Clases virtuales: según una encuesta de la UBA, suman estrés familiar y la mayoría no cree que sean por 15 días

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Mientras se dirime en la Justicia y la política una definición sobre las clases presenciales, en las emociones de los alumnos y sus padres la resolución ya está tomada: la

virtualidad agrega estrés familiar.

Así surge del último relevamiento del Observatorio de Psicología Social Aplicada, que depende la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. También hay consenso en que la medida va a durar más de lo anunciado

La encuesta fue realizada entre más de 1.200 personas de Capital y GBA apenas se conoció el anuncio de Alberto Fernández. Lo primero que muestra es una grieta respecto de presencialidad sí o no.

El 48% de los encuestados dijo estar en contra de que se cierren las escuelas y se vuelva a la modalidad virtual ante el aumento de contagios, como lo decidió el Presidente. Un porcentaje similar se encuentra a favor de la virtualidad: el 44%. Y un 8% no tiene respuesta.

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En cuanto a la ubicación geográfica, es mayor el porcentaje de disconformidad con la virtualidad en el Norte del GBA (61%). En Capital, el 49% está en contra y el 42%, a favor. En tanto, el respaldo a la virtualidad es mayor en el Sur del GBA (53%) y en el Oeste (46%).

Cuando les consultaron a los padres cómo tomaron sus hijos la interrupción de clases, el 45% respondió que muy mal, contra un 19% que lo tomó muy bien. El 36% cree que sus hijos no fueron afectados.

También se les preguntó a los padres por el temor a los contagios: el 53% no tiene miedo a un contagio familiar si los niños asisten a la escuela, contra el 47% que sí. La mayoría, el 69%, considera que los protocolos sanitarios en las escuelas previenen adecuadamente los contagios.

Otra parte de la encuesta pidió que los entrevistados identificaran un sentimiento frente a las nuevas medidas. Tranquilidad, angustia, alivio, bronca y tristeza son algunas de las palabras que aparecen.

Según analizan los expertos de la UBA, los "sentimientos espontáneos recogidos frente a las nuevas medidas (...) presentan una configuración claramente escindida entre emociones negativas y positivas, casi en proporciones iguales. La presencia de estos sentimientos contrarios, a nuestro entender, está reflejando la marcada grieta emotiva-cognitiva que hoy caracteriza a gran parte de nuestra sociedad".

En concordancia con este punto, los analistas llaman la atención respecto del estrés que el Zoom les suma a las familias: 6 de cada 10 padres consideran que aumentará mucho o algo el estrés familiar. Sólo el 24% dijo que está medida no sumará tensión.

En lo que también hay bastante consenso, independientemente de la opinión respecto a la virtualidad o la presencialidad, es en dudar respecto de que la medida de suspensión de clases rija solamente por 15 días.

Sólo el 15% consideró que es muy probable que ése sea el plazo, mientras que el 85% consideró poco o nada probable que la suspensión se levante en dos semanas. El 60% considera que las medidas anunciadas durarán dos meses o más.

Por último, el informe de la UBA indaga respecto del impacto que tuvo la educación virtual y la cuarentena en niños, niñas y adolescentes durante el 2020.

De los resultados más significativos, el 59% de los padres notó cambios negativos en el estado de ánimo de sus hijos por las restricciones y un 56% los encontró más irritables y un 58%, con más ansiedad. Para cuatro de cada 10 hubo consecuencias negativas en su comportamiento, como temor a estar solos y retrocesos en el desarrollo. Y casi la mitad (48%) notó dificultades en el aprendizaje por la suspensión de las cursadas presenciales.

Un porcentaje también alto de los chicos (47%) teme por las consecuencias de esta crisis en el vínculo con sus pares y el 42% están directamente preocupados ellos mismos por las consecuencias que esta pandemia traerá sobre su educación.

AS