Efecto Brexit: Escocia insiste con su independencia y ahora Irlanda y Gales también desafían a Gran Bretaña

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El Reino Unido al borde de la fragmentación. Las cuatro naciones que conforman Gran Bretaña en estado de ebullición, como consecuencia del Brexit, el divorcio

europeo y una profunda crisis de identidad.

Una Escocia que convocará a un nuevo referéndum para conseguir su independencia y sumarse nuevamente a la Unión Europea. Una Irlanda del Norte que permanece en el mercado único europeo, lista para llamar a otra consulta para formar una sola Irlanda y ser europea.

Una posibilidad que la habilita a las negociaciones de paz, tras la guerra civil religiosa entre católicos y protestantes, en la convulsionada provincia británica. Gales con ansias de independencia.

La crisis constitucional del Brexit está provocando su más temido fantasma, a caballo de la pandemia del Covid, y el resultado es el que más preocupa a la reina: la desintegración del Reino Unido.

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Las intenciones separatistas de Escocia complican al primer ministro británico, Boris Johnson. Foto: REUTERS

Las intenciones separatistas de Escocia complican al primer ministro británico, Boris Johnson. Foto: REUTERS

The Sunday Times de Londres, el dominical más leído en el reino, publicó una escalofriante encuesta.

Muestra en particular que la mayoría de los escoceses, pero también ahora de Irlanda del Norte, quieren un referéndum que permita una ruptura con Londres. En el propio País de Gales, el apoyo a la independencia ha aumentado al 23%, desde su máximo del 10% hace cinco años.

"El sentido de identidad británica, que una vez unió al país , se está desintegrando", escribió el diario.

Es la identidad británica la que ha entrado en crisis y hoy amenaza su histórica unidad. Las cifras son inquietantes: el 50 por ciento de los escoceses y el 51 por ciento de los irlandeses del norte quieren un referéndum fronterizo en los próximos 5 años. A ellos se ha sumado Gales: el 31 por ciento lo desea.

Las banderas de Escocia y la de Gran Bretaña, en una imagen de archivo. ¿Se desintegra el Reino? Foto: AFP

Las banderas de Escocia y la de Gran Bretaña, en una imagen de archivo. ¿Se desintegra el Reino? Foto: AFP

Elecciones en Escocia

Las elecciones legislativas para el Parlamento de Escocia son el próximo 6 de mayo. La primera ministra escocesa Nicola Sturgeon ha prometido que ella convocará a un referéndum legal si gana, para que los escoceses decidan si quieren ser o no independientes.

Los sondeos muestran que el partido nacionalista escocés (SNP) se prepara para un tsunami de aprobación en las elecciones. Podrían conseguir 7 bancas más que en el 2016 y les daría 70 de los 120 diputados del Parlamento escocés.

Oficialmente es el primer ministro Boris Johnson quien debe autorizar el referéndum. Pero Sturgeon va a imponer la devolución de poderes que entregó a los Parlamentos de las naciones el ex primer ministro Tony Blair: lo convocará el Parlamento escocés, sin esperar su más mínima aprobación de Boris Johnson y lo disputarán en el Parlamento y en las cortes.

Un cartel en una ruta cerca de Dublin reza: la unidad de Irlanda, la solución para el Brexit. Foto: AFP

Un cartel en una ruta cerca de Dublin reza: la unidad de Irlanda, la solución para el Brexit. Foto: AFP

Un modelo que adoptaron de la independencia de Cataluña. Una crisis de devolución de poderes ya está en la puerta y Boris Johnson se niega a entregárselos a Escocia.

Hoja de ruta

El SNP dio a conocer su "hoja de ruta para un referéndum" el sábado pasado, indicando su firme intención de realizarlo, a pesar de la negativa de Boris Johnson.

Este “plan B” coloca a los dos gobiernos en una trayectoria de colusión constitucional. "BoJo" (como llaman al premier británico) reiteró su oposición categórica a principios de este mes, argumentando que los referéndum solo deberían permitirse "una vez por generación". Una alusión al de 2014, donde el 55% de los escoceses había dicho no a la independencia .

La frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte fue uno de los puntos más conflictivos en las discusiones sobre la salida británica de la Unión Europea. Foto: AFP

La frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte fue uno de los puntos más conflictivos en las discusiones sobre la salida británica de la Unión Europea. Foto: AFP

"Boris Johnson teme claramente el veredicto del pueblo escocés", denunció el domingo Nicola Sturgeon en la BBC.

Ella respalda su demanda contra un Brexit llevado a cabo "contra la voluntad del pueblo de Escocia", que votó el 62% en contra de salir de la UE. Ahora espera que una Escocia independiente pueda eventualmente unirse a Europa.

Apoyo a la separación

El sondeo del Sunday Times muestra que Escocia votaría por 52 por ciento contra 48 a favor de la independencia. En Irlanda, las cifras se invierten moderadamente: el 47 por ciento a 42 está favor de una Irlanda británica contra una Irlanda Unida por ahora.

Pero Lucid Talk, que hizo el sondeo, descubrió que entre los menores de 45 años, el 47 por ciento apoya la reunificación contra el 46 por ciento. Más allá de estas cifras, el 48 por ciento cree que en 10 años habrá una Irlanda Unida contra el 44 por ciento de una Irlanda del Norte aun dependiente de Gran Bretaña.

Otro descubrimiento del sondeo de The Sunday Times fue la consolidación de la identidad local y no inglesa o británica. Los escoceses se sienten escoceses, los irlandeses, irlandeses, en Gales se sienten galeses. En Inglaterra son ingleses antes que británicos.

En las cuatro naciones esperan que Escocia sea independiente en un plazo de 10 años.

El gobierno de Boris Johnson buscó a un escocés para defender su respuesta: el ministro Michael Gove, hijo adoptivo de un matrimonio escocés. Pero no hay afecto entre Gove y Escocia.

La voz de Gordon Brown

La última carta para un Reino Unido es el ex primer ministro laborista, Gordon Brown. Su voz de estadista, su capacidad intelectual, ser escocés y un presbiteriano convencido le dan autoridad moral para el combate.

El ex primer ministro dijo que el gobierno de Westminster “está fuera de contacto con la realidad” y Gran Bretaña “se convertirá en un Estado fallido si no se producen reformas” en la forma en que el país es gobernado.

“Yo creo que la opción es ahora entre un Estado reformado o un Estado fallido”, dijo Gordon Brown el lunes.

”En Escocia, la insatisfacción es tan profunda que amenaza el fin del Reino Unido”, advirtió. Brown dijo que muchos británicos están desilusionados con la forma en que el país está siendo gobernado y bajo los intereses de una élite de Londres.

París, corresponsal

CB​