Lado oscuro del Brexit: otra noche de violencia en Irlanda del Norte

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El gobierno británico reiteró ayer su llamamiento a la calma tras una décima noche de violentos enfrentamientos entre grupos de jóvenes y la policía en Irlanda del Norte, donde las consecuencias

del Brexit están sacudiendo una frágil paz luego de décadas de violencia sectaria.

Desde que el 30 marzo un grupo de jóvenes lanzó cócteles molotov a un coche de policía en Londonderry, Derry para los católicos, los actos violentos no han dejado de crecer, especialmente en las zonas unionistas de esta provincia británica donde los efectos de la salida de la Unión Europea provocaron un sentimiento de traición y amargura.

Estos incidentes reavivaron el fantasma de tres décadas de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes, que dejaron unos 3.500 muertos hasta la firma del acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998.

Pese a los llamados de Londres, Dublín y Washington a poner fin a la violencia, la capital norirlandesa, Belfast, volvió a ser pasto de las llamas el jueves por la noche.

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En un distrito del oeste, la policía antidisturbios fue blanco de cócteles molotov y adoquines cuando intentaba impedir que cientos de manifestantes republicanos se acercaran a los unionistas. Tuvo que recurrir a un cañón de agua para dispersarlos.

Más de setenta policías han resultado heridos desde el inicio de estos disturbios sin precedentes desde hace años en la región.

Situación muy preocupante. Frente a esta situación, el gobierno británico, cuyo ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, viajó inmediatamente a la región, reafirmó su llamamiento a la calma, que hasta ahora ha sido desoído.

La violencia no tiene nada que ver con la resolución de los problemas, insistió ayer el ministro de Transportes, Grant Shapps, que calificó la situación de muy preocupante. Tenemos que asegurarnos de que la gente hable entre sí para resolver sus problemas, no a través de la violencia.

La hermana de Lyra McKee, una periodista muerta por disparos de republicanos disidentes en enfrentamientos en Londonderry en 2019, urgió a los políticos norirlandeses a emprender el diálogo con aquellos que dicen estar tan descontentos que optan por la violencia, y afirmó que algunos los han “ignorado” mientras que otros han “encendido el fuego”.

“Necesitamos un liderazgo bueno y verdadero antes de que se mate a nadie”, ha suplicado Nichola McKee Corner.

El jueves, los primeros ministros británico, Boris Johnson, e irlandés, Micheál Martin, se unieron a los líderes norirlandeses, tanto unionistas como republicanos, para condenar esta violencia injustificable.

También la Casa Blanca llamó a la calma, diciendo que estaba preocupada.

El presidente Joe Biden, orgulloso de sus orígenes irlandeses, ya había expresado su preocupación por las consecuencias del Brexit para la paz en la región.

Justificaciones. Al exigir la introducción de controles aduaneros entre el Reino Unido y la UE la salida del bloque socavó el delicado equilibrio entre las comunidades de la región.

Para evitar el regreso de una frontera física entre Irlanda del Norte y la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE, Londres y Bruselas acordaron unas disposiciones especiales conocidas como el pa y los controles aduaneros se trasladaron al mar de Irlanda, entre la isla y el resto del Reino Unido.

Pese a ser un trámite básicamente administrativo reservado únicamente a las mercancías y no a las personas, esto despertó en los unionistas, apegados a su pertenencia a la corona británica, un sentimiento de separación del resto del país y de traición por Londres.

Hay formas políticas de hablar del protocolo norirlandés, dijo John O’Dowd, un diputado del partido republicano Sinn Fein, ex brazo político del disuelto Ejército Republicano Irlandés o IRA. No intentemos encontrar justificaciones para grupos criminales que no deberían existir 23 años después del acuerdo del Viernes Santo, agregó.

No habíamos visto este nivel de disturbios desde hace varios años en Belfast y en otros lugares”, afirmó por su parte un vocero policial, Jonathan Roberts, que señaló la participación de jóvenes de tan solo 13 o 14 años alentados por adultos.

Sin embargo, el portavoz consideró que la violencia no fue orquestada por ningún grupo, pese a que anteriormente se había señalado a paramilitares. Y llamó a padres y líderes comunitarios a disuadir a los jóvenes de participar en los enfrentamientos.

Paramilitares niegan ser parte de las protestas

DPA

Los grupos paramilitares leales a la corona británica negaron ayer cualquier tipo de participación en las protestas callejeras que desde hace más de una semana se vienen dando en varias ciudades de Irlanda del Norte, y que hasta el momento han dejado 79 policías heridos y una decena de detenidos. El Consejo de Comunidades Leales (LCC), que aglutina a grupos como la Fuerza Voluntaria del Úlster (UVF), la Asociación de Defensa del Úlster (UDA) o el Comando de la Mano Roja, negó cualquier participación directa o indirectamente y criticó al gobierno irlandés por violar las “garantías básicas” presentes en el Acuerdo de Belfast. Estos grupos fueron muy activos en las tres décadas de violencia sectaria, en la que se enfrentaron al Ejército Republicano Irlandés, que defendía la independencia del Reino Unido y la integración con la República de Irlanda, y fueron responsables por cientos de asesinatos de católicos. El LCC reiteró en un comunicado su oposición a la frontera de facto en el mar de Irlanda que la implementación del Brexit ha representado, y pidió al gobierno de Londres “tomar en serio” estas “advertencias sobre las peligrosas consecuencias” de imponer una medida como esta. “Hasta la fecha ha habido un espectacular fracaso colectivo para comprender adecuadamente la escala y la naturaleza de la ira unionista y lealista. De hecho, existe un completo fracaso en entender a los leales como personas y ciudadanos iguales”, aseguraron los paramilitares. A su vez, el grupo manifestó que busca poner fin a toda la violencia y resolver las preocupaciones de las comunidades lealistas y unionistas” y pidió a “su gente” no inmiscuirse en enfrentamientos violentos, pues “cualquier acción tomada por la comunidad leal debe ser completamente pacífica”.

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