Por: Mayra Arena
A ningún poder jamás le importó Formosa ni ninguna otra provincia que no sean las centrales. Todas las decisiones nacionales se vienen tomando hace 200 años en las veinte manzanas que rodean la Casa Rosada. Desde ahí se deciden leyes, políticas, candidatos, golpes duros o blandos y lo que sea que haga falta para que nada de lo intocable se toque. En Formosa gobierna Insfrán, que por reprimir una manifestación ahora es comparado con un dictador. El tipo no escapa a la lógica estatista que prima en algunos gobernantes y en el poder ha formado una casta, como ocurre en varias provincias de la Argentina donde no hay rotación de gobernadores desde hace más de veinte años. Ahora, si en la mayoría de las provincias alejadas de la Casa Rosada ocurre algo parecido, ¿por qué la furiosa atención de los medios porteños en Formosa?
Parte de la dirigencia nacional de Cambiemos está ahora en Formosa, mostrándose como la alternativa democrática y republicana, prestando el oído a quienes sufrieron la cuarentena más estricta del país, con resultados envidiables en salud, aunque, por supuesto, alarmantes a nivel económico. En la provincia más pobre del país parece lógico que haya preocupación por el retorno a las actividades, pero a Cambiemos ¿realmente le importa eso?
Las cargas impositivas que existen en Argentina para el comercio internacional no son nada fáciles de evadir. Ocurre a nivel intra-nacional, por ejemplo, que distintos importadores de Buenos Aires, comercien a través del Puerto de Santa Fe, que cobra menos impuestos que el de CABA. Es decir, compran en el exterior y lo reciben a través de un puerto que les queda mucho más lejos. Aún con el costo del transporte y la logística, termina conviniendo, lo que nos indica qué tan altos pueden ser estos números, sumas que los laburantes no manejamos ni dimensionamos.
¿Y a la hora de exportar? Ocurren cosas parecidas. Aunque también cosas inchequeables, coimas, fugas, evasiones e interminables negocios flojísimos de papeles.
La posición de la provincia de Formosa, limítrofe con Paraguay, es estratégica a la hora de contrabandear. Fueron famosos en algún tiempo, la cantidad de celulares y relojes que venían del querido país vecino. ¿Se acuerdan de los famosos relojes “Folex” que se conseguían a veinte pesos? ¿Y los celulares que eran más para aparentar que para usarlos porque nunca tenían señal? Bueno, resulta que no solo entran cosas, también pueden salir.
¿Qué yo estoy diciendo que Cambiemos quiere tener Formosa para que los grandes terratenientes del país puedan evadir y fugar más de lo que lo hacen? De ninguna manera, no tengo espalda para hacer esa afirmación. Lo que puedo decir es que Bullrich, la mujer que más reprimió y que le bajó la jubilación a los viejos pobres de la Argentina, mostrando preocupación por los pobres y las represiones no tiene coherencia alguna.
A esta altura es redundante señalar que la falta de rotación gubernamental enloquece a la opinión pública solo algunas veces: si ganás las elecciones en un distrito rico es gracias a la gestión, si lo hacés en un distrito pobre es gracias al populismo. Aunque esa no es para mí la madre del borrego: las elecciones el peronismo las gana gracias al peronismo, y cuando las pierde, también es por el peronismo. Y así como la democracia no es solamente poder votar, gestionar con éxito no es solamente ser reelegido. Si después de reiteradas gestiones los números de pobreza siguen en rojo, aunque se ganen las elecciones, la política fracasó.
Hay que estar a la altura del gran país que tenemos, exigiendo resultados al funcionariado y terminando con las fugas que existen en puertos y fronteras, que son las únicas dos caras de esta moneda. Deseo que se tomen todas las decisiones necesarias para que en Formosa y en todas las provincias postergadas, los gobiernos mejoren la puntería, que los pueblos eleven la formación educativa, productiva y política, y que los lobos que se visten de cordero, queden al desnudo.
