Rebrote, segunda ola o tercera: ¿cómo rotular el alza de casos de coronavirus que se expande en todo el país?

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Un contrapunto con otro país quizás sirva para entender dónde estamos parados en materia de coronavirus. En junio, Alemania anunció que cerraría el ingreso de turistas si determinaba 50

nuevos casos de Covid-19 cada 100.000 habitantes por semana. Hoy, en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, varios municipios -algunos turísticos y otros no tanto- oscilan, promedio de los últimas siete jornadas, entre 30 y más de 60 nuevos casos de Covid cada 100.000 habitantes. No por semana sino por día. ¿Estamos ya en la segunda ola?

De todos los expertos consultados para esta nota -que coincidieron en que “lo de los nombres tiene algo de arbitrario”- habría que poner en primer término a quien rompió el esquema dicotómico previsto en estas líneas: ni segunda ola, ni rebrote, Omar Sued, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explicó que se inclina por la idea de que transitamos la tercera ola de coronavirus en el país.

“Yo estoy más tentado a pensar que tuvimos una primera ola en Buenos Aires, una segunda ola en el interior del país, es decir, una epidemia que en un segundo momento se trasladó de Buenos Aires a las otras provincias, algo que ocurrió de julio a diciembre, y que ahora estamos en una tercera ola”, explicó.

Entre quienes consideran mucho más lógico llamar “rebrote” -y no “segunda ola”- al alza de casos en Buenos Aires, está la mirada cautelosa del médico infectólogo Javier Farina, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y uno de los analistas obsesivos de las curvas de la pandemia.

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Hace días Clarín le viene consultando cómo llamar la suba de casos persistente desde el 8 de diciembre. Él insiste en que “hay que esperar y seguir viendo la tendencia. Por ahora es un repique de casos muy marcado, que es muy probable que se convierta en la segunda ola, propiamente dicha”.

El físico del Conicet Jorge Aliaga, igualmente zambullido desde el día uno en la estadística diaria del coronavirus (es ex decano de la facultad de Ciencias Exactas de la UBA y actual secretario de Planeamiento de la Universidad de Hurlingham), explicó: “Hay dos temas con la expresión 'segunda ola'. El primero es si podemos usarla cuando nunca terminó la primera ola. No llegamos, como Europa, a casi no tener casos. Bajamos del pico y en el mejor momento llegamos a tener, promedio, 5.000 casos por día. O sea que bajó a un poco más de la mitad o a la tercera parte, en el mejor de los casos, pero no desapareció”.

Hace dos semanas, Aliaga había explicado a Clarín que necesitaba más días para confirmar que la suba actual de casos no fuera un efecto circunstancial de los feriados de diciembre, que trajeron aparejada una conducta relajada en reuniones a puertas cerradas. Se habían sumado, además, eventos masivos a cielo abierto que podrían haber propiciado los contagios: el velorio de Diego Maradona, primero, y la vigilia frente al Congreso antes de la legalización del aborto, después. Su visión, ahora, es muy clara: “No sé si técnicamente sería una segunda ola, pero que hay una suba, ya no caben dudas”.

“A ver (analizó)... si me preguntás si esto va a bajar, no lo puedo asegurar. Pero los que aseguran que esta alza es por las Fiestas, lo están diciendo para no entorpecer la temporada de Turismo, es decir, por un tema económico. Es entendible, pero lo cierto es que nadie puede asegurar lo que va a pasar en el futuro porque sigue dependiendo del comportamiento de la personas. Que sea una suba circunstancial, la verdad no parece”.

También en el extremo opuesto de los que minimizan la suba de casos está Rodrigo Quiroga. Es doctor en Química especializado en Biología Molecular y Bioinformático, de la Universidad Nacional de Córdoba, y otro de los investigadores del Conicet focalizado de lleno en las cifras de la pandemia. En diálogo con este medio aseguró que no tiene ninguna duda de “hablar de una segunda ola en la región metropolitana, que desde esta semana está confirmada también en todo el país”.

Quiroga está seguro de que “la proliferación de casos no es un evento circunstancial. Si se hubieran desencadenado por el fin de semana largo del 8 de diciembre, los casos tendrían que haber bajado hacia el 20 de diciembre, antes de Navidad. Pero no ocurrió. La suba persiste en el tiempo porque el R es mayor a 1. Y eso es porque la cantidad de contactos diarios de cada persona y el riesgo de contagio en que incurre cada contacto es mayor que antes”.

Agregó que “el lunes se terminó de confirmar que todas las provincias están aumentando. Incluso algunas que tenían muy poquitos casos, como Misiones, Salta y Jujuy. Vemos una repetición de la película de julio. Es preocupante. Según el comportamiento social, veremos si esta segunda ola se parece a la primera, con sus consecuencias, o si podremos frenarla”.

Mapa nacional

Mirando el avance del Covid en Buenos Aires, Aliaga explicó que “Capital tiene un crecimiento fuertísimo, pero surge la duda de hasta qué punto una parte se justifica por un mayor testeo. En el Gran Buenos Aires hay una suba, pero menos grande que en la ciudad. Y en algunas partes del interior de la provincia de Buenos Aires sube, mientras que en otras no. Por ejemplo, Tandil es turístico, pero no subió tanto como General Pueyrredón. Y no se ven tantos casos de la mitad para arriba del país. En cambio, de La Pampa o Neuquén para abajo, la cantidad de casos por habitante es enorme”.

Quiroga aportó también su resumen y no es muy feliz: “CABA, Entre Ríos y la Patagonia tienen niveles récord de casos, promedio de los últimos siete días, con niveles que superan lo que jamás hubo en esas provincias. Y otras cinco crecen rápido: Córdoba, Santa Fe, Tucumán, Santiago del Estero y la propia Buenos Aires”.

Sin embargo, la mayor provincia del país requeriría un análisis minucioso de cada región sanitaria. Los contrates conforman un mosaico desparejo que no es fácil resumir.

Porque mientras algunas jurisdicciones confunden con sus pocos casos diarios, la incidencia -al ser muy baja la población- asusta. Pero, para dar algunos ejemplos, habría que tener el ojo puesto en zonas como General Pueyrredón, donde se ubica Mar del Plata; o Pinamar, Balcarce, Lobería, Bolívar y Rauch, por mencionar solo algunas de las muchas que superan la media nacional.

Y, sin dudas, el sur del país preocupa especialmente, ya que los contagios nunca dieron tregua. Confunde también acá la baja densidad poblacional y la alta incidencia de cualquier suba mínima. Pero así y todo no habría que desestimar las siguientes cifras.

La Pampa tiene más de 74 casos diarios (otra vez: promedio de la última semana y cada 100.000 habitantes). Neuquén, más de 63; Río Negro, más de 42; Chubut, 55; Tierra del Fuego, casi 60; y Santa Cruz rozaba los 110 y mostraba una baja. Habrá que ver si es coyuntural o se sostiene.

GS