Colapso por síntomas de Covid: hay demoras de hasta doce horas en la atención médica a domicilio

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En parámetros normales, la efectividad de las urgencias hospitalarias depende de sus circuitos asistenciales, es decir, de la agrupación de recursos y tiempos de respuesta apropiados a cada tipo de paciente. No

es lo mismo una conjuntivitis que la sospecha de un infarto de miocardio. Ambos extremos parten de un llamado telefónico que categoriza la consulta en emergencia o visita médica.

En períodos de sobredemanda, como en las enfermedades estacionales, suele tensionarse la red de atención del sistema de salud en general y de la prehospitalaria, en particular. Ante el vertiginoso aumento exponencial de contagios y de internaciones de los casos moderados y graves, el sector de medicina prehospitalaria experimenta preocupación por un eventual colapso del sistema de salud. Pero, también por la excesiva demora en el arribo de los médicos a domicilio cuyo pedido de asistencia se disparó a un ritmo intenso desde los últimos días de marzo.

Durante más de 10 horas, Agustina, de Burzaco, esperó en su casa la llegada de un especialista sanitario para que constatara su estado de salud. Estaba desesperada. Le habían asegurado que la visita llegaría, pero el médico no aparecía y el malestar aumentaba con el correr de las horas. El problema es que había 70 destinos previos en la lista de visistas médicas del profesional que la atendería. Preocupada por los síntomas que presentaba y ante la incertidumbre del arribo, decidió ir por sus propios medios a una guardia. Le diagnosticaron neumonía bilateral por coronavirus.

 La experiencia de Agustina es la que atraviesan miles de personas cuyas consultas médicas puerta a puerta no pueden satisfacerse en un tiempo adecuado."Muchas de las demoras en los médicos a domicilio se deben a la escasez de ese recurso que es finito y por más que aumenten las incorporaciones, la demanda siempre lo supera (las visitas mensuales se han duplicado)", puntualiza Silvio Aguilera, vocero de la Federación de Cámaras de Emergencias Médicas y Medicina Domiciliaria.

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“Recomendamos a la población en general seguir respetando las medidas de prevención establecidas por las autoridades sanitarias y paralelamente se solicita el uso responsable del sistema de emergencias, dejando libres las líneas de contacto de riesgo de vida para tal fin, y utilizando alternativas como la telemedicina para la atención médica no urgente”, recomienda un comunicado emitido por la Federación de Cámaras de Emergencias Médicas y Medicina Domiciliaria (FEM).

De acuerdo con datos relevados por la entidad, en los últimos 14 días -comparados con los 14 días precedentes- la cantidad de traslados (requiere internación en sala común o terapia) de pacientes sospechosos o COVID confirmados se incrementó en un 44%, mientras que se está experimentando un exponencial aumento en la cantidad de llamados entrantes de las empresas del sector, demoras de más de 10 horas en el envío de un profesional médico a domicilio e importantes demoras en los traslados de pacientes no urgentes, generando retrasos en todo el sistema.

Tres claves del desbordamiento

En la última semana, una de las empresas del sector que desarrolla su actividad en AMBA pasó de tener 7.000 a 12.000 llamados diarios (en su mayoría, consultas no urgentes). El aumento se corresponde con pacientes que, ante la presencia de síntomas, de evolución lenta, sospechosos de covid, requieren servicio de telemedicina. Reclamos constantes que sobrecargan las líneas ante recursos humanos finitos y solicitudes infinitas. “La saturación de las líneas se debe al aumento atípico de la demanda. La atención no urgente experimenta demoras, pero las atenciones de urgencias y emergencias están garantizadas”, apuntan desde el sector.

Aguilera le dice a este diario que si bien las emergencias se siguen respondiendo en tiempo y forma, existen tres problemáticas que obstaculizan una atención más eficiente en un contexto de abrupto incremento de la demanda.

En primer lugar, las líneas de emergencia están sobrecargadas por la recepción de mayor cantidad de llamados telefónicos. En segunda instancia, la demora en el sistema para derivar pacientes (una ambulancia puede permanecer varias horas estacionada en el domicilio, sin poder responder a otro pedido, a la espera de que se encuentre una cama para hospitalizar al paciente). En AMBA, entre el 25% y 30% de las emergencias generales son hospitalizadas, sean Covid o no. Y, en tercer lugar, la atención domiciliaria no urgente, a través del servicio de telemedicina, está presentando demoras de hasta 12 horas.

“Desde FEM, le pedimos a la población que mantenga los cuidados sanitarios para frenar la propagación del Covid19 y que no utilice los canales de emergencias para reclamos que no la ameriten porque al hacer uso de un recurso de alta complejidad para una patología corriente, se le está quitando posibilidad a quien la requiera. El comportamiento social es la única forma de disminuir esta incidencia”, reflexiona Aguilera.

Otra preocupación en el sector, que comparte con todo el sistema sanitario, es la ocupación de camas de terapia intensiva. Un factor clave es la irrupción de las personas mayores en urgencias. El recambio no suele ser rápido porque los pacientes que van ingresando necesitan varios días de hospitalización, los circuitos pierden agilidad y la alta domiciliaria es difícil.

“Hoy, la ocupación promedio de camas en el AMBA alcanza el 69,2 %, cuando hace sólo dos semanas, era del 56,5%, aclarando que estas cifras promedio representan que haya ya muchos centros de salud por arriba del 90 % de ocupación. Esto demuestra el acelerado aumento de la demanda que ha provocado un incremento exponencial de las Unidades de Cuidados Intensivos. En esta peligrosa dinámica, esta zona emerge como un territorio único donde se intensifican los traslados de pacientes desde CABA a la Provincia de Buenos Aires, y viceversa”, alerta un comunicado de representantes de la salud del subsector público, privado y de la seguridad social.

GS