Aborto legal: la objeción de conciencia y la autonomía de la mujer, ejes del debate en Diputados

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“Este proyecto es una deuda de la democracia”, dijo la abogada feminista Soledad Deza, en la segunda reunión plenaria de Comisiones en la Cámara de Diputados para debatir sobre el proyecto

de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Así dio inicio este miércoles a una ronda de presentaciones dividida en tres bloques de cuatro exposiciones cada uno, coordinados por Pablo Yedlin, presidente de la Comisión.

Uno de los principales puntos sobre los que se habló fue la objeción de conciencia y Deza sobre eso apuntó que era una cuestión que significaba una enorme concesión que ponía en tensión el proyecto. “El problema son los objetores que cierran la puerta de acceso a la salud -advirtió-. La peor cara de la objeción es la que se oculta tras un lugar de poder brindando información falsa, solicitando estudios y causando dolores innecesarios”.

Del lado de quienes apoyan el proyecto también habló el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, que recordó que “la penalización no le ha servido a nadie” y se apoyó en el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional para decir que ese punto habla del respeto a las condiciones establecidas en las asambleas internacionales de Derechos Humanos que protegen la autonomía de la mujer. Ir contra eso sería, aseguró, ir en contra de tratados internacionales y del derecho convencional.

En esa misma línea participó también la jurista Aida Kemelmajer de Carlucci: “Las leyes y los tratados deben ser interpretados y aplicados conforme las realidades y necesidades actuales, no mirando hacia atrás” y se refirió a tres pilares: autonomía, pluralismo y solidaridad. Diana Maffía, directora del Observatorio de Género, por su parte, recordó que el proyecto no obliga a nadie a abortar y que es necesario subrayar la autonomía de las mujeres como “presupuesto bioético y fundamental de la condición humana”.

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Desde el lado de la medicina, hablaron Víctor Urbani, médico y ex ministro de salud de Jujuy, que repasó las cifras del aborto clandestino y puso el énfasis en todo eso que no se sabe porque no hay datos del sector privado. ”He visto morir muchas mujeres por abortos clandestinos y no vi delincuentes; vi víctimas”, concluyó.

También desde la experiencia, la infectóloga Leda Guzzi reconoció que fue el trabajo de campo el que le permitió cambiar de opinión: “¿Por qué un grupo considera que está en mejores condiciones éticas para tomar decisiones que arrasan con la vida de una niña de 11 años que queda embarazada”, preguntó, refiriéndose a los casos de niñas abusadas y recordó que el Estado deberá organizar sus recursos para que la objeción de conciencia de los profesionales de la salud no sea una llave que cierra la puerta a los derechos de las mujeres. “Ver morir tantas jovenes mujeres por abortos inseguros, dejando familias desmembradas, niños desamparados, condujo a un giro en mi mirada y me llevó a entender que, mas allá de las visiones religiosas, es un tema de salud publica”, observó.

Del otro lado, entre los argumentos en contra del proyecto, habló el ginecólogo Martín Olivera Ravasi, que expuso números de recursos en salud y puso en dudas la prioridad de la ley que para él consiste en “la aniquilación de una vida humana en pos de la otra”.

A su turno, el obispo auxiliar de Buenos Aires Gustavo Carrara habló de la situación de los barrios populares y dijo que la ley representa “la cultura del descarte”. También desde el ámbito religioso expuso Aníbal Bakir, vicepresidente del Centro Islámico en Argentina, que presentó cuestiones de jurisprudencia islámica.

Del lado de las leyes, quienes se oponen a la ley de IVE tuvieron entre los exponentes a Néstor Sagués, que se refirió al derecho de las “personas por nacer” y dijo que este proyecto es una “aberración jurídica” .

En la misma línea, María Angélica Gelli, del Instituto Política Constitucional, que dijo que no se puede “obligar a los médicos a que hagan lo que dice la ley sin más".

Con preguntas entre bloque y bloque, en especial para Deza, Kemelmajer y Gelli, la ronda terminó con puntos clave, además de la objeción de conciencia, como la autonomía de las mujeres y lo que implica hablar de salud pública. La discusión sigue, pero sumó un día más.

DD