Fondo COVAX: cuáles son y cuándo llegarán los otros 9 millones de vacunas que anunció el Gobierno

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El último lunes, el Ministerio de Salud de la Nación difundió el cronograma que maneja de las vacunas contra el coronavirus que deberían llegar al país,

en base a los acuerdos firmados hasta ahora. Es un esquema tentativo: la producción se acelera contrarreloj, pero es una manta corta frente a la avasallante demanda global. Lo que se prevé, de todos modos, es que, además de las 20 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V que deberían llegar a más tardar en febrero, y de las 22.431.000 de AstraZeneca -estimadas para entre marzo y julio-, vendrán entre febrero y julio otras 9 millones de dosis correspondientes al fondo COVAX. ¿Qué es ese fondo, cuándo llegarán las primeras ampollas y de qué marca podrían ser?

Primero, un par de novedades. Este viernes, representantes del COVAX cerraron un acuerdo con Pfizer, la única vacuna “de marca” -si cabe la expresión- que estaba afuera de esta iniciativa. La segunda: aseguraron que la vacuna que primero distribuirán seguramente sea la de AstraZeneca, firma que pondrá a disposición del fondo 150 millones de dosis, precisamente para este primer trimestre del año. Una parte debería tocarle a la Argentina. Qué porción, no se sabe.

El COVAX es una iniciativa apoyada en tres patas: la Organización Mundial de la Salud, un organismo creado en 2000 (con el impulso de la Fundación Bill y Melinda Gates) que se llama GAVI- Vaccines Alliance, y el CEPI, la sigla en inglés de Coalition for Epidemic Preparedness Innovations.

A diferencia de los acuerdos directos entre países y farmacéuticas, o los que se hacen "Estado-Estado" (como el de la vacuna rusa), el COVAX oficia de intermediador en la negociación entre las compañías y los gobiernos, y de algún modo hace las veces de “vaquita”. Países donantes, particulares y entidades de perfil filantrópico ponen dinero para subsidiar a los países menos pudientes.

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En otras palabras, el COVAX reúne a las partes para juntar dinero y, luego, distribuye. Como casi todo, tiene su doble cara: garantiza que un negocio incuestionablemente millonario marche con viento en popa, mientras que, a la vez, promueve que la marcha sea, dentro lo posible, “para todes”. Es decir que “la causa” que se pone en primer plano es lograr una distribución más o menos equitativa de las vacunas y fármacos a nivel mundial.

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Lo de la equidad no es menor en este momento, coincidieron, en diálogos separados con Clarín, dos renombrados sanitaristas: Rubén Torres, director de la Universidad ISalud, ex superintendente de Servicios de Salud y ex representante de la OPS, y Adolfo Rubinstein, ex ministro de Salud y magister en Epidemiología Clínica.

Ambos se mostraron preocupados por un efecto que ya es evidente: que los países más ricos, en comparación a los más pobres, están consiguiendo,antes, más y mejores suministros contra el Covid. Esto es, desde tests y medicamentos para los tratamientos hasta vacunas.

Argentina es parte de los 190 países que integran el fondo COVAX. A esa lista habría que sumar a un gigante que muchos ansiaban recuperar: Estados Unidos que, tras la asunción de Joe Biden dejó clarísima su decisión a pegar un volantazo en todo lo que atañe al alejamiento de la ONU que había sido promovido por Donald Trump.

Hablemos, entonces, de dosis para combatir la pandemia y de cuáles son las expectativas.

Un trabajador de la salud prepara una ampolla de la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus. /Reuters

Un trabajador de la salud prepara una ampolla de la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus. /Reuters

Antes, una aclaración. Tanto Torres como Rubinstein coincidieron en que todas las cifras que se manejan son “tentativas”. Representan intenciones sin reaseguro absoluto, considerando las limitaciones en la producción de vacunas, cuando además la proliferación viral no cesa en casi ningún lado.

La dificultad, una vez aceptada, corre tanto para las metas globales como para las particulares que tiene la Argentina. Es decir, las 9 millones de dosis del fondo COVAX que el Gobierno esperar recibir de acá a julio.

Millones en danza

La intención de los representantes del COVAX es conseguir al menos 2.200 millones de dosis de vacunas a lo largo de 2021, para distribuir en 190 países. El 75% de esa cantidad ya tiene el respaldo de acuerdos firmados. Y como se dijo, las dosis de este primer trimestre deberían tener el sello de AstraZeneca.

