En Europa sí se consigue: la condena de Sarkozy por corrupción

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El ex presidente francés Nicolas Sarkozy fue declarado culpable y condenado a prisión por un tribunal de París por cargos de corrupción y tráfico de influencias, y es

la segunda vez en la historia moderna de Francia que un mandatario es sentenciado.

La condena fue la culminación de solo uno de varios enredos legales en los que está implicado Sarkozy, de 66 años, que dirigió Francia de 2007 a 2012, y todavía tiene una influencia considerable entre los conservadores franceses, para quienes es un golpe casi definitivo: el ex presidente coqueteaba con la idea de montar su regreso en las elecciones presidenciales de 2022, cosa que la condena curiosamente no impide, pero lógicamente frustra sus chances.

Condena. Sarkozy fue declarado culpable de intentar sobornar a un juez que maneja otro caso en su contra, a cambio de promesas de usar su influencia para asegurarle un ascenso. Jean-François Bohnert, el jefe de la fiscalía financiera, que manejó el caso contra el Sarkozy, señaló en un comunicado que los jueces habían encontrado sus acciones “particularmente graves, habiendo sido cometidas por un ex presidente de la República que alguna vez fue el garante de un poder judicial independiente”. Y aunque Jacqueline Laffont, abogada de Sarkozy, juró que apelaría la condena, calificando el fallo como "totalmente infundado e injustificado", pocas parecen ser las esperanzas de revertirlo. El tribunal dictó una sentencia de prisión de tres años, pero dos de esos años fueron suspendidos. Sarkozy debería pasar un año tras las rejas, pero si comete un nuevo delito dentro de un período de tiempo determinado, el tribunal podría ordenar que se cumpla la sentencia completa.

La mejor carta de Sarkozy es aplicar para cumplir su condena de un año fuera de la cárcel, en su casa y con un tobillera electrónica. Pero la apelación deja en suspenso toda la sentencia.

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"Es un golpe duro", explica Pascal Perrineau, profesor de ciencias políticas en la Universidad Sciences Po de París. Sarkozy había cultivado la imagen de un hacedor de reyes "insustituible" que actuó detrás de la escena de la derecha francesa, sin un sucesor político claro. "Llenó el vacío y apareció como una autoridad moral y una posible opción para 2022", explica Perrineau. "Su condena, si se confirma, le roba obviamente esa estatura".

Presidentes. El veredicto de culpabilidad sacude a toda Francia pero especialmente a Emmanuel Macron, que tenía una relación cercana con el ex presidente, a pesar de ser él discípulo del socialista François Hollande. Sarkozy generó en Macron fascinación, embelesado quizás por cholulo de su alto perfil filo: desde los primeros meses en el gobierno Macron le encargó misiones, lo consultó, y lo agasajaba junto a su esposa, Carla Bruni, en el palacio del Elíseo.

En un plano más general, la condena al ex presidente es una nueva mancha para la política francesa, pero también, y a pesar del escándalo, una reafirmación de la democracia gala, referente de las democracias modernas, donde la división de poderes parece funcionar sin privilegios.

El caso Sarkozy se suma al del ex president Jacques Chirac, quien fue condenado en 2011 por malversación de fondos públicos cuando era alcalde de París. Chirac fue el primer jefe de estado francés en ser juzgado desde que el mariscal Philippe Pétain fuese declarado culpable de traición al final de la Segunda Guerra Mundial por colaborar con la Alemania nazi.

Sin embargo, Chirac fue juzgado en ausencia debido a su mala salud mental, y el año pasado Sarkozy se convirtió en el primer presidente francés en asistir físicamente a su propio juicio desde 1945. Y Sarkozy es también el primer presidente francés en ser declarado culpable por corrupción.

Sin embargo, la lista de políticos franceses - no solo presidentes- que han sido condenados por irregularidades financieras o legales es mucho más larga: incluye a François Fillon, ex primer ministro de Sarkozy; Christine Lagarde, ex ministra de Economía del Sr. Sarkozy; y Jérôme Cahuzac, ministro de presupuesto del gobierno socialista. "Simbólicamente, es muy importante", refuerza Perrineau sobre la condena de Sarkozy. “Aumenta la desconfianza, la impresión de que todos son corruptos”.

Frustrado. Sarkozy, quien perdió en su intento de reelección en 2012, y tuvo otro intento de regreso fallido en 2016, sigue negando cualquier irregularidad en la red de casos que lo ha acosado desde que dejó el cargo. Pero podría recibir el golpe final en menos de un mes: está programado para ser juzgado a fines de marzo en otro caso relacionado con el financiamiento de su campaña de 2012, en el que ha sido acusado de exceder los límites estrictos en los gastos. El caso más prolongado y grave en su contra se refiere a las acusaciones de que su campaña de 2007 recibió un aporte ilegal del gobierno del ahora fallecido Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi el dictador que gobernó Libia hasta 2011. Y por la recaudación para esa campaña, Sarkozy también fue acusado de manipular a la heredera de la fortuna de los cosméticos L'Oréal para que lo financiara.

Aunque los casos están separados, la investigación de Libia, que comenzó en 2013 y llevó a los investigadores a realizar escuchas telefónicas en teléfonos pertenecientes al Sr. Sarkozy y Thierry Herzog, su abogado, fue la que desencadenó las otras causas en su contra: descubrieron en 2014 que Sarkozy y Herzog estaban usando líneas telefónicas secretas, y que los dos habían discutido formas de obtener información confidencial sobre otro caso que involucraba al ex presidente y que estaba siendo manejado por el tribunal superior de apelaciones.

Los fiscales probaron así que Sarkozy trató de manipular a Gilbert Azibert, entonces magistrado de la corte, prometiendo usar su influencia para asegurarle un trabajo en Mónaco. El trabajo nunca se materializó, pero según la ley francesa, la propuesta es equivalente al acto de corrupción. Azibert y Herzog fueron declarados culpables por el tribunal por los mismos cargos que Sarkozy y recibieron la misma sentencia. Además, fueron declarados culpables de un cargo de violación de la confidencialidad profesional y Herzog será inhabilitado por cinco años.

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Nicolas Sarkozy saliendo del juzgado. | Foto:CEDOC

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