Miguel Russo no pudo ocultar su enorme frustración en la conferencia de prensa

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La bronca y el dolor flotaban en el aire. Hasta detrás del tapaboca se adivinaba el rictus amargo de Miguel Ángel Russo después de la actuación falsa de

target="_blank" alt="boca-juniors" href="https://www.clarin.com/tema/boca-juniors.html" target="_blank" title="boca-juniors">Boca en Vila Belmiro, donde cayó 3-0 ante Santos, que le hizo precio, y se quedó afuera en semifinales de la Copa Libertadores. Y en la conferencia de prensa no disimuló en nada su sensación.

Con respuestas cortantes, el DT dejó clara su frustración, aunque en todo momento buscó puntualizar que se hacía responsable de la caída.

"Me hago cargo de todo, como siempre lo he hecho", afirmó Miguel, como para liberar de culpas a jugadores que mostraron rendimientos muy por debajo de lo esperado. Y subrayó: "Hemos cometido errores a los que no estábamos acostumbrados, y en este tipo de circunstancia pesan mucho".

El DT puntualizó además algo que quedó bien claro: lo que se vio en la cancha no coincidía con lo previsto antes del partido. "La idea era jugar de igual a igual como lo hemos venido haciendo en muchas partes de este torneo, y es la primera vez que nos hacen tantos goles", se lamentó.

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Esquivó también la pregunta sobre si no se arrepentía de la formación que había dispuesto. "Con el resultado puesto, hay situaciones que todo el mundo evalúa...", sentenció.

Russo, durante el choque entre Boca y Santos. (Foto: AP)

Russo, durante el choque entre Boca y Santos. (Foto: AP)

Además de remarcar que no tenía "excusas", Russo habló de su tristeza por la oportunidad perdida. "Uno no se va bien, la derrota duele, en una semifinal que estaba abierta y donde teníamos posibilidades", comentó, y se refirió de costado a la expulsión de Frank Fabra, que terminó de complicar un panorama ya muy difícil: "Teníamos uno menos y nos costó mucho".

En pocos minutos liquidó el trámite Russo, que de lo menos que tenía ganas era de contestar preguntas. Saludó y partió rumbo a una noche en la que seguirá tratando de asimilar el golpe durísimo de una chance enorme desperdiciada.