A ningún poder jamás le importó Formosa ni ninguna otra provincia que no sean las centrales. Todas las decisiones nacionales se vienen tomando hace 200 años en las veinte manzanas que rodean la Casa Rosada. Desde ahí se deciden leyes, políticas, candidatos, golpes duros o blandos y lo que sea que haga falta para que nada de lo intocable se toque. En Formosa gobierna Insfrán, que por reprimir una manifestación ahora es comparado con un dictador. El tipo no escapa a la lógica estatista que prima en algunos gobernantes y en el poder ha formado una casta, como ocurre en varias provincias de la Argentina donde no hay rotación de gobernadores desde hace más de veinte años. Ahora, si en la mayoría de las provincias alejadas de la Casa Rosada ocurre algo parecido, ¿por qué la furiosa atención de los medios porteños en Formosa?
Parte de la dirigencia nacional de Cambiemos está ahora en Formosa, mostrándose como la alternativa democrática y republicana, prestando el oído a quienes sufrieron la cuarentena más estricta del país, con resultados envidiables en salud, aunque, por supuesto, alarmantes a nivel económico. En la provincia más pobre del país parece lógico que haya preocupación por el retorno a las actividades, pero a Cambiemos ¿realmente le importa eso?
Las cargas impositivas que existen en Argentina para el comercio internacional no son nada fáciles de evadir. Ocurre a nivel intra-nacional, por ejemplo, que distintos importadores de Buenos Aires, comercien a través del Puerto de Santa Fe, que cobra menos impuestos que el de CABA. Es decir, compran en el exterior y lo reciben a través de un puerto que les queda mucho más lejos. Aún con el costo del transporte y la logística, termina conviniendo, lo que nos indica qué tan altos pueden ser estos números, sumas que los laburantes no manejamos ni dimensionamos.
¿Y a la hora de exportar? Ocurren cosas parecidas. Aunque también cosas inchequeables, coimas, fugas, evasiones e interminables negocios flojísimos de papeles.
La posición de la provincia de Formosa, limítrofe con Paraguay, es estratégica a la hora de contrabandear. Fueron famosos en algún tiempo, la cantidad de celulares y relojes que venían del querido país vecino. ¿Se acuerdan de los famosos relojes “Folex” que se conseguían a veinte pesos? ¿Y los celulares que eran más para aparentar que para usarlos porque nunca tenían señal? Bueno, resulta que no solo entran cosas, también pueden salir.
¿Qué yo estoy diciendo que Cambiemos quiere tener Formosa para que los grandes terratenientes del país puedan evadir y fugar más de lo que lo hacen? De ninguna manera, no tengo espalda para hacer esa afirmación. Lo que puedo decir es que Bullrich, la mujer que más reprimió y que le bajó la jubilación a los viejos pobres de la Argentina, mostrando preocupación por los pobres y las represiones no tiene coherencia alguna.
A esta altura es redundante señalar que la falta de rotación gubernamental enloquece a la opinión pública solo algunas veces: si ganás las elecciones en un distrito rico es gracias a la gestión, si lo hacés en un distrito pobre es gracias al populismo. Aunque esa no es para mí la madre del borrego: las elecciones el peronismo las gana gracias al peronismo, y cuando las pierde, también es por el peronismo. Y así como la democracia no es solamente poder votar, gestionar con éxito no es solamente ser reelegido. Si después de reiteradas gestiones los números de pobreza siguen en rojo, aunque se ganen las elecciones, la política fracasó.
Hay que estar a la altura del gran país que tenemos, exigiendo resultados al funcionariado y terminando con las fugas que existen en puertos y fronteras, que son las únicas dos caras de esta moneda. Deseo que se tomen todas las decisiones necesarias para que en Formosa y en todas las provincias postergadas, los gobiernos mejoren la puntería, que los pueblos eleven la formación educativa, productiva y política, y que los lobos que se visten de cordero, queden al desnudo.
