Nació en Corea, creció en Buenos Aires y la conmueve el furor por el K-Pop: "No me explico en Argentina el éxito de la cultura de mi país"

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Cada vez que escucho una canción de K-pop en la radio, me pregunto incrédula, ¿por qué tanto furor cuando nadie les entiende una sola palabra?

Pero esta duda que de terca

Cada vez que escucho una canción de K-pop en la radio, me pregunto incrédula, ¿por qué tanto furor cuando nadie les entiende una sola palabra?

Pero esta duda que de terca

había conservado durante 20 años, me la retrucó Fiorella Ayelén Soria, fan de BTS, con otra obviedad: “¿No es lo mismo cuando cantás una canción en inglés que no entendés nada?". Y yo que creía tener acceso privilegiado a la cultura coreana por conocer su idioma, no supe qué decir cuando Fiorella me dijo: "Cuando empecé a escuchar a BTS muchos me decían cómo vas a escuchar eso si no entendés nada. Pero el idioma es una barrera para la gente que no se quiere dar el gusto. Y de ahí no paré". 

Resuelta la barrera idiomática, quería entender la pasión de Fiorella por una cultura en apariencia tan distante. “El otro cultural alejado y diferente juega como un orientalismo invertido a través del cual construyen estereotipos positivos de un país al que, gracias al consumo de los productos culturales, quieren visitar y conocer más”, explica María del Pilar Álvarez, investigadora del CONICET y directora de la Diplomatura en Estudios Coreanos en la Universidad del Salvador.

Sandra Lee. Del restaurante coreano Take. Foto: Luciano Thieberger.

Sandra Lee. Del restaurante coreano Take. Foto: Luciano Thieberger.

BANER MTV 1

Y lo más increíble es que la industria cultural coreana de Buenos Aires no solo cautiva al público joven sino también al adulto que busca nuevos intereses aparte de la música. Cho Moon-haeng, director del Centro Cultural Coreano (CCC), sostiene: “Estamos viendo recién el comienzo de un nuevo modo de circulación de contenidos culturales del otro lado del mundo. En los últimos 5 años creció de manera visible y lo que antes estaba reservado a un público de nicho, de carácter juvenil y urbano, con mucho consumo digital, ahora se extiende al general de la población, a un público adulto interesado en conocer el cine y la gastronomía coreana”.

Corea en el Centro. Restaurante Fa Song Song en la calle Esmeralda 993, ciudad de Buenos Aires.Foto Maxi Failla

Corea en el Centro. Restaurante Fa Song Song en la calle Esmeralda 993, ciudad de Buenos Aires.Foto Maxi Failla

“Nosotros trabajamos 3 líneas que son muy fuertes en el Centro: el K-pop a través del Concurso K-pop Latinoamérica, el cine mediante Han Cine - Festival de Cine Coreano en Buenos Aires y la gastronomía, además de clases de idioma coreano, fogoneado por la música y la telenovela”, agrega Gabriel Pressello, responsable de la gestión cultural y prensa del CCC.

Desechado ya mi prejuicio de que un idioma es lo primero que nos acerca a otra cultura, me pregunté si esto obligó a una nueva forma de enseñanza. Roberto Villarruel, director del Centro Universitario de Idiomas (CUI), dice al respecto: “En un principio, nuestras clases en coreano estaban orientadas al rubro profesional pero después nos dimos cuenta que se venía a aprender el coreano para cantar en coreano o a ver telenovelas".

"De modo que cuando empezamos a introducir el fenómeno cultural en las clases, creció la matrícula y de un curso de 10 alumnos con los que empezamos hace 5 años, hoy tenemos en promedio 400 alumnos de 16 a 25 años que completan el ciclo básico. Entre los idiomas orientales que tenemos (japonés y chino), el coreano es el que menos dificultades presenta porque los alumnos ya están familiarizados con sus contenidos culturales. El éxito de Parasite también incidió en la matrícula y convocó a un alumnado más adulto”, asegura el director.

Pero previo a Parasite, el cine coreano ya era conocido. “El Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) del año 2000 fue para muchos el gran descubrimiento del cine coreano. y hoy en día, los directores Kim Ki-duk, Lee Chang-dong y Hong Sang-soo son los predilectos de los cinéfilos mientras que Park Chan-wook y Bong Joon-ho gozan de mayor popularidad”, sostiene Diego Brodersen, crítico de cine y programador de la sala Leopoldo Lugones en el Teatro San Martín. Entre los concurrentes, agrega,
​“hay un porcentaje alto de público joven, no cinéfilo, que comprende los 20 y 30 años, pisando los 40”. 

Productos coreanos en Buenos Aires. Foto Maxi Failla

Productos coreanos en Buenos Aires. Foto Maxi Failla

Un actor que fue clave en la difusión masiva del cine y de las telenovelas coreanas fue el servicio de streaming. De acuerdo con María Cecilia Pellón, asistente de cuentas en Netflix, “en Argentina, en el 2020, las tendencias de visualización demostraron que las personas disfrutaron mucho más del contenido coreano del servicio, duplicando las visualizaciones en comparación al 2019”.

¿Y cómo explicar que un argentino pueda madrugar viendo una película coreana? “El cine coreano tiene algo de drama para llorar y actualidad, pero la marca registrada es el humor en medio de esa tragedia que no solo es novedoso sino también universal. Como es la vida misma cuando a veces, en medio de un funeral, nos reímos,” expresa Kim Chang-sung, actor y director de teatro.

La fermentación: clave del éxito en K-beauty y K-food

Si hay algo con lo que nunca me sentí identificada es con el tema de la piel. En especial, esa cutis de porcelana que es de perfección, tan inalcanzable como frustrante. Pero la belleza también es otro sector que está conquistando el afecto del público adulto, en especial de las mujeres.

¿Pero por qué elegir productos K-beauty en una góndola saturada de opciones? “Corea es la meca de la cosmética y el diferencial está en que se aplica la tecnología de la fermentación de principios activos en formulaciones cosméticas con numerosos derivados de extractos naturales junto a la implementación de probióticos activos. El proceso de fermentación reduce el tamaño molecular mejorando la penetración en la piel,” detalla el doctor Mateo Pablo Paik, CEO del Grupo Skinfree. La calidad de los productos y su eficacia sumado a la relación precio-calidad son los rasgos que definen a la competitividad del K-beauty.

Centro Cultural Coreano en la calle Maipu 972, ciudad de Buenos Aires.Foto Maxi Failla

Centro Cultural Coreano en la calle Maipu 972, ciudad de Buenos Aires.Foto Maxi Failla

Y agrega el CEO: “El único secreto de la envidiable piel de la mujer coreana es el hábito de cuidarse la piel, que incluye la limpieza y la hidratación diaria. Por este motivo, los productos más solicitados son las mascarillas faciales con ácido hialurónico y extractos botánicos fermentados de la línea Coony, los limpiadores faciales en polvo, en base a enzimas probióticas fermentadas, las esponjas de limpieza facial y corporal Konjac Original y los protectores solares de textura ultra liviana”.

La gastronomía coreana también se vio favorecida por el proceso de fermentación y el ejemplo paradigmático es el kimchi, una preparación fermentada a base de col asiática. Considerado el plato nacional por excelencia fue la delicia más mimada en Gastro Corea Food Week, el primer evento de difusión masiva de la cocina coreana en la Argentina, realizado en 2019.

Andrés Park, productor ejecutivo en Kato y uno de los organizadores del evento, dice: “Con Gastro Corea nos propusimos difundir y educar sobre la comida coreana para que los comensales más expertos conocieran nuevos restaurantes y los que no sabían nada se animaran a probar algo nuevo. La barbacoa coreana fue una gran sorpresa por el hecho de la experiencia de cocinar en la mesa. Pero sin dudas el kimchi fue la bandera para que muchos entendieran el concepto de la comida coreana”. En el caso de Víctor Ho, dueño del restaurante Una canción coreana, sostiene, “antes, el plato líder era el bulgogui, un roast beef agridulce. Y lo sigue siendo pero se está ampliando la variedad de consumo. Vendemos mucho jjinmandu, empanadas de kimchi al vapor, y tortillas de habichuela. Y nunca faltan los fanáticos de las sopas picantes como el kimchi jjigue y el yukguejang. Si bien muchos le tienen fobia a las comidas picantes, una vez que se enganchan es un camino de ida”.

Martin Ho, del Restaurante Mr. Ho en la calle paraguay 884, ciudad de Buenos Aires.Foto Maxi Failla

Martin Ho, del Restaurante Mr. Ho en la calle paraguay 884, ciudad de Buenos Aires.Foto Maxi Failla

Ya con 9 años de experiencia en el rubro, Víctor percibe que si antes quienes más venían eran las chicas adolescentes, hoy en día concurren mujeres de todas las edades, no solo argentinas sino también procedentes de Colombia y Venezuela, inducidas por las telenovelas y música coreana. E incluso algunas se animan a preparar kimchi en sus casas.

Agrega Víctor: “Pienso que la gente la elige por la forma de comer que les resulta entretenida, por la gran variedad de platos que ofrece y por lo saludable que es. El mayor beneficio de la gastronomía coreana es el equilibrio nutricional ya que contiene todos los elementos para tener una buena nutrición, en proporciones justas de verduras, carnes y harinas, que despliegan una variedad de colores y aromas”.

Jini Hwang viene acompañando el movimiento de la cultura coreana desde sus inicios, cuando empezó hace 10 años, en sus diversas facetas como locutora, periodista y youtuber. “La cultura coreana es un envolvimiento de múltiples frentes. No es solo escuchar el K-pop, es al mismo tiempo ver K-drama, comer K-food e interactuar con los artistas que están todo el tiempo presentes en las redes sociales, es todo un combo”, plantea Jini. 

En cuanto al futuro de la cultura coreana en Argentina, sostiene: “Si los chicos que tienen ahora entre 15 y 17 años transmiten su fascinación por la cultura coreana a sus hermanos menores, si las que tienen ahora 30 años y fueron alguna vez fans de K-pop hoy les interesan otros aspectos como K-beauty y K-drama, y si Corea sigue produciendo nuevos contenidos como lo viene haciendo hasta ahora, un ejemplo podría ser el webtoon (cómic digital), la tendencia es que en el futuro va a seguir creciendo”.