Perdió un ojo en un allanamiento por error y ahora sufrió apremios en una comisaría

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Para Ignacio Seijas (18) los días son inestables. Entre el dolor, los tratamientos psicológicos y la rehabilitación, intenta recuperarse a 10 meses del ataque que le cambió la vida

para siempre. Ahora, los mismos policías que ordenaron el allanamiento -en el que lo balearon en el rostro- lo detuvieron, lo golpearon y lo persiguieron por las calles de su barrio.

Todo sucedió el martes pasado y el hostigamiento fue tal que derivó en un allanamiento por apremios ilegales en la comisaría 7ma. de Villa Centenario, en Lomas de Zamora.

El 20 de junio de 2020, el subteniente David Daniel (35), del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de la Policía Bonaerense, irrumpió en la casa de la madre de "Nacho" durante un procedimiento por error: se confundieron de departamento y entraron a un domicilio que no correspondía.

Cuando ingresó, el oficial lo baleó el rostro con un arma multipropósito cargada con postas de goma. Fue a menos de un metro de distancia y, por la brutalidad del ataque, el chico perdió el ojo derecho.

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Ahora Ignacio usa una prótesis que se coloca con dificultad pero que le permite dejar de usar los lentes de sol que le ocultan el rostro. Quería terminar el colegio secundario, dar clases de boxeo y rapear como los músicos que escucha. Buscaba, como ahora, un trabajo para ayudar a su familia y empezar una carrera.

Así quedó Ignacio Seijas tras la pelea y los apremios en la comisaría.

Así quedó Ignacio Seijas tras la pelea y los apremios en la comisaría.

Esos proyectos quedaron pausados, primero por la pandemia de Covid-19 y después por las secuelas que le dejó el operativo ordenado por la comisaría 7ma. de Villa Centenario hace 10 meses.

"Mi hijo no está bien. Cualquier pasito que da, todos los avances, llevan mucho esfuerzo. Y ahora todo otra vez, de vuelta es como volver a empezar", lamenta Marina Candia (37), la mamá de Ignacio. 

Cuando Ignacio no está enojado, está deprimido. Lo invade la furia por la injusticia que atravesó y la tristeza por las dificultades que le genera haber perdido la vista en uno de sus ojos.

"El martes 7 de abril se peleó con una persona, fue a la casa del amigo y no estaba. Ahí se terminó peleando con el padrastro de ese chico, llamaron a la Policía y lo detuvieron. Él estuvo mal, puedo entender que se lo tuvieran que llevar a la comisaría por lo que había hecho, el problema no fue ese", recapitula Marina en diálogo con Clarín.

La mujer agrega: "El tema es que sabían quién era, lo conocían todos: le dijeron Ignacio desde que entró, sin pedirle ni el documento. Le pegaron en la cabeza, en la prótesis del ojo, patadas en el suelo. Y a las horas lo largaron".

Ignacio Seijas perdió un ojo al ser baleado por un policía en un allanamiento por error en Lomas de Zamora

Ignacio Seijas perdió un ojo al ser baleado por un policía en un allanamiento por error en Lomas de Zamora

El procedimiento se hizo en una de las comisarías más cuestionadas del sur del Conurbano, la misma que había ordenado el allanamiento en el que balearon a "Nacho".

Pero la situación no terminó ahí: "Después se vino caminando, dolorido. Cerca de la casa del padre se dio cuenta que lo estaba siguiendo un patrullero con dos policías. El hombre lo paró, lo reconoció y lo empezó a molestar. Lo primero que le dijo fue: 'vos sos Ignacio Seijas'", se indigna Marina, quien denunció, apenas se enteró, todo lo que había ocurrido.

Y sigue: "Mi hijo le respondió, empezaron a discutir y Nacho se dio vuelta para irse. El policía le pegó un culatazo, le partieron la cabeza. Otra vez se ensañaron con él porque saben quién es. Le volvieron a pegar, estaba lleno de moretones por todo el cuerpo".

Ahora ella y el padre de su hijo tienen una custodia de fuerzas federales porque tienen miedo de lo que puedan llegar a hacerle al adolescente. La denuncia, por apremios ilegales, se realizó en la Fiscalía N° 8 de Lomas de Zamora, la misma que lleva la investigación por el primer ataque.

Qué pasó con el caso

El primer agresor de Ignacio, David Daniel, quedó imputado -primero- por el delito de lesiones graves. Pero después de presentar todos los errores en el procedimiento lograron que cambiaran la carátula a homicidio agravado en grado de tentativa. Pasó solamente un mes preso. Ahora está en libertad.

Fue Marisa Salvo, jueza de Garantías N° 5 de Lomas de Zamora, quien decidió liberarlo al considerar que "el fiscal no ha podido acreditar su postura en cuanto a la existencia en el imputado de dolo de muerte en el momento del hecho".

Marina Candia, mamá de Ignacio. Foto Germán García Adrasti.

Marina Candia, mamá de Ignacio. Foto Germán García Adrasti.

Para Salvo, como disparó con postas de goma, el policía no tuvo la intención de matar. Aunque lo hizo a menos de un metro de distancia y en el rostro de un menor de edad.

Ahora, el fiscal Sebastián Bisquert, de la UFI N° 8, ordenó un allanamiento en la comisaría 7ma. para secuestrar documentación, imágenes de cámaras de seguridad y registros de la detención de Ignacio, mientras esperan el avance de la otra causa.

"Esto es un proceso que nos lleva mucho tiempo y sacrificio, él no estaba bien. Y ahora está peor, es como si hubiéramos retrocedido. Estaba logrando que se levante, que se ponga la prótesis, que siga con el tratamiento psicológico y le viene a pasar esto", se angustia Marina.

La mujer cierra: "Mi hijo llora, dice que no quiere vivir, que le arruinaron la vida, no se quiere mirar al espejo. Dice que nunca va a conseguir trabajo por cómo lo dejaron. Se volvió a salvar porque Dios lo protegió, pero no podemos seguir así. ¿Cuánto más tiene que aguantar? ¿Cómo podemos vivir si en cualquier momento puede pasar otra vez?".

EMJ