Histórica: pistola usada como último recurso por la policía

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En una España convulsionada por atentados terroristas a finales de los años ´70, un militar –el general Uriarte– diseñó una pequeña arma para ser utilizada como último recurso por el personal

gubernamental. Era su idea que pasase fácilmente desapercibida y que se pudiera transportar continuamente.
Bajo la denominación de “arma corta de fuego de dos cañones de palanca disparadora”, fue registrada por la Oficina de Patentes en julio de 1978.
La idea de su creador era que fuese utilizada por un público selecto y que no fuera adquirida por los civiles en general, teniendo en cuenta su potencial peligrosidad al no ser detectada como un arma.

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Características

Con la idea de aligerar su peso, pues la idea era que sea portada permanentemente en un bolsillo o en la mano, solamente se hicieron de acero las partes imprescindibles: cañón y cierre, siendo el armazón de una aleación de origen italiano llamada ERGAL-60, y reduciéndose su peso a apenas 280 gramos.
La fabricación de la pistola corrió por cuenta de la empresa Llama o, lo que es lo mismo, Gabilondo y Cía de Vitoria, aunque esta arma nunca aparecería en su catálogo oficial. Se fabricaron 1.000 ejemplares del calibre 7.65 Pressin, numerados como “PSA000”, siendo 000 el primer ejemplar y 999 el último. Mil unidades más un número desconocido de prototipos en calibre 6,35 y 22 LR.
El nombre de la pistola fue idea de su creador. Originalmente fue Pressing, eliminándose posteriormente la “g” final porque el nombre ya estaba registrado. El arma en cuestión, con una capacidad de dos cartuchos que pueden ser disparados uno a uno o simultáneamente, dependiendo de la presión ejercida sobre la palanca disparadora, cuenta con un seguro manual en la palanca que la bloquea para evitar un disparo accidental.

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La funda en la que suele ir camuflada la pistola contiene un aviso que recomienda no manipularla sin conocerla. Por lo demás, las únicas diferencias apreciables exteriormente entre la funda de la Pressin y una convencional de anteojos es la existencia de un segundo broche, que señala discretamente la posición del seguro, y la presencia de los dos agujeros frontales que marcan la posición de los cañones. Llama fabricó dos tipos de funda: la típica de anteojos, en colores rojo, verde, marrón y azul marino, y otra menos conocida de cuero con una tira por la parte posterior para facilitar su portabilidad.

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Difícil de detectar

La comercialización de esta pistola generó no pocos problemas a las Fuerzas de Seguridad del Estado, ya que nadie podía sospechar de alguien que dejase inocentemente en la bandeja de un arco detector de metales unas gafas y las llaves. Por ello, se emitieron varias circulares internas de la Guardia Civil y la Policía Nacional advirtiendo sobre esta pistola y adjuntando varias fotos del arma y sus fundas.

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La pistola Pressin usa el calibre 7.65 Pressin, también denominado 7,65 Especial, esencialmente un 7,65x17 (.32 ACP), cuya vaina ha sido recortada 2 mm y la carga de pólvora reducida a la mitad para aminorar su alcance efectivo. Esta modificación del calibre se hizo para que, si el arma caía en manos de terroristas, no pudiesen conseguir munición para la Pressin de una forma sencilla. Los cartuchos fueron desarrollados únicamente por la Fábrica Nacional de Palencia (FNP), donde se emplearon vainas del .32 ACP de los años 1977 y 1979.
Como conclusión, podemos decir que la Llama Pressin es un arma de defensa personal de último recurso, sin comparación en todo el mundo, fácil de portar y muy discreta. Difícilmente alguien en la actualidad confiaría su seguridad a un arma de estas características. Por ello, ha pasado a convertirse en un objeto de colección y escasa de ver.

Galería de imágenes

La Llama Pressin en su estuche, con los dos broches que indican la posición del seguro, para poder desactivarlo y disparar sin necesidad de extraerla. Con un poco más de 11 cm de largo total, cañones de 8 cm y 280 g de peso, la Pressin era un mortal elemento cómodo de portar y fácil de disimular. A pesar de la poca potencia de su cartucho, fue pensada para disparos a quemarropa.Su tamaño y formato permitía llevarla continuamente en la mano, de ser necesario, en forma disimulada y sin que otros se percaten de que es un arma.A la izquierda el clásico 7,65mm Browning (.32 ACP) comparado con el 7,65 Pressin. Un acortamiento de la vaina y una reducción en la carga de pólvora.