Video: Damas Rosadas, un legado que no flaquea en tiempos de pandemia

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El voluntariado oficial nació hace 62 años. Décadas después, y con una pandemia mundial de por medio, las Damas Rosadas no solo acumulan experiencia, logros y reconocimiento, sino también ganas y razones para seguir con la misión que se plantearon en 1959: ser el hombro de médicos, pacientes y familias que transcurren por los pasillos de hospitales.

El mandil rosa que las diferencia -y que según cuentan con orgullo proviene de la reminiscencia de la sangre que derramaban los heridos sobre enfermeras en épocas bélicas- hoy es perceptible por los pasillos de cinco instituciones médicas argentinas. La Maternidad Sardá, el hospital Rivadavia, el hospital Central, el Materno Infantil y el centro de estimulación temprana El Nido son los sitios que actualmente gozan de la sonrisa cálida y la labor desinteresada que realizan las más de 400 voluntarias del servicio.

Si bien el virus del Covid-19 ha complicado la logística de su acción, no se ha convertido en una barrera que pausa el trabajo ya planteado. Más bien se transformó en un motivo para ingeniar procesos y crear nuevas formas de seguir ofreciendo la mano que se han acostumbrado a dar. Un tiempo difícil que, en lugar de hacer flaquear los ánimos, las ha convencido de que su labor es lo que la humanidad necesita ahora más que nunca.