Furioso, Alberto Fernández habló de "estrago jurídico" y se agrava el quiebre con la Ciudad

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Sorpresa primero, y furia después. Alberto Fernández no dejó pasar ni media hora del fallo de la cámara de apelaciones porteña, que dispuso desoir un DNU presidencial y ordenarle

al Gobierno porteño que siga adelante con la presencialidad escolar, para sentar su posición pública. "Estrago jurídico", lo definió ante el sitio El Destape mientras Horacio Rodríguez Larreta se preparaba para la conferencia de prensa que encabezó en la sede de la calle Uspallata.

En privado, el Presidente, según sus asesores, fue mucho más duro. Con la agenda de fin de semana repartida entre el monitoreo de la distribución de las 800 mil dosis de vacunas provenientes de Ámsterdam a través del mecanismo COVAX y la resolución del tribunal porteño, en Fernández y su entorno había un creciente malestar con el jefe de Gobierno. En Olivos estaban este domingo por la noche convencidos de que Rodríguez Larreta apeló a todas sus vinculaciones con el Poder Judicial de la Ciudad para salir fortalecido en su pelea por las clases presenciales.

Lo expresó sin titubeos el ministro Martín Soria, que estuvo en conversaciones con el Presidente durante parte del domingo: "Utilizar políticamente al Poder Judicial es una especialidad del macrismo, pero esta vez han ido demasiado lejos", escribió el ministro en sus redes sociales.

Para el Gobierno, el fallo de la sala IV de la cámara de apelaciones CATyRC, en respuesta al amparo presentado por dos ONGs, es una abierta afrenta del jefe de Gobierno. Remarcaban, por caso, el parentesco de María de las Nieves Macchiavelli, una de las tres camaristas, hermana del secretario de Ambiente porteño y hombre del riñón de Rodríguez Larreta cuyo pliego, paradójicamente, fue apoyado por el kirchnerismo el año pasado en la Legislatura. Y el vínculo de Laura Perugini, la otra jueza, con Daniel Angelici

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"Es un claro caso de Forum Shopping", se quejaban en la noche del domingo en el entorno del Presidente, que además mantuvo conversaciones constantes con su secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, con quién analizó el fallo, y con Juan Manuel Olmos, el jefe de Asesores. Lo de Olmos no es casual: tiene desde hace años enorme influencia en los tribunales porteños y un acuerdo con el PRO que incluye además al kirchnerismo duro.

Pasadas las 21, el Presidente había avalado la presentación del Ministerio de Salud en el fuero contencioso de la Ciudad para tratar de llevar el caso a otra jurisdicción. Y del procurador del Tesoro, Carlos Zannini, en otro expediente que tramita en el fuero Contencioso Administrativo federal. Busca validar la vigencia del DNU que decidió limitó las clases presenciales por la modalidad virtual. 

"Una ley vigente no pueda quedar inaplicable por un tribunal local. Es un barro, un desastre. Fue una decisión sanitaria, no educativa. Ni siquiera fuimos citados. Deberían haberse declarado incompetentes porque hay un litigio en la Corte Suprema", masticaban bronca los colaboradores presidenciales.

Con el fallo de este domingo del tribunal porteño, la relación entre la Casa Rosada y Rodríguez Larreta quedó rota por completo.

El malestar ya se había evidenciado con la fría reunión del viernes de Olivos a la que el jefe de Gobierno llegó con su declaración de inconstitucionalidad presentada diez minutos antes en la mesa de entradas de la Corte Suprema. La decisión inconsulta sobre el cierre de las escuelas en el Área Metropolitana cayó pésimo en la administración porteña. La resolución de Rodríguez Larreta de alargar el cierre de la gastronomía nocturna dispuesto en el anterior decreto presidencial hizo lo propio en la Casa Rosada.

El fallo de este domingo por la noche no hace más que horadar un vínculo quebrado que durante la administración de la pandemia del año pasado había funcionado de manera aceitada. Fernández no tiene dudas de que Rodríguez Larreta está tensionado por sus extremos.

De hecho, en el círculo del jefe de Estado aseguraban que la medida de suspender las clases presenciales había sido avalada el año pasado por el jefe de Gobierno: "Lo hicimos el año pasado, con Larreta al lado".

"Está jugando con la vida. Que se haga cargo de los contagios que provoque", abundaban sobre el jefe de Gobierno en el entorno presidencial, entrada la noche.