Si bien nadie se juega por una fecha o cantidad de dosis que puedan llegar a la Argentina, lo que sí se sabe es que de las más de 2.000 millones de dosis, 1.300 millones van a ir a parar, como una suerte de “facilidad”, a 92 países de ingresos bajos-medios, a través de un mecanismo llamado AMC (Advance Market Commitment).

Esto ocurre porque la participación activa (es decir, económica) de algunos “gigantes” de la economía mundial posibilita concretar acuerdos de precompra, lo que a su vez estimula a los laboratorios a apurar sus desarrollos y producir a gran escala.

Una enfermera en Argentina sostiene la vacuna Sputnik V. Foto: Nievas

Una enfermera en Argentina sostiene la vacuna Sputnik V. Foto: Nievas

Es una apuesta. Un adelanto de dinero para promover lo que, se estima, van a necesitar todos. Argentina, cabe aclararlo, no está entre los 92 países que serán “cubiertos” por el aporte de otros, sino entre los 98 restantes que, no obstante, compran con precios, digamos, "mayoristas", a través de fondos como este.

El mecanismo es conocido, similar al que se usa con las vacunas de calendario a través del Fondo Rotatorio de la OPS. En ese caso, el organismo hace las veces de voz intermediadora entre las farmacéuticas y los países de la región. Y les evita, así, un diálogo complejo con un puñado de países culturalmente distintos, además de distantes. 

Así que por un lado están los países y, por el otro, las farmacéuticas, con las que los representantes del COVAX (esto es, instituciones como la OMS, UNICEF, el Banco Mundial) firman acuerdos.

Importante: para que una productora de vacunas se sume a este fondo, debe primero tener el visto bueno de la OMS. Pfizer, que acaba de sumarse, no solo tiene el visto bueno sino que es la única empresa farmacéutica que cuenta con una aprobación firme de parte del mayor organismo de salud.

En cambio, al menos una decena de compañías farmacéuticas tienen por ahora “preaprobaciones” , un rango menor de aceptación, pero suficiente para integrar el COVAX, siempre que haya acuerdo comercial entre las partes. 

Cuestión de marca

Más allá de que varias vacunas del COVAX están en fase “verde”, el sentido de la iniciativa -aseguran en su página oficial- es que la parte comercial esté un paso adelante de la producción. Así se evitarán demoras innecesarias, y las vacunas, recién salidas “del horno”, podrán serán distribuidas, sin obstáculos comerciales.

¿Cuáles son las marcas que ya están en el COVAX? La enumeración que sigue tiene un sentido, ya que cualquiera de estas marcas podría llegar a la Argentina en el futuro. Claro, una vez que tengan la aprobación para el uso de emergencia nacional.

El presidente Alberto Fernández recibió esta semana la primera dosis de la vacuna rusa, Sputnik. Foto Presidencia de la Nación

El presidente Alberto Fernández recibió esta semana la primera dosis de la vacuna rusa, Sputnik. Foto Presidencia de la Nación

Las de fase 3 en el COVAX son Pfizer, AstraZeneca, Moderna, Novovax y CureVac (de Alemania). En fase 2, Inovio y Bio E (India).

Además, en fase 1 están Clover Biopharmaceuticals (China) e Institut Pasteur-Merck-Themis (Francia, Estados Unidos y Austria). En fase preclínica, las vacunas SK Bioscience (de Corea del Sur), una de la Universidad de Hong Kong y otra por ahora interrumpida de la Universidad de Queensland-CSL (Australia).

Como la vacuna rusa no fue preaprobada por la OMS, no integra, por ahora, el COVAX. Uno supone que cuando el Centro Gamaleya publique datos preliminares de fase 3, la OMS debería pronunciarse en alguna dirección. Es un tema críptico y, considerando que otras marcas en fases iniciales de investigación ya integran el fondo mencionado, cuesta entender qué asunto mantiene a la Sputnik afuera.

Pero justo esta semana, los desarrolladores de la Sputnik se refirieron a esta cuestión: expresaron su disposición a colaborar con el sistema COVAX, aunque ellos mismos matizaron el asunto. “Trabajaremos con COVAX, pero definitivamente (esa iniciativa) no reemplazará el enfoque que hemos utilizado hasta ahora, que es suministrar la vacuna directamente a los países", dijo el director Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Kiril Dmítriev.

Vacunas más, vacunas menos, todo pende, en definitiva, del dinero disponible. Los objetivos son ambiciosos. En 2020, el fondo COVAX recaudó 2.000 millones de dólares, pero este año, estiman, precisarán juntar más del doble: al menos 4.600 millones de dólares para promover la investigación y el desarrollo contra el coronavirus.

AS