La historia oculta detrás del robo del anillo de Carlos Menem

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“Mauro”, el arrepentido

Justina es la “tía del corazón” de Mauricio Peñaloza, al que su familia le dice “Mauro”. Gracias a Justina, el misterio del anillo se resolvió con final feliz para

la familia de Menem.

La odisea de la devolución de la joya comenzó en Moreno el 25 de febrero. Ese día, “Mauro”, que hacía varios días yiraba de un lugar a otro sin un lugar fijo donde dormir, reapareció en la casa de su “tía”, la mujer que lo crióporque era amiga de su mamá.

“Viene a la tardecita y toca la puerta para entrar. Es el Mauro, dije, ahora sí que le voy a hacer pasar”, recordó Justina, que vive en la localidad de Francisco Álvarez, partido de Moreno, y trabaja vendiendo verdura en elMercado Central de Buenos Aires.

Hacía varios días que el joven estaba desaparecido, desde que la Policía fue a buscarlo en un allanamiento por “hurto”. Tampoco estaba en la casa de su mamá. Su tía le había jurado que si lo buscaban, lo iba a entregar. “Yoal que venga a buscar la Policía lo entrego porque yo trabajo”, decía.

El enfermero y la mujer quedaron a solas.

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Mirame –le dijo ella– ¿Cómo te sientes cuando a tu mamá la ves llorando? ¿Cómo te sientes cuando la Policía viene a buscarte?, lo encaró Justina. “Mauro” no respondía y agachaba la cabeza.

No agaches la cabeza, mirame, insistía ella. Él se puso a llorar.

No llores, ¿o eres maricón? Mirame, ¿adónde está el anillo del Menem? Porque yo ya sé que lo tienes.

–Sí, lo tengo. Ahora te lo voy a traer, respondió “Mauro”.

–No, no vas a salir o si no voy a llamar a la Policía. Vos vas a buscar el anillo conmigo aunque así ensucie todo.

Justina y “Mauro” fueron desde el oeste de Moreno hasta el sur de la Ciudad de Buenos Aires en un Uber. En el camino se encontraron con un auto gris. Alguien le entregó la joya al enfermero envuelta en un papel.

Acá está”, le dijo el enfermero a su tía y se lo dio.

¿Dónde había estado el anillo esos días? Justina cree que en la casa de una prima de “Mauro”, en Villa Lugano, donde él se quedó los días que estuvo desaparecido.

La “tía” ya tenía decidido lo que iba a hacer. Se lo iba a devolver personalmente a Zulemita. Entonces tomó otro Uber hasta Belgrano. Buscaba la casa de Menem, la misma en la que había trabajado “Mauro”, en Echeverría al 3500.

Preguntó a la gente que caminaba por la zona hasta que encontraron a un policía. El oficial, al darse cuenta de lo que pasaba, la llevó hasta la comisaría 13C de la Policía de la Ciudad. Los agentes avisaron al juzgado de turnoquetenían el anillo.

Pero la mujer no lo quería entregar. No a la Policía, porque tenía miedo “de que se perdiera”. Quería dárselo en persona a Zulemita. No fue posible. Tuvo que dejar la alhaja en el lugar.

Inquieta por no haber logrado lo que quería, Justina fue hasta la casa de Menem, avisó en una garita y llamó al 911. Quería asegurarse que la familia supiera que el anillo había sido devuelto. Para eso había costeado todos losviajes de su bolsillo y hasta perdió el viernes, el día de la semana que más vende en el Mercado Central.

Finalmente, a la mañana tuvo la certeza y la paz emocional cuando Zulemita recuperó la alhaja en Tribunales.

Para Justina, igual, hay cosas que no van a volver a ser como antes. “Con Mauro no hablé más de eso, ni le hablo, ni le voy a hablar porque lo que hizo está mal”, dijo, tajante, la mujer ante una consulta deClarín.

Mauricio, hoy arrepentido de su accionar, está citado a indagatoria para este lunes 8. Como se trata de un “hurto”, es decir un robo cometido sin violencia, es un delito excarcelable.

Foto caso: Anillo de Menem

Con el anillo que le regalaron sus padres y el reloj que le daría su hijo Carlitos, fallecido el 15 de marzo de 1995.