Donald Trump, un vecino incómodo para muchos habitantes de Palm Beach, en Florida

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Donald Trump aterrizó como presidente el miércoles en el aeropuerto de West Palm Beach en Florida y, cual Cenicienta a las 12 del mediodía, sus poderes se desvanecieron

mágicamente cuando asumió el presidente Joe Biden en Washington.

Fue un momento muy duro para el magnate, que buscó refugio en su lugar favorito para poder pasar uno de los días más tristes de su vida. Florida es hoy el lugar donde puede intentar sentirse entre amigos y relanzar su perfil político junto a su familia, aunque algunos vecinos no quieren verlo por allí.

Trump se encerró con su familia en su mansión del club Mar-a-Lago, considerada en su mandato como una segunda Casa Blanca, donde iba a descansar los fines de semana largos o a huir del invierno. No trascendió lo que hizo en las primeras horas como un hombre común, aunque se lo vio jugar al golf, su deporte favorito. Muchos lo imaginan rumiando bronca contra los amigos que lo abandonaron. Pero creen que en algún momento se le pasará y saldrá al ruedo.

Mientras tanto, sus simpatizantes le dieron una cálida bienvenida. Cuando bajó del avión un grupo de trumpistas vivó el paso de la camioneta blindada que se desplazaba por la avenida principal de Palm Beach, una isla plena de lujosas mansiones y unida al continente por varios puentes.

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Donald Trump y Melania llegaron este miércoles a Palm Beach. Florida, territorio amigo del magnate. Foto: AFP

Donald Trump y Melania llegaron este miércoles a Palm Beach. Florida, territorio amigo del magnate. Foto: AFP

La comitiva no se paró en ningún punto del recorrido, que se hace en unos 13 minutos, y Trump solo saludó a sus seguidores desde el interior del vehículo. “¡Te amamos!”, gritaban algunos de seguidores con la clásica gorrita roja. “¡Bienvenido a casa!”.

Un estado "amigo"

A pesar de haber perdido las elecciones del 3 de noviembre, Trump ganó en Florida y también había ganado allí cuatro años antes. Es terreno amigo. Aquí le organizaban espectaculares desfiles de barcos y reuniones privadas para recaudar fondos.

Bertica Carrera, directiva de “Latinos for Trump”, una organización con base en Florida, dice a Clarín que está contenta de que el presidente saliente se haya instalado en el Estado del Sol. “Muchos en Estados Unidos se están mudando para aquí”, apunta y señala que es porque es un enclave republicano, dirigido por un gobernador, Ron De Santis, que no ha cerrado el estado por el coronavirus.

Seguidores de Donald Trump lo saludan, este miércoles, a su llegada a Palm Beach, Florida, en camino hacia su residencia Mar-a-Lago. Foto: AFP

Seguidores de Donald Trump lo saludan, este miércoles, a su llegada a Palm Beach, Florida, en camino hacia su residencia Mar-a-Lago. Foto: AFP

En Palm Beach, un vecindario de millonarios, Trump estará rodeado de amigos poderosos que podrían ayudarlo a revivir políticamente. Entre ellos está el presentador de radio ultraconservador Ruth Limbaugh. Además, Newsmax, un medio nuevo que se ha convertido en un favorito de Trump, está basado en la cercana Boca Raton.

También durante la presidencia de Trump, Florida se convirtió en una especie de refugio para reuniones republicanas. Grupos como Turning Point USA y la Conferencia de Acción Política Conservadora han localizado sus conferencias en el estado, y el Comité Nacional Republicano acaba de celebrar su conferencia de invierno en Amelia Island en el noreste de Florida.

Pero no solo Trump se siente cómodo en este estado. Su familia también planta raíces allí. Ivanka, la hija mayor, compró con su esposo Jared Kushner un terreno en la exclusiva isla Indian Creek de Miami, lo que levantó especulaciones de que podría lanzar desde allí una candidatura a gobernadora o algún otro cargo en el estado. Donald Trump Jr. también está buscando vivienda en el sur de Florida y Tiffany Trump, que acaba de comprometerse, apunta a Miami.

Banderas y carteles de apoyo a Donald Trump en Palm Beach, este miércoles. Foto: AFP

Banderas y carteles de apoyo a Donald Trump en Palm Beach, este miércoles. Foto: AFP

Vecinos incómodos

Pero algunos vecinos de Mar-a-Lago no están tan contentos con su llegada a la zona. Un abogado que representa a varios de ellos ha exigido que Palm Beach declare que el presidente saliente no puede vivir permanentemente allí, citando un acuerdo que hizo con la ciudad a principios de la década de 1990 cuando convirtió la propiedad de una residencia privada a un club privado, según The Washington Post. En ese acuerdo se establecía que los dueños entonces no podrían ocuparlo por más de 21 días al año.

Esto seguramente le traerá un dolor de cabeza a Trump, que buscaba asentarse allí como residencia legal y formal. En Florida los impuestos son más bajos que en Nueva York, donde residía antes de ser presidente, y también allí se siente más confortable para encarar sus posibles proyectos políticos para él o para alguno de sus familiares, como se especula en estos días.

Cabrera señala a Clarín que está segura de que el magnate va a seguir su carrera política, pero no cree que vuelva a postularse como presidente. “Yo no lo haría si fuera él, porque creo que ya han sufrido bastante, han sufrido una campaña de desprestigio por cuatro años”. Pero aclara: “Yo creo que su hija Ivanka o sus hijos quizás se postulen algún día, tienen mucho potencial”.

Cuando sus funcionarios y legisladores en Washington se le alejan, en el Estado del Sol tiene ahora a sus mejores aliados. “Queremos hacerle saber que tiene familiares y amigos aquí en el Partido Republicano en el Condado de Palm Beach que lo apoyaron a través de su presidencia y dos campañas presidenciales”, dijo Michael Barnett, presidente del Partido Republicano del Condado de Palm Beach. “Preferimos tenerlo en Washington, pero estamos muy contentos de tenerlo en casa, también.”

Washington, corresponsal

CB​