Facundo Astudillo Castro: un nuevo informe sobre mareas y más rastros en patrullas ponen en duda la hipótesis oficial

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Un estudio de mareas pone en duda la principal hipótesis oficial sobre la muerte de Facundo Astudillo Castro (22). Es la que indica que el joven llegó por su

cuenta al sitio del estuario de Bahía Blanca conocido como Cola de Ballena. Allí tres pescadores divisaron su cadáver el 15 de agosto y avisaron a la justicia.

Según Santiago Ulpiano Martínez, el primer fiscal que tuvo el caso y la jueza María Gabriela Marrón, el 30 de abril, al bajar desde la ruta 3, el joven habría seguido por una vía férrea que corre entre el mar y la carretera. Luego, habría sufrido un accidente que lo depositó en el cangrejal, del cual no pudo zafar y se ahogó.

"El día del hecho, de la desaparición, el agua no estuvo en niveles elevados", reveló a Clarín una fuente judicial con acceso al informe recientemente incorporado al expediente. Fue encargado a organismos científicos por Horacio Azzolín y Andrés Heim, los dos fiscales que siguen el frente de la investigación. Martínez, por su parte, pidió su inhibición.

"Tampoco hubo marea alta 15 de agosto", agregó el vocero. Destacó que testimonios de baqueanos del lugar dan una versión diferente a la de los pescadores que aseguran haber encontrado ese día el cadáver del joven. Facundo salió desde Pedro Luro el último día de abril del año pasado, en plena cuarentena y nunca llegó a Bahía Blanca.

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Respecto del análisis del entorno geográfico donde apareció el cuerpo, los fiscales designados a fines de julio por la Procuración, ya tuvieron un fuerte cruce con la jueza Marrón el mes pasado. Fue a raíz de la pretensión de la magistrada de incorporar al expediente un informe técnico que ellos no habían solicitado.

"No es un trabajo serio y carece de rigor científico. Para los fiscales, es inexistente y por eso se planteó su nulidad", explicó la fuente. A raíz de esa controversia, Azzolín y Heim recusaron a Marrón y pidieron su apartamiento del caso por "pérdida de la imparcialidad" ante la Cámara Federal bahiense. Este tribunal, que a fin de año rechazó un pedido en el mismo sentido presentado por las querellas, aún no se expidió.

Para los abogados querellantes que apuntan a la responsabilidad policial en la desaparición, el estudio de mareas avala su presunción de que el cuerpo fue plantado en el lugar donde se lo encontró. Recordaron el hallazgo de una zapatilla intacta a pocos metros y una huella de vehículo que conducía al sitio donde apareció el cadáver.

Cerca de los fiscales que guían la investigación, le bajaron el tono a los resultados del estudio. “Va a ser analizado de manera integral junto a otras pruebas”, explicó la fuente. Entre ellas, destacó el resultado de nuevas declaraciones testimoniales tomadas en los últimos días por Azzolín.

Testigos reconocieron que la sandía hallada en el destacamento policial de Teniente Origone el 31 de julio era de Facundo. Uno de ellos exhibió un amuleto similar al que la abuela del joven le había regalado y que en su interior lleva, también, una vaquita de San Antonio.

También aseguraron que la piedra de color negro, encontrada en un patrullero policial, pertenecía a un collar que usaba el joven. El trozo, denominado turmalina, como el bar donde trabajaba Facundo en Pedro Luro, estaba en el interior de un Toyota Etios que utilizaba la policía local de Bahía Blanca.

En ambos hallazgos intervino Yatel, el perro entrenado por el adiestrador Marcos Herrero, que actúa como perito de parte, designado por Cristina Castro, la mamá de Facundo. Este lunes, el can, con una toma de olor de su hijo, realizó un par de nuevas marcaciones en otros vehículos de la Bonaerense, secuestrados en el marco de la causa.

Uno de ellos es el patrullero que utilizaba el oficial Alberto González, del destacamento de Teniente Origone y donde se halló un pelo compatible con el ADN de Facundo. “Yatel realizó un par de marcaciones muy determinantes en la parte de atrás y en la zona de la compuerta”, explicó Herrero.

Dijo que ante ese vehículo, el perro “ladró, gimió y demostró interés por subirse”. Una actitud diferente mostró frente al móvil policial de Mayor Buratovich, junto al cual Facundo fue fotografiado el 30 de abril. “Allí movió la cola y las orejas, de manera nerviosa, lo que para mí también es un alerta”, explicó el master canino.

En la misma diligencia, practicada con presencia de personal de fiscalía y Gendarmería, estaba el vehículo particular de la agente Siomara Flores, quien dijo haber levantado a Facundo en las afueras de Mayor Buratovich y llevado hasta el acceso a Teniente Origone. Sobre ese auto, Yatel no demostró ningún interés, según Herrero.

Bahía Blanca. Corresponsal

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