La interna que ya comenzó en YPF: La Cámpora vs. el CEO de la petrolera

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El nombramiento de Pablo González como presidente de YPF es interpretado como una confirmación del poder de Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora dentro de la empresa. Se lo considera

completamente alineado con las ideas de la vicepresidenta y sus referentes. Pero apenas producida la designación le llegó un mensaje al CEO, Sergio Afrontti puesto allí por Miguel Galuccio. Le dieron a entender que una cosa es el manejo operativo de la empresa y otro, el manejo político.

La representación de La Cámpora dentro de la compañía se manifiesta en Santiago “Patucho” Alvarez, a cargo de Asuntos Corporativos, Marketing & Comunicación, y Santiago Carreras, que se encargó de los sponsors deportivos, en especial fútbol.

En La Cámpora repiten que respetan a Affronti.  Sin embargo, no miran con esa simpatía a Miguel Galuccio, el ex presidente de YPF que sugirió a Affronti para esa posición, como parte de una terna. Galuccio -hoy principal accionista de la petrolera Vista- le propuso tres nombres a la vicepresidenta, que terminó seleccionando a Affronti.

Galuccio es uno de los pocos empresarios que tiene acceso al oído de Cristina Kirchner. Ese vínculo provoca algo de ruido en La Cámpora.

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El jueves comenzó a circular la versión de una estatización del 49% restante de la compañía. En YPF la desmintieron de inmediato. Al día siguiente, el ministro Martín Guzmán se encargó de negar esa posibilidad, algo que fue festejado en la petrolera. Galuccio, que colaboró con Guzmán en la propuesta de reestructuración de deuda soberana y en reuniones con empresarios, también le pidió al ministro algún gesto amigable con los mercados.

“Lo único que queremos es que la gestión de Affronti sea un éxito”, destacan desde La Cámpora. Claro que ellos se reservaron el manejo de una parte sustancial de la caja de una petrolera que factura US$ 10 mil millones al año.

La aparición de González es saludada por el ala más política. “Viene de Santa Cruz, de una provincia petrolera, conoce de sindicatos y sabe de gobierno”, recalcan desde allí. Son todas condiciones que la adjudican carecer al saliente Guillermo Nielsen.

YPF decidió incrementar sus precios un 34% desde agosto hasta ahora. Desde diciembre de 2019 hasta agosto 2020, los tuvo congelados. Affronti y su equipo fueron impulsores de esas recomposiciones. Los funcionarios más políticos siempre son reacios a los incrementos de precios, porque son impopulares.

Todo indica que allí aflora una de las probables tensiones. Con la devaluación y el precio del petróleo Brent (la referencia) en aumento, la industria tendería a creer que eso llevaría a una recomposición de precios. Sin embargo, el ala política es más reacia a esa posibilidad, más cuando se encamina hacia un año electoral.

Una de las claves de la gestión de Miguel Galuccio, que arrancó en la estatización y terminó con el cambio de Gobierno, fue que pudo realizar incrementos de precios, lo que le permitió generar la caja suficiente para realizar inversiones. Esa es la duda a futuro que tiene el mercado sobre el comportamiento de la petrolera hacia 2020.

La deuda financiera de YPF antes de su expropiación (por ejemplo, a fines de 2011) ascendía a U$ 2.588 millones. Cuatro años, ese mismo pasivo ascendía a US$ 6.895 millones. Según un analista que asesoró a la gestión anterior, la administración tenía alrededor de US$ 7.800 millones de deuda financiera al final del primer semestre. Según ese análisis, la velocidad de los pasivos durante 2016 y 2019 creció mucho menos que en el período 2012-2015.

En las otras petroleras entienden que un congelamiento de precios por parte de YPF las afectaría a todas, ya que ninguna podría recomponer. Hacerlo implicaría quedar fuera del mercado, ya que los consumidores buscarían el precio más barato. YPF ya tiene un 55% de participación.

En las compañías también creen que el equipo de management que acompaña a Affronti puede ser más o menos experimentado, pero que se trata de conocedores de la industria y las empresas, por lo que no se volcarán hacia una medida muy dirigista.