpe con ambulancias dando vuelta hasta siete horas por la ciudad tratando de encontrar una cama de hospital para los pacientes, con lo que se convirtieron en un sistema de reserva para los hospitales en el pico de la enfermedad. Desarrollaron el médico on line.

Estas empresas responden a distintas demandas, por un lado la contratación para áreas protegidas por parte de comercios y grandes compañías, también de obras sociales y pre pagas para sus propios traslados y emergencias como las del código rojo que requiere estar en menos de 8 minutos al lado de la persona con riesgo de vida.

Se suman licitaciones de provincias y contrataciones de organismos como el Pami.

Pero el nuevo foco pasa por conquistar la base de la pirámide, las personas que están muy lejos de acceder al all inclusive de las prepagas.La estrategia pasa por ofrecerles una cuota más económica que la prepaga al grupo familiar y le garantizan la atención médica y ante las urgencias, el traslado a un hospital.

A todo esto las finanzas se les complicaron por los atrasos en los pagos, algo que fueron cubriendo con asistencia del Estado en sueldos para un aplantilla de 2.000 personas y de los bancos que los financian.

Mariela piensa que la oportunidad es enorme. Tienen presencia en casi todas las provincias y varias compañías que trabajan en sintonía como la que se dedica al traslado aéreo con una flota compuesta por un jet Cessna Citation, un avión turbohélice y un helicóptero Bell especialmente equipados. Llegan a lugares de difícil acceso y son clave cuando se trata de acercar órganos para trasplantes. Otra de sus controladas es una firma dedicada a la medicina laboral. Pero el pan y la manteca de la compañía siguen siendo las ambulancias y un sistema de inteligencia artificial que les permite simplemente llegar antes.

¿Esta en sus planes vender la empresa?, se le pregunta. “No es una opción para una firma familiar como la nuestra”, dice muy segura.