Covid y circulación: según Google, cómo impactó el cierre de escuelas en el uso del transporte público

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La duda que persiste desde el 15 de abril es si la suspensión de las clases presenciales tiene algún efecto concreto y directo sobre la reducción de los casos de coronavirus.

Es una pregunta difícil, principalmente porque esa medida estuvo acompañada del cepo a la nocturnidad y las limitaciones a la gastronomía, entre otras prohibiciones. Entonces, ¿a qué atribuir una merma de contagios si efectivamente la hubo?

Una herramienta útil para aproximarse a la posible respuesta es el “Informe de movilidad de las comunidades frente al Covid 19”, que periódicamente actualiza el buscador Google. Funciona como un muestreo en determinado territorio, en base a los movimientos de los ciudadanos detectados por la ubicación de sus teléfonos celulares.

La pregunta del millón es si el tímido pero seguro descenso que han tenido los casos de coronavirus en el AMBA en las últimas semanas ha sido el correlato del cierre de escuelas. Se sabe que en la Ciudad esa determinación no existió, dado que las clases presenciales continuaron pese a que el presidente Alberto Fernández quiso suspenderlas con un DNU que frenó la Corte.

Al revisar lo ocurrido en la provincia de Buenos Aires, la reducción del uso del transporte público fue prácticamente nula desde el momento en que las escuelas se cerraron. Según Google, hay un valor casi constante que se mantiene en un 26 por ciento por debajo de la normalidad.

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La primera semana posterior al decreto, esa reducción se acercó al 35 por ciento, pero pronto volvió al nivel anterior, aun cuando la prohibición de las clases presenciales no tuvo en el ínterin variación alguna. Es decir, las oscilaciones detectadas en los últimos 25 días han sido independientes de las actividades educativas.

Sólo está permitido que viaje personal esencial. Foto: Emmanuel Fernández

Sólo está permitido que viaje personal esencial. Foto: Emmanuel Fernández

Esto es importante porque el principal argumento que sostuvo el gobierno nacional a la hora de impedir que las escuelas continuaran abiertas no tenía que ver con los posibles contagios que podían producirse dentro de las aulas, sino más bien con el riesgo sanitario que implicaba que millones de alumnos, padres y docentes se movilizaran.

Dentro del ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tampoco hubo variaciones en el uso del transporte público desde mediados de abril a esta parte. Si bien el Gobierno porteño decidió mantener la presencialidad, se podía esperar algún impacto en los viajes debido a los paros docentes y a las familias que prefirieron no mandar a sus hijos a la escuela. Pero no ocurrió.

Los porteños ya venían mostrando una menor utilización de colectivos, trenes y subtes que en viejos tiempos normales, producto del mayor uso de autos particulares más allá de las restricciones oficiales. En la Ciudad la cantidad de gente que toma transporte público se ubica hoy un 43 por ciento por debajo del flujo previo a la pandemia.

La herramienta de Google permite comparar también otros rubros. En el relativo a la concurrencia a restoranes, en provincia de Buenos Aires la curva se ubica 36 por ciento por debajo de lo habitual, mientras que en la Ciudad el consumo en estos sitios es aún menor: 43 por ciento menos.

Hay un fuerte contraste en el uso de parques, el lugar al aire libre por antonomasia para socializar en pandemia: en la Provincia el uso se ha ubicado un 59 por ciento por debajo de lo normal, mientras que en la Ciudad la subutilización es del 23 por ciento. La otra gran diferencia son los lugares de trabajo: 11 por ciento menos de gente en Provincia y 32 por ciento menos en la Ciudad.

Dos territorios

Todo esto, ciertamente, configura dos territorios diversos en cuanto al uso de los espacios, aun cuando haya gente que en lo cotidiano se mueva de un lado al otro de la General Paz para realizar sus actividades. De todos modos, el teletrabajo parece ser una herramienta más afincada entre los porteños, como muestra Google, lo que permite que menos gente use el transporte público.

En la Provincia la movilidad en el transporte también varía según el municipio. Al focalizar en el GBA puede verse que mientras en Avellaneda la utilización de colectivos y trenes hoy se ubica un 23 por ciento por debajo de lo habitual, en Florencio Varela esa reducción es apenas un 8 por ciento menor que el estándar. En San Isidro la baja es del 30 por ciento y en Vicente López, del 46 por ciento.

Casi por default, la menor utilización del transporte y la menor concurrencia a los lugares de trabajo hace que en la Ciudad la movilidad en las zonas residenciales sea mayor que en la Provincia: hay un 19 por ciento más de porteños en sus barrios los días de semana, mientras que entre los bonaerenses se registra un 11 por ciento más.

En cuanto a lo estrictamente escolar, el Gobierno intenta ahora que una ley le otorgue el fruto que por decreto no maduró. El artículo 21 del proyecto que envió al Congreso dice que en los lugares de “alarma epidemiológica” queda suspendido el dictado de clases presenciales en todos los niveles y en todas las modalidades. Una iniciativa que, pese a la luz de los datos acumulados, buscaría continuar en fuga del matiz y la evidencia.

PS