La Lucila: un empresario pensó que querían robarle y le disparó a un delivery

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El tranquilo barrio de La Lucila, en la zona norte del Gran Buenos Aires, se vio alterado en la tarde del martes por un acto de locura de un hombre que

creyó que estaba por ser asaltado. Un empresario, que se movilizaba en un auto de alta gama, se bajó del vehículo y le efectuó un disparo de arma de fuego intimidatorio a un motociclista que trabajaba como repartidor de una empresa de pedidos, al que acusó de haberlo seguido por varios minutos junto a otro automovilista.

El hecho se registró alrededor de las 19 en la calle Doctor José Ingenieros al 900, entre Catamarca y Hernán Wineberg, en esa localidad del partido de Vicente López.

Voceros judiciales y policiales informaron que un empresario domiciliado en la vecina localidad de Olivos se dirigía hacia su vivienda a bordo de un auto marca BMW proveniente de una hamburguesería de Martínez, cuando se bajó del vehículo con un revólver marca Smith & Wesson calibre .357 Magnum y efectuó un disparo intimidatorio al pasto de una propiedad para disuadir a un motociclista que circulaba con una caja de la aplicación de reparto de pedidos Glovo.

En diálogo con TN, un vecino contó que al escuchar el disparo salió a la calle y vio como el hombre estaba golpeando al muchacho del delivery, que "ni siquiera se defendía, sólo intentaba irse del susto que tenía". Fue así que el conductor del vehículo logró reducir al motoquero hasta que llegara la policía.

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“Estaba trabajando en mi casa y salí cuando escuché el disparo. Entonces vi a este hombre que le pegaba al muchacho y lo insultaba. Una vez que llegaron los policías, actuaron como si el repartidor fuese culpable, pese a que no tenía nada encima”, narró Leonel frente a las cámaras.

El móvil de las fuerzas de seguridad demoró entre 7 y 10 minutos, reveló el mismo vecino, y al llegar los uniformados escucharon la versión del automovilista y decidieron detener al joven repartidor.

El BMW negro del que se bajó el conductor con un arma de fuego para enfrentar al delivery.

El BMW negro del que se bajó el conductor con un arma de fuego para enfrentar al delivery.

El conductor del BMW les relató a los oficiales de la comisaría 1ra de Olivos que lo venían siguiendo desde un auto tipo sedan de cuatro puertas, marca Fiat y de color gris, y también desde la moto Mondial usada como delivery con un solo ocupante.

En determinado momento, y siempre según el relato del empresario, el auto Fiat le frenó por delante, la moto quedó atrás, y ahí decidió bajarse y realizar el disparo, ante el temor de un intento de robo. Luego, el vehículo gris se habría ido del lugar, mientras que el repartidor se tiró al piso hasta que llegó la Policía.

El motociclista, de nacionalidad venezolana, negó esas acusaciones, demostró que tenía la aplicación para repartir pedidos de la empresa Glovo descargada en su teléfono celular y la caja que llevaba en el rodado era original, informaron fuentes judiciales.

Asimismo, el joven, quien no llevaba armas de ningún tipo consigo ni poseía antecedentes penales, se mostró colaborativo con los policías y los funcionarios judiciales presentes en el lugar, y aseguró poder demostrar que se encontraba trabajando en la zona.

En tanto, el empresario es legítimo tenedor de armas de fuego pero no tenía habilitada la portación, añadieron las fuentes consultadas. Por ese motivo, Alejandro Guevara, titular de la Fiscalía descentralizada de Vicente López Este, imputó al hombre del delito de portación ilegal de arma atenuada aunque no dispuso su aprehensión.

Respecto del motoquero, fue esposado en el lugar y quedó sujeto a la investigación en el marco de la causa por "averiguación de ilícito", por lo que se lo notificó de su situación procesal, pero tampoco quedó aprehendido.

En ese sentido, se secuestró su celular para corroborar los últimos mensajes de texto enviados y recibidos, mientras que por otra parte se oficiará a la aplicación Glovo para constatar si efectivamente el joven está registrado como empleado.

“Al chico lo tiraron al piso, le pusieron las esposas y lo subieron arriba del móvil. Y el otro tipo seguía lo más pancho, caminando, hablando con la gente. Tiraba bromas, incluso”, describió el testigo. Y concluyó: “El chico quería desaparecer del miedo que tenía. Y nadie lo defendió”.

En el lugar del hecho trabajaron peritos de la Policía Científica, mientras que se secuestró el revólver del empresario con una vaina servida y cinco cartuchos intactos, indicaron los voceros.

Con información de Télam.

JPE​