¿Cómplices en el Capitolio? El FBI investiga si el ataque fue planeado con ayuda desde adentro

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El Servicio Secreto y las agencias federales de Estados Unidos trabajan sin descanso estos días en un masivo despliegue de fuerzas de seguridad en Washington que impida que en la asunción

de Joe Biden este miércoles se repita la inédita ola de violencia del 6 de enero, cuando una turba de simpatizantes del presidente saliente Donald Trump asaltó por la fuerza el Capitolio.

Los aviones que llegan a la capital estadounidense estos días están atestados de uniformados procedentes de todos los puntos del país, con trajes camuflados y otros hombres de civil, de inmensa estatura y pelo al ras.

Cuando el presidente demócrata y su vice Kamala Harris tomen juramento, habrá un despliegue de 15.000 miembros de la Guardia Nacional, miles de policías y otros agentes federales que custodiarán la ceremonia en una ciudad que ya está completamente vallada, con retenes y oficiales desplegados por todos lados, aunque casi todo el evento se desarrollará en forma virtual.

Es que se teme que el asalto al Capitolio del Día de Reyes no haya sido un episodio aislado y espontáneo de violentos manifestantes enfervorizados por el discurso de Trump, sino que el ataque haya estado planeado. Incluso que hubiera contado con ayuda desde adentro del recinto.

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Los investigadores del caso colocaron su atención en que había atacantes en columnas organizadas, una mujer que gritaba instrucciones con un megáfono y gente que había visitado el Capitolio en día anterior.

La bandera confederada, uno de los símbolos racistas que llevaban los asaltantes del Capitolio, el 6 de enero. Foto: REUTERS

La bandera confederada, uno de los símbolos racistas que llevaban los asaltantes del Capitolio, el 6 de enero. Foto: REUTERS

¿Conspiración?

En los centenares de videos y fotografías que se difundieron del ataque, algunas apuntan a una posible conspiración organizada. En algunos se ve cómo la policía del lugar, uno de los más custodiados del mundo, opone apenas resistencia a los manifestantes que saltan vallas.

En otros se va a una mujer con un gorro rosa que da instrucciones con un megáfono dentro del Congreso a otras personas, como si les indicara hacia dónde tienen que ir. También se ve a dos hombres que llevaban tiras de plástico que podrían ser utilizadas para inmovilizar rehenes.

Algunos funcionarios creen que muchos de los manifestantes se movían con sorprendente seguridad dentro del edificio, que son inmensas moles de laberintos de oficinas interconectadas con pasillos y túneles, y conocían dónde estaban los despachos de los principales legisladores.

“Sabían dónde ir”, dijo el representante demócrata James Clyburn en CBS News. “Sí, alguien de dentro de esos edificios era cómplice en esto”.

En un rastreo minucioso, los fiscales arrestaron a docenas de personas y dicen que más de 200 pueden ser acusadas. Pero no mencionaron por ahora que hubiera habido una conspiración o complot.

Sin embargo, Michael Sherwin, el fiscal federal de Washington que supervisa la investigación, afirmó que están viendo “rastros de organización”, incluyendo comunicaciones entre quienes estaban dentro y fuera del edificio. Según el fiscal, la prioridad para las fuerzas de seguridad es determinar si hubo un “control y mando general” y “equipos organizados” en la invasión al Congreso.

Visitas sospechosas

La legisladora Mikie Sherrill dijo que grupos de simpatizantes de Trump ingresaron al Capitolio un día antes del ataque en un tour para “reconocerlo” y describió esas visitas como “sospechosas”.

Los turistas pueden entrar a algunas partes del edificio con visitas guiadas, pero también se puede ingresar si se es invitado por algún legislador o miembro de su equipo, siempre traspasando estrictas medidas de seguridad.

“Los vínculos entre estos grupos dentro del Complejo del Capitolio y los ataques en el Capitolio precisan ser investigados”, señaló Sherrill.

Disturbios en el Capitolio

Matthew Feldman, del Centro para el Análisis de la Derecha Radical en Reino Unido, dice que esto es típico de la violencia política. “Las personas que formaron la masa no parecían organizadas, pero entre ellos había claramente gente que sí estaba organizada”, agrega.

Feldman destaca que la multitud incluía a miembros de los grupos violentos Three Percenters, Oath Keepers y Proud Boys, algunos de los cuales viajaron a Washington desde puntos tan lejanos como Hawaii. También entre los asaltantes fueron identificados varios policías de distintos estados que estaban fuera de servicio.

Su presencia, el descubrimiento de bombas caseras escondidas en las proximidades, y las aparentes amenazas para capturar a miembros del Congreso o al vicepresidente eran signos de un complot de “terrorismo”, afirma Feldman.

La líder demócrata Nancy Pelosi, cuya oficina fue invadida por los manifestantes, mencionó el viernes la posibilidad de que hubiera planificación y coordinación.

“Si se descubre que miembros del Congreso fueron cómplices de esta insurrección, si ayudaron e incitaron al delito, puede que se tomen acciones más allá del Congreso en términos de acusación”, advirtió.

Washington, corresponsal

CB