Con tribunas vacías y apuestas online, el Hipódromo de Palermo cumplió 145 años

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Junto con el fútbol y el box, el turf es una de las actividades deportivas que mejor representa el espíritu de la porteñidad y que, además, siempre despertó la pasión de

miles de seguidores, que abarrotaban las tribunas del Hipódromo de Palermo en los días que se disputaban los grandes clásicos del turf.

Una postal muy diferente a la que se vive por estos días en Libertador y Dorrego en los que, pandemia de coronavirus mediante, las tribunas, ya sea la Oficial o el Paddock, se encuentran vacías y sin los clásicos gritos de aliento de los “burreros de ley”, que esperaban en un final de “bandera verde” ese golpe de suerte que “les cambiase la vida” a partir de las apuestas a ese pura sangre que “en los papeles”, las clásicas revistas de estadísticas, “no puede perder”.

Y fue con este marco, de tribunas desiertas y trabajos protocolizados, en el que el “templo burrero” por excelencia del país celebró ayer los 145 años de su fundación, el 7 de mayo de 1876, cuando se instaló en el Parque Tres de Febrero con su estilo neoclásico que coincide con los hipódromos de Longchamps en París o de Ascot o Epsom, en Inglaterra.

Respecto a las medidas sanitarias adoptadas por la pandemia en el hipódromo, no solo se aplicaron restricciones a sus actividades habituales, sino que también cerraron sus puertas las salas de los slots, las clásicas “maquinitas” tragamonedas, que funcionan allí desde 2002.

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De todas maneras, y tal como se viene haciendo desde hace unos meses, la empresa propietaria del lugar, Hipódromo Argentino de Palermo Sociedad Anónima (Hapsa) desarrolló dos plataformas de entretenimiento, BeTurf y Betfun, para que los fanáticos del turf como de las “maquinitas” puedan seguir jugando de manera remota.

BeTurf se presenta como una opción para apostar en las carreras de caballos que, además, contribuye a la actividad en este contexto en el que, por la vigencia de los protocolos sanitarios, no se permite el acceso del público a los hipódromos y se encuentra limitada la labor de muchos puntos de venta. Cabe recordar que antes las apuestas fuera del ámbito palermitano solo se hacía por medio de agencias de juego.

Mientras que en el caso de Betfun, se trata de un sitio que funciona desde marzo pasado –autorizado también por la Lotería de la Ciudad de Buenos Aires (Lotba)–, el cual permite a las personas apostar y jugar en las “maquinitas” desde sus domicilios, tal como si se encontraran en la sede de Libertador y Dorrego.

En las pistas del Hipódromo de Palermo se disputan cerca de 1.700 carreras al año, en las que participan más de 17.000 caballos Sangre Pura de Carrera (SPC). La pista principal de arena, considerada una de las mejores del mundo, mide 2.400 metros de largo por 28 de ancho y pueden competir hasta 21 caballos en ella. Mientras que la de césped tiene una dimensión de 2.200 metros de largo por 20 de ancho.

Espacio emblemático. El Hipódromo de Palermo tiene un calendario hípico con 120 reuniones al año. Cada mes, se presentan diez jornadas hípicas con las mejores carreras de caballos. Entre las más destacadas figuran las jornadas de Grandes Premios, todos ellos de trascendencia internacional, tales como el de la República, que se corrió el pasado 1º de Mayo; las Pollas de Potrillos y Potrancas en septiembre; el Premio Selección, que se corre en el mes de octubre, y el Gran Premio Nacional, también conocido como el Derby argentino, y las reuniones de Un Día en las Carreras.

Pero además de estas actividades hípicas, el Hipódromo se convirtió en los últimos años en un centro de actividades sociales (suspendidas por las medidas sanitarias restrictivas) que ofrecen una variada oferta de entretenimientos para toda la familia que se realizan en cada jornada hípica. Estas incluyen desde muestras de arte, desfiles de reconocidos diseñadores de moda, ferias, actividades culturales, deportivas y de bienestar y shows de artistas nacionales e internacionales. Además, en los últimos años, también se instalaron dos patios de comidas.

Pasión de multitudes. “El turf es nuestra pasión y actividad más importante. Sin embargo, hace algunos años transformamos al Hipódromo de Palermo en un Parque Urbano abierto a la comunidad, con entrada libre y gratuita y con muchas oportunidades para que la gente venga a divertirse en un lugar espectacular”, aseguró a PERFIL Federico De Achaval, presidente del Hipódromo de Palermo.

“Tenemos una oferta de entretenimiento variada y un espacio verde que está incorporado al Parque Tres de Febrero que es muy lindo para recorrer y disfrutar en familia”, agregó, por último, el empresario del turf.

Entre “pituco” y popular

Desde su inauguración, en 1876, fue un punto de encuentro y el lugar predilecto de importantes acontecimientos de la vida social y cultural nacional.

La etapa de auge del Hipódromo se dio entre la primera presidencia de Julio Argentino Roca y la segunda de Juan Domingo Perón. A diferencia de lo que sucedía en otros países, en la Argentina las reuniones hípicas atrajeron el interés de los sectores populares. El incremento considerable de la cantidad de aficionados impulsó la realización de obras como por ejemplo la ampliación de la tribuna oficial.

En la década del 50, las diferencias ideológicas entre el gobierno de Juan D. Perón y las autoridades del Jockey Club, de quien dependía el Hipódromo, terminaron en su expropiación por parte del Estado.

En el gobierno de Carlos S. Menem, en tanto, se ordenó su privatización y quedó bajo la órbita de la empresa Hipódromo Argentino de Palermo Sociedad Anónima. Apenas tomó las riendas del lugar, la firma realizó un plan de modernización y mejoras a través del cual se recuperaron los boxes, la redonda de exhibición y el túnel de jockeys. Además, se remodeló por completo la Tribuna Paddock. En 2002 se el ingreso de slots, las tragamonedas. Las salas del Hipódromo de Palermo se encuentran dentro de las 10 operaciones de tragamonedas más grandes y modernas del mundo.

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