La UCR enciende los motores para tres elecciones internas en plena pandemia

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El senador porteño Martín Lousteau prepara la mochila para un febrero intenso y desdoblado. Se dedicará a recorrer la ancha geografía bonaerense como refuerzo de la campaña de Gustavo Posse a

la presidencia del Comité provincial, sin sacarle el ojo a la disputa que también comenzará a calentarse en su distrito, donde sus padrinos políticos, Enrique Nosiglia y Emiliano Yacobitti, medirán fuerzas contra las listas de Daniel Angelici y de Jesús Rodríguez.

Maximiliano Abad, presidente del bloque de diputados bonaerenses de Juntos por el Cambio y candidato a presidir la UCR provincial por el oficialismo partidario. Foto: Fabián Gastiarena

Maximiliano Abad, presidente del bloque de diputados bonaerenses de Juntos por el Cambio y candidato a presidir la UCR provincial por el oficialismo partidario. Foto: Fabián Gastiarena

Para ponerle más pimienta al verano radical, el rival del intendente de San Isidro, Maximiliano Abad, joven presidente del bloque de diputados provinciales, programó una serie de encuentros presenciales y virtuales junto a figuras de la talla de Mario Negri, Luis Brandoni y el ex ministro de Salud, Adolfo Rubinstein. Eso después de haberse mostrado junto a Ernesto Sanz y Elisa Carrió.

El ardor de las internas partidarias en Capital y Provincia perdurará justo hasta el fin de la estación: en ambos distritos se renovarán autoridades el 21 de marzo. Pero no hay dos sin tres.

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También en Córdoba, la segunda plaza de la UCR por cantidad de afiliados, se preanuncia una disputa para el 14 de marzo, dado que un sector “renovador” que encabeza el concejal Rodrigo de Loredo, ex titular de Arsat y terno de Oscar Aguad, se viene resistiendo al llamado a la unidad de Negri y Ramón Mestre, ex enemigos irreconciliables.

Con este panorama, la mitad de los dos millones de afiliados al radicalismo en todo el país será llamada a las urnas en plena pandemia. Unos 650 mil de Buenos Aires, 230 mil de Córdoba y 120 mil de Capital. Con estricto protocolo y si no sobreviene otro pico que obligue a nuevas prórrogas como las que debieron acordar el año pasado, finalmente los tres distritos claves podrán ser normalizados como más les gusta a los herederos de Alem e Yrigoyen: en las urnas.

El plato fuerte será sin dudas el de la provincia de Buenos Aires, donde los aliados también juegan fuerte. Por algo hay tantas manos en el plato y al combo de los que balconean esa interna hay que agregarles a los macristas María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo del lado de Abad, el candidato del ex vicegobernador y actual jefe partidario, Daniel Salvador.

A Posse le apuestan Emilio Monzó, que armó con los diputados del possismo un bloque independiente en la Legislatura provincial, y en dosis menores Patricia Bullrich, que ya se mostró en un acto en San Isidro.

"Hay que terminar con el seguidismo al PRO y fortalecer al partido dentro de la coalición", repite Posse en cada incursión al interior bonaerense, donde afronta su mayor desafío, dado que 27 de los 32 intendentes radicales respaldan a Abad.

Como único representante partidario en el Conurbano, es allí donde Posse cuenta con mayores chances, incluyendo el arrastre de Lousteau, que colocó como primer delegado al Comité Nacional a Pablo Domenichini, rector de la Universidad de Brown. Se trata del primer delfín del ex ministro de Economía fuera de la Capital.

La segunda línea de la lista opositora la ocuparon seguidores de los "históricos" Federico Storani y Juan Manuel Casella, fuertes críticos del gobierno de Cambiemos.

"Pusimos al partido de pie y ahora podemos dar la pelea para meter candidatos propios en 2021 y 2023", asegura Abad, marplatense por adopción. Desde su sector le endilgan a Posse una trayectoria de "zigzagueos", que incluyen el armado de un partido municipal. Y muestran como mayor conquista al candidato a primer convencional nacional, Gastón Manes, hermano del neurocientífico y best-seller.

Así como Posse se autopostula como candidato a gobernador, el oficialismo busca proyectar a Facundo Manes para futuros cargos nacionales dentro de Juntos por el Cambio.

En Capital, la campaña consiste en un "trabajo de hormiga", dado que las internas son por comuna y luego los delegados eligen la nueva conducción en forma indirecta.

En Córdoba la pulseada asoma despareja. De Loredo le reconoció a Clarín que un triunfo de su alianza con intendentes emigrados del mestrismo y con el antiguo angelocismo "sería como destronar a Moyano de Camioneros o al Grondona que mandaba en la AFA". Pero confía en dar el batacazo.

En tanto que el ex intendente Mestre firmó el jueves en Santa Rosa del Río Primero las paces con Negri. Al acuerdo se sumó el sector alfonsinista que comanda el legislador Dante Rossi y que se despegó del embajador Ricardo Alfonsín, quien logró reagrupar otra franja partidaria convertida al "albertismo", donde militan Federico Polack y César Martucci, entre otros.

Según el cristal con el que se mire, el llamado a votar en plena pandemia puede ser considerado un vicio de la vieja política o un ejemplo a imitar de democracia interna. Los que calzan boina blanca no dudan.