A fines de 2021, habrá 9.500 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus: ¿Pero alcanzarán para todos?

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En tan solo unos meses, las empresas farmacéuticas han producido cientos de millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus. Pero aún así, una investigación de la prestigiosa

revista científica Nature sostiene y aclara lo obvio: el mundo necesita miles de millones “y lo más rápido posible”. Las empresas dicen que podrían producir suficientes vacunas para inmunizar a la mayoría de la población mundial para fines de 2021.

Pero esto no tiene en cuenta los retrasos políticos en la distribución, como los países que imponen controles de exportación, o que la gran mayoría de las dosis se van a países más ricos. “Esta situación está impulsando una campaña para renunciar temporalmente a los derechos de propiedad intelectual para que los fabricantes de los países más pobres puedan fabricar las vacunas con mayor rapidez”.

Se requieren unas 11 mil millones de dosis para vacunar al 70% de la población mundial, suponiendo que se administren dos dosis por persona. Esta es la proporción que podría ser necesaria para alcanzar la inmunidad a nivel de población o de grupo.

Según investigadores del Centro de Innovación en Salud Global de Duke, los países de ingresos altos y medianos altos, que representan una quinta parte de la población mundial, han comprado alrededor de 6 mil millones de dosis; pero los países de ingresos bajos y medianos bajos, que representan las cuatro quintas partes de la población, solo han obtenido alrededor de 2.600 millones.

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Trabajadores de la salud en Dublin, Irlanda. Foto Reuters

Trabajadores de la salud en Dublin, Irlanda. Foto Reuters

Esto incluye 1.100 millones de dosis de COVAX, un plan en el que los donantes internacionales se han comprometido a vacunar a una quinta parte de la población mundial. Según esta medida, dicen los investigadores, podrían pasar dos años o más para que las personas de los grupos de ingresos más bajos se vacunen.

Campaña por los derechos

Es por eso que India y Sudáfrica se encuentran entre los países involucrados en una campaña para obtener la exención temporal de los derechos de propiedad intelectual relacionados con COVID-19. Esto, argumentan los defensores de la campaña, desencadenará una cascada de producción.

La gran pregunta es, sin embargo, por qué el mundo no fabrica más vacunas. El cuello de botella, explica Nature, en la fabricación de vacunas es la escasez mundial de componentes esenciales, especialmente nucleótidos, enzimas y lípidos.

Esto se debe a que relativamente pocas empresas producen estos productos y no en cantidades suficientes para el suministro mundial. Además, estas empresas están demostrando ser lentas en otorgar licencias de fabricación para que otras puedan hacerlo.

Presos de Afganistán hace la fila para recibir la vacuna. Foto EFE

Presos de Afganistán hace la fila para recibir la vacuna. Foto EFE

La industria farmacéutica, al igual que muchos sectores industriales, no revela su capacidad de producción, cita Nature a Rasmus Bech Hansen, director ejecutivo de Airfinity, una empresa de análisis con sede en Londres que recopila datos sobre la industria. Pero es probable que el crecimiento de las vacunas sea “exponencial” en los próximos meses.

A principios de marzo se habían producido unos 413 millones de dosis de vacuna COVID-19, según datos de Airfinity. La compañía proyecta que “esto aumentará a 9.500 millones de dosis para fines de 2021”. La semana pasada se publicó una cifra mayor en un análisis del Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

Los investigadores del centro agregaron los pronósticos anunciados públicamente por los fabricantes de vacunas, que suman alrededor de 12 mil millones de dosis para fin de año, sostiene el artículo.

La vacuna Sputnik V en Trípoli, Libia. Foto AFP

La vacuna Sputnik V en Trípoli, Libia. Foto AFP

Andrea Taylor, quien dirigió la investigación en la Universidad de Duke, sostiene, en cambio, que es más probable que se alcancen estas cifras para fines de 2022. “Las cadenas de suministro podrían romperse y los países podrían amenazar con bloquear las exportaciones de vacunas”, señala en la investigación de la revista.

“Como ya está sucediendo” añade “con India y la Unión Europea que han anunciado restricciones sobre la vacuna”.

Los componentes

La producción de vacunas puede requerir más de 200 componentes individuales, que a menudo se fabrican en diferentes países. Estos incluyen viales de vidrio, filtros, resina, tubos y bolsas desechables. “Si algún elemento crítico se queda corto, entonces puede interrumpir todo el proceso”, dijo Richard Hatchett, director ejecutivo de Coalition for Epidemic Preparedness Innovations, una organización no gubernamental con sede en Oslo, hablando en una cumbre de fabricantes y legisladores anteriormente este mes.

Nature buscó también la opinión de Martin Friede, jefe de desarrollo de vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra, Suiza. Este especialista confía más en que se puede evitar al menos un cuello de botella potencial: el proceso de llenado de viales con la sustancia de la vacuna (conocido como ‘llenar y -terminar’).

Muchas empresas que fabrican medicamentos inyectables pueden ayudar a llenar los viales. “Friede dice que la OMS ha elaborado una lista de varios cientos de instalaciones en todo el mundo que actualmente llenan insulina, anticuerpos monoclonales o antibióticos inyectables. La OMS también está lanzando un servicio de emparejamiento para vincular a estos productores con las empresas de vacunas”.

La revista se pregunta si las empresas no puede unir esfuerzos para hacer más cantidad de vacunas. Y se responde que las farmacéuticas que “normalmente estarían compitiendo trabajan juntas”. Por ejemplo Merck, con sede en Kenilworth, Nueva Jersey, fabrica vacunas para su rival Johnson & Johnson en New Brunswick, Nueva Jersey.

En otro, GSK con sede en Londres y Novartis en Basilea, Suiza, están fabricando 100 millones y 250 millones de dosis, respectivamente, de una vacuna para Curevac, con sede en Tübingen, Alemania. “Tal grado de colaboración entre corporaciones multinacionales no tiene precedentes”.

Nature advierte que los acuerdos de fabricación más importantes los negoció AstraZeneca, con sede en Cambridge, Reino Unido, para la vacuna que desarrolló con la Universidad de Oxford.

La empresa contrató capacidad de fabricación de 2.900 millones de dosis de vacunas a 25 empresas de 15 países. Su mayor acuerdo de asociación es con el Serum Institute of India en Pune, que acordó en junio de 2020 producir mil millones de dosis de la vacuna. “Serum Institute, el mayor fabricante mundial de componentes de vacunas, también acordó en agosto pasado producir al menos mil millones de dosis de una vacuna desarrollada por Novavax en Gaithersburg, Maryland”