Por temor a las nuevas cepas del coronavirus, Europa restringe los viajes internos

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Europa intenta frenar la propagación de las nuevas variantes del coronavirus que ya arrasan con los sistemas sanitarios de Gran Bretaña y de Irlanda. Los

27 miembros de la Unión Europea, reunidos este jueves por videoconferencia, evitaron el cierre de fronteras y la prohibición estricta de viajar, pero sólo permitirán los viajes que sean esenciales.

La situación actual de la pandemia en Europa vuelve a los peores momentos del año pasado, con casi 10.000 muertos en las últimas 24 horas de los más de 17.000 a nivel mundial que calculaba el jueves la Organización Mundial de la Salud.

Varios países del norte del bloque, con Alemania y Bélgica como avanzadilla, amenazaban poco antes de la cumbre con cerrar las fronteras y prohibir los vuelos. Esa decisión se evitó pero a cambio se tomaron medidas que acaban por ahora con cualquier atisbo de movilidad en Europa. Y que se sostendrán al menos dos meses con todas las esperanzas puestas en las vacunas.

Esas restricciones de viajes serán aplicables tanto en las fronteras internas como en las externas y se hacen con el objetivo declarado de impedir que se propaguen más las nuevas variantes del virus. En un documento que movía este jueves la diplomacia alemana se decía que había “necesidad urgente de actuar para impedir, o al menos ralentizar, la propagación de variantes preocupantes del virus tanto hacia la Unión Europea como dentro”.

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, este jueves en Bruselas, donde se hizo una cumbre virtual sobre la lucha contra la pandemia. Foto: EFE

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, este jueves en Bruselas, donde se hizo una cumbre virtual sobre la lucha contra la pandemia. Foto: EFE

Golpe al turismo

Algunos países, los más dependientes del turismo, querían evitar las restricciones de viajes. Entre ellos destacaban Grecia, Portugal, Chipre y Malta, pero también una España que no puede permitirse perder la próxima temporada de turismo estival.

El presidente español Pedro Sánchez, según confiaron fuentes de Moncloa, pidió durante su intervención que se evitaran las medidas unilaterales como los cierres de fronteras de marzo y abril del año pasado.

La Agencia Europea de Prevención y Control de Enfermedades emitió un alarmante informe. Pedía a los Estados miembros que se preparen para endurecer las restricciones ante las nuevas variantes del virus, “muy contagiosas”.

El documento, que se centraba en hacer un análisis de riesgo de esas nuevas variantes –brasileña, británica, japonesa y sudafricana- pedía más restricciones, que se evitara cualquier viaje no esencial y que los gobiernos reforzaran la asistencia hospitalaria.

Los polémicos "pasaportes Covid"

La Unión Europea pidió a los laboratorios que aceleren con la producción de vacunas. Foto: AFP

La Unión Europea pidió a los laboratorios que aceleren con la producción de vacunas. Foto: AFP

Los 27 también rechazan por ahora una propuesta griega, respaldada por la Comisión Europea, para crear una especie de “pasaportes covid”, documentos que sirvieran de salvoconducto para viajar sin cuarentenas ni tests a todas las personas que ya hubieran recibido las dos dosis de las vacunas. La idea olvidaba que los vacunados no corren riesgo de enfermar por el coronavirus pero en principio siguen siendo contagiosos.

El debate sobre el “pasaporte covid” se había enconado en los últimos días. La emisión de esa especie de certificado a los vacunados había encontrado el rechazo de la mayoría de los Estados miembros y sólo había sido defendida claramente por Grecia, Malta y Portugal.

El acuerdo permitirá que se cree un certificado de vacunación que los 27 harán de forma homologable pero que no será más que un aval médico que no tendrá validez como documento de viaje.

La negativa de muchos Estados miembros, con Francia a la cabeza desde que se empezó a tratar la propuesta, se debe a varios factores. Consideran que es discriminatoria porque daría ciertas libertades a unas personas que negaría a otras que tal vez no se han vacunado porque no han podido. También estiman que puede aumentar el rechazo de los antivacunas, que podrían pensar que se hace para forzarles a pincharse.

La cumbre también metió presión a las farmacéuticas porque los sistemas sanitarios europeos están acelerando el ritmo de vacunaciones hasta el punto que la producción de los laboratorios no es capaz de seguir esa velocidad.

Los gobiernos pidieron a la Comisión que exija transparencia sobre las entregas de las vacunas, sobre todo porque Pfizer anunció a principios de esta semana que debía ralentizar las entregas para hacer reformas en su planta de Puurs, en Bélgica, la mayor de Europa.

Bruselas, especial

CB​