Pere Aragonés será el nuevo presidente de Cataluña y promete volver a luchar por la independencia

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Cinco días antes de que venciera el plazo para formar gobierno y tener que repetir elecciones, Cataluña finalmente nombró este viernes como su nuevo presidente al independentista Pere Aragonès.

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Con 38 años, será la máxima autoridad catalana más joven de la historia en la autonomía que insiste en separarse del resto de España. Y devolverá a su partido, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), al frente del Palacio de la Generalitat cuatro décadas más tarde desde la última vez que gobernó.

Casi cien días después de las elecciones en las que reunió más votos el Partido Socialista catalán que llevó como candidato al ex ministro de Salud, Salvador Illa, Aragonès logró sumar en el Parlamento los 74 votos a favor que lo convirtieron en el 132º presidente de la Generalitat.

Y aunque en las elecciones del 14 de febrero las fuerzas independentistas lograron el 52 por ciento de los votos, fueron meses de tira y afloja entre Esquerra y Junts per Catalunya, el partido del ex presidente Carles Puigdemont, que sigue refugiado en Bélgica desde que declaró unilateralmente la independencia de Cataluña y huyó de España, en 2017.

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ERC -cuyo líder es el ex vicepresidente de Puigdemont, Oriol Junqueras, quien prefirió quedarse en Cataluña y está preso desde hace tres años y medio y este viernes fue a la investidura de Aragonés gracias a un permiso penitenciario- es el único partido independentista que dialoga con el gobierno de España.

Pere Aragonés (izq.) saluda al presidente de su partido, Oriol Junqueras, quien fue a la investidura gracias a un permiso especial para salir de la cárcel. Foto: EFE

Pere Aragonés (izq.) saluda al presidente de su partido, Oriol Junqueras, quien fue a la investidura gracias a un permiso especial para salir de la cárcel. Foto: EFE

Permitió, con su abstención, la investidura de Pedro Sánchez como jefe del gobierno de coalición PSOE-Podemos y la aprobación de los presupuestos que le garantizaron, hasta ahora, la gobernabilidad al secretario general del PSOE.

Junts, por el contrario, prefiere una estrategia de choque con el Estado español.

“Lo volveremos a hacer” suele ser el lema que mejor los define en alusión a aquella consulta popular del 1 de octubre de 2017 a favor de la separación de Cataluña, que fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional y la antesala de la declaración unilateral de independencia que se truncó con la intervención de la autonomía y el cese del gobierno de Puigdemont y Junqueras.

Otro referéndum sobre la independencia

Queremos un referéndum reconocido internacionalmente que nos permita conseguir la independencia de Cataluña”, le dijo Aragonès a Clarín días antes de las elecciones del 14 de febrero.

Por entones era vicepresidente en funciones del gobierno catalán desde la inhabilitación del ex presidente Quim Torra.

En aquella entrevista, Clarín le preguntó: “Si usted es el próximo presidente de la Generalitat de Cataluña, ¿se compromete a que no realizará un referéndum del modo en el que se hizo el del 1 de octubre de 2017?”

Respondió Aragonès: “No renunciamos a ninguna vía democrática para el ejercicio del derecho a la autodeterminación”.

“Creemos que ahora hay una posibilidad de llegar a un amplio acuerdo en Cataluña a favor de este ejercicio del derecho de autodeterminación y de trasladarlo a una mesa de negociación con el gobierno del Estado. Es una oportunidad que tenemos ahora mismo a nuestro alcance”, agregó el nuevo presidente que entraría en funciones a partir del lunes.

El Parlamento de Cataluña celebra este viernes tras la elección del independentista Pere Aragonés como presidente regional. Foto: REUTERS

El Parlamento de Cataluña celebra este viernes tras la elección del independentista Pere Aragonés como presidente regional. Foto: REUTERS

Arduas negociaciones

Aragonès consiguió convertirse en presidente luego de dos sesiones fallidas y con los votos de Junts y de la CUP, el partido antisistema que este viernes, desde el estrado del Parlamento, le advirtió que su apoyo no era “un cheque en blanco” y que le daba un plazo para conducir a los catalanes hacia la independencia.

“Mi obsesión es superar el actual bloqueo y resolver de una vez el conflicto político entre Cataluña y el Estado español”, dijo Aragonès en su discurso de investidura.

“No tengo ninguna duda de que esta solución pasa por la amnistía (para los políticos catalanes presos, como Junqueras, por organizar el referéndum ilegal de 2017) y la autodeterminación. Quiero hacer como Escocia y me gustaría que España hiciera como el Reino Unido en 2014. Que permita un referéndum y los independentistas trabajaremos para ganarