Terroristas, virus y autos blindados: el Papa inicia el viaje más peligroso de su pontificado, a Irak

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El Papa Francisco inicia el viernes el viaje más peligroso e incierto de sus ocho años de pontificado, desafiando a los terroristas del ISIS y

a la nueva oleada del coronavirus que castiga a Irak, que contagiará a algunos de los que quieren verlo y recibir su bendición.

El 33mo. viaje de su pontificado de casi ocho años es el más difícil porque implica un desafío a los terroristas del ISIS, derrotados militarmente pero aún en operaciones. Francisco visitará Irak con un renovado mensaje de paz entre el viernes 5 y el lunes 8. Nunca corrió tantos riesgos.

La gira apostólica es también la más incierta porque el Papa, inmunizado ya con dos vacunas, visitará seis ciudades recorriendo lo que fue la vieja Mesopotamia de norte a sur. Los miles de personas que quieren verlo y saludarlo, sufrirán inevitables contagios porque se multiplica la segunda oleada del virus y ya ha causado 700 mil infectados y 17.300 muertos.

La violencia terrorista y la pestilencia son dos desafíos enormes, mucho más si se suman, pero el patriarca de los católicos caldeos, Raphael Sako, dijo que Francisco “es muy testarudo, no cancelará el viaje y nos bendecirá”.

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Francisco visitará Irak con un renovado mensaje de paz entre el viernes 5 y el lunes 8. Nunca corrió tantos riesgos.

Los preparativos son minuciosos. El gobierno hizo un pedido especial al que Jorge Bergoglio, de 84 años, no pudo negarse. Aceptó viajar por Irak a bordo de un automóvil blindado por primera vez en sus giras apostólicos. Hasta ahora se negó siempre.

El viaje cubrirá 1.650 kilómetros que en gran parte el Papa argentino hará en avión. Se moverá mucho, descansará muy poco y pondrá a prueba su pierna derecha sometida a una dolorosa ciática.

Bergoglio se desafía también a sí mismo en este viaje, el primero que realiza después de un año en el que tuvo que bajarse de las giras apostólicas por la pandemia que incluso desertificó al propio Vaticano, debido a las medidas de seguridad anti Covid-19.

El primer pontífice que pisa Irak

 El primer pontífice que pisa Irak, una de las cunas más importantes de la civilización humana, donde nació la escritura y se consolidó entre el Éufrates y el Tigris la civilización mesopotámica, es ya casi un campéon si logra regresar vivo al Vaticano sin ser señalado como el responsable de un aumento mortal de la epidemia.

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Fuente: Johns Hopkins Chart: Flourish | Infografía: Clarín

Para algunos científicos, el desafío al Covid-19 resulta “una mala idea” que pagarán las multitudes que se muevan para aclamarlo, aunque el gobierno trata de contener el peligro de un inoportuno estallido de la pestilencia. Quiere a toda costa la presencia del Papa, que reforzaría los equilibrios de poder interno y le daría lustre internacional.

El embajador (nuncio) el Papa en Irak, el monseñor esloveno Mitja Lekovar, esloveno, 51 años, inspeccionó los lugares de la gira del pontífice argentino y volvió a Bagdad a tiempo para caer contagiado por la pandemia. Lo están curando, bien aislado. Los médicos dicen que sus síntomas “son leves”: muchos creen que se trata de un mal augurio.

¿Qué busca Francisco? Ante todo consolar y alentar a lo que resta de la que fue una de las más grandes comunidades católicas en el Medio Oriente. Eran un millón y medio los caldeos en la época del dictador Saddam Hussein, hasta que fue derrocado en 2003 con la invasión norteamericana que ocupó el país y terminó cobrándose el trofeo de Saddam humillado en la horca.

¿Qué busca Francisco? Ante todo consolar y alentar a lo que resta de la que fue una de las más grandes comunidades católicas en el Medio Oriente.