Por: Mayra Arena
A ningún poder jamás le importó Formosa ni ninguna otra provincia que no sean las centrales. Todas las decisiones nacionales se vienen tomando hace 200 años en las veinte manzanas que rodean la Casa Rosada. Desde ahí se deciden leyes, políticas, candidatos, golpes duros o blandos y lo que sea que haga falta para que nada de lo intocable se toque. En Formosa gobierna Insfrán, que por reprimir una manifestación ahora es comparado con un dictador. El tipo no escapa a la lógica estatista que prima en algunos gobernantes y en el poder ha formado una casta, como ocurre en varias provincias de la Argentina donde no hay rotación de gobernadores desde hace más de veinte años. Ahora, si en la mayoría de las provincias alejadas de la Casa Rosada ocurre algo parecido, ¿por qué la furiosa atención de los medios porteños en Formosa?
Parte de la dirigencia nacional de Cambiemos está ahora en Formosa, mostrándose como la alternativa democrática y republicana, prestando el oído a quienes sufrieron la cuarentena más estricta del país, con resultados envidiables en salud, aunque, por supuesto, alarmantes a nivel económico. En la provincia más pobre del país parece lógico que haya preocupación por el retorno a las actividades, pero a Cambiemos ¿realmente le importa eso?
Las cargas impositivas que existen en Argentina para el comercio internacional no son nada fáciles de evadir. Ocurre a nivel intra-nacional, por ejemplo, que distintos importadores de Buenos Aires, comercien a través del Puerto de Santa Fe, que cobra menos impuestos que el de CABA. Es decir, compran en el exterior y lo reciben a través de un puerto que les queda mucho más lejos. Aún con el costo del transporte y la logística, termina conviniendo, lo que nos indica qué tan altos pueden ser estos números, sumas que los laburantes no manejamos ni dimensionamos.
¿Y a la hora de exportar? Ocurren cosas parecidas. Aunque también cosas inchequeables, coimas, fugas, evasiones e interminables negocios flojísimos de papeles.
La posición de la provincia de Formosa, limítrofe con Paraguay, es estratégica a la hora de contrabandear. Fueron famosos en algún tiempo, la cantidad de celulares y relojes que venían del querido país vecino. ¿Se acuerdan de los famosos relojes “Folex” que se conseguían a veinte pesos? ¿Y los celulares que eran más para aparentar que para usarlos porque nunca tenían señal? Bueno, resulta que no solo entran cosas, también pueden salir.
¿Qué yo estoy diciendo que Cambiemos quiere tener Formosa para que los grandes terratenientes del país puedan evadir y fugar más de lo que lo hacen? De ninguna manera, no tengo espalda para hacer esa afirmación. Lo que puedo decir es que Bullrich, la mujer que más reprimió y que le bajó la jubilación a los viejos pobres de la Argentina, mostrando preocupación por los pobres y las represiones no tiene coherencia alguna.
A esta altura es redundante señalar que la falta de rotación gubernamental enloquece a la opinión pública solo algunas veces: si ganás las elecciones en un distrito rico es gracias a la gestión, si lo hacés en un distrito pobre es gracias al populismo. Aunque esa no es para mí la madre del borrego: las elecciones el peronismo las gana gracias al peronismo, y cuando las pierde, también es por el peronismo. Y así como la democracia no es solamente poder votar, gestionar con éxito no es solamente ser reelegido. Si después de reiteradas gestiones los números de pobreza siguen en rojo, aunque se ganen las elecciones, la política fracasó.
Hay que estar a la altura del gran país que tenemos, exigiendo resultados al funcionariado y terminando con las fugas que existen en puertos y fronteras, que son las únicas dos caras de esta moneda. Deseo que se tomen todas las decisiones necesarias para que en Formosa y en todas las provincias postergadas, los gobiernos mejoren la puntería, que los pueblos eleven la formación educativa, productiva y política, y que los lobos que se visten de cordero, queden al desnudo.
A ningún poder jamás le importó Formosa ni ninguna otra provincia que no sean las centrales. Todas las decisiones nacionales se vienen tomando hace 200 años en las veinte manzanas que rodean la Casa Rosada. Desde ahí se deciden leyes, políticas, candidatos, golpes duros o blandos y lo que sea que haga falta para que nada de lo intocable se toque. En Formosa gobierna Insfrán, que por reprimir una manifestación ahora es comparado con un dictador. El tipo no escapa a la lógica estatista que prima en algunos gobernantes y en el poder ha formado una casta, como ocurre en varias provincias de la Argentina donde no hay rotación de gobernadores desde hace más de veinte años. Ahora, si en la mayoría de las provincias alejadas de la Casa Rosada ocurre algo parecido, ¿por qué la furiosa atención de los medios porteños en Formosa?
Parte de la dirigencia nacional de Cambiemos está ahora en Formosa, mostrándose como la alternativa democrática y republicana, prestando el oído a quienes sufrieron la cuarentena más estricta del país, con resultados envidiables en salud, aunque, por supuesto, alarmantes a nivel económico. En la provincia más pobre del país parece lógico que haya preocupación por el retorno a las actividades, pero a Cambiemos ¿realmente le importa eso?
Las cargas impositivas que existen en Argentina para el comercio internacional no son nada fáciles de evadir. Ocurre a nivel intra-nacional, por ejemplo, que distintos importadores de Buenos Aires, comercien a través del Puerto de Santa Fe, que cobra menos impuestos que el de CABA. Es decir, compran en el exterior y lo reciben a través de un puerto que les queda mucho más lejos. Aún con el costo del transporte y la logística, termina conviniendo, lo que nos indica qué tan altos pueden ser estos números, sumas que los laburantes no manejamos ni dimensionamos.
¿Y a la hora de exportar? Ocurren cosas parecidas. Aunque también cosas inchequeables, coimas, fugas, evasiones e interminables negocios flojísimos de papeles.
La posición de la provincia de Formosa, limítrofe con Paraguay, es estratégica a la hora de contrabandear. Fueron famosos en algún tiempo, la cantidad de celulares y relojes que venían del querido país vecino. ¿Se acuerdan de los famosos relojes “Folex” que se conseguían a veinte pesos? ¿Y los celulares que eran más para aparentar que para usarlos porque nunca tenían señal? Bueno, resulta que no solo entran cosas, también pueden salir.
¿Qué yo estoy diciendo que Cambiemos quiere tener Formosa para que los grandes terratenientes del país puedan evadir y fugar más de lo que lo hacen? De ninguna manera, no tengo espalda para hacer esa afirmación. Lo que puedo decir es que Bullrich, la mujer que más reprimió y que le bajó la jubilación a los viejos pobres de la Argentina, mostrando preocupación por los pobres y las represiones no tiene coherencia alguna.
A esta altura es redundante señalar que la falta de rotación gubernamental enloquece a la opinión pública solo algunas veces: si ganás las elecciones en un distrito rico es gracias a la gestión, si lo hacés en un distrito pobre es gracias al populismo. Aunque esa no es para mí la madre del borrego: las elecciones el peronismo las gana gracias al peronismo, y cuando las pierde, también es por el peronismo. Y así como la democracia no es solamente poder votar, gestionar con éxito no es solamente ser reelegido. Si después de reiteradas gestiones los números de pobreza siguen en rojo, aunque se ganen las elecciones, la política fracasó.
Hay que estar a la altura del gran país que tenemos, exigiendo resultados al funcionariado y terminando con las fugas que existen en puertos y fronteras, que son las únicas dos caras de esta moneda. Deseo que se tomen todas las decisiones necesarias para que en Formosa y en todas las provincias postergadas, los gobiernos mejoren la puntería, que los pueblos eleven la formación educativa, productiva y política, y que los lobos que se visten de cordero, queden al desnudo.