Así comenzó el nacimiento tumultuoso de DAESH, el ISIS, que se encarnizó con los cristianos. Se calcula que de aquel millón y medio quedan entre 200 y 400 mil en Irak, que no pudieron escapar como los otros. Francisco quiere evitar el éxodo, poner en marcha un proceso de reconciliación que en su viaje culminará en la ciudad santa de Najaf con el encuentro con Al-Sistani, el patriarca de los shiítas.

Los shiítas son 200 millones de los 1.300 millones que pueblan el mundo árabe y periódicamente combaten guerras con la mayoría sunnita. Hace dos años el Papa de Roma fue a Abu Dhabi y firmó un histórico documento común con la figura más importante del mundo sunnita: Ahmad al Tayed.

Si el encuentro con el patriarca Al Sistani concluye en términos parecidos, Bergoglio habrá logrado un gran triunfo, que consolida la fase final de su pontificado.

Y lo consolida frente a sus enemigos internos, que están pasando un mal momento por las barrabasadas cometidas por el el ex presidente Donald Trump y la llegada del sucesor demócrata Joe Biden, católico de origen irlandés, amigo personal del pontífice, han contribuido a enfriar los ánimos guerreros de los ultraconservadores que buscaban amenazar con un cisma y controlar el próximo cónclave que elegirá al sucesor de Francisco.

La pandemia ayudó a Bergoglio, inmovilizó la Iglesia por dentro.

Si las cosas salen mal, la importancia que él mismo le buscó al viaje-desafío a Irak, se le volverá en contra y deberá afrontar otra tormenta interna.

Si Bergoglio vuelve indemne de la aventura en Irak, esta será una buena carta en su favor en la lucha interna. Si encima le va muy bien con el patriarca de los shiítas en Najaf, podrá buscar un acuerdo desde posiciones de fuerza con los conservadores de la Iglesia con sede en Estados Unidos, que le atormentan el futuro.

Si las cosas salen mal, la importancia que él mismo le buscó al viaje-desafío a Irak, se le volverá en contra y deberá afrontar otra tormenta interna.

Por donde se lo mire este es un viaje de importancia excepcional. De entrada el viernes se encontrará con los religiosos católicos en la catedral siria de Nuestra Señora de la Salvación, que un grupo de terroristas del DAESH (el nombre del ISIS) asaltó hace una década matando a 58 católicos.

El sábado Francisco llegará a Najaf para su historico encuentro con el ayatollah Al-Sistani, máxima autoridad de los shiítas en Irak, donde forman la mayoría de los 40 millones de habitantes.

Este será el momento crucial de la gira, porque completa el programa de entendimiento con los musulmanes que comenzó en El Cairo y Abu Dhabi, donde firmó el histórico documento de diálogo con el gran imán de Al Azhar, Ahmad al Tayeb, máximo punto de referencia de los musulmanes sunnitas. No se sabe si se firmará un documento histórico similar en el encuentro con Al-Sistani.

Un soldado iraquí pasa junto a un mural del Papa, en Bagdad. Foto: AP

Un soldado iraquí pasa junto a un mural del Papa, en Bagdad. Foto: AP

Otra cita con la historia será la visita a la antigua ciudad de Ur, considerada el hogar de Abraham, el profeta común de judíos, cristianos y musulmanes. Abraham es considerado el padre del monoteísmo.

Cerca de Ur se encuentra Nasiriya, ciudad donde el viernes pasado murieron seis manifestantes que protestaban contra el gobierno.

El domingo Francisco visitará Erbil, Mosul y Qaraqosh. Mosul es una ciudad mártir de los cristianos que sufrieron la represalia del terrorismo del DAESH, obligando a la mayor huída histórica de los católicos caldeos de Irak.

En el país, la epidemia del coronavirus ha impuesto cuarentenas parciales que incluyen el cierre de todos los templos religiosos. Se espera que los actos que presidirá el Papa no serán masivos, pero el encuentro con los católicos caldeos en Erbil puede reunir una multitud de diez mil personas, incluyendo a muchos musulmanes que irán atraídos por el personaje Papa.

El lunes 8 Bergoglio regresará a Roma donde también reina la pestilencia, con Italia en una semana trágica que concluirá con un total de cien mil muertos en un año de pandemia.

 Vaticano, corresponsal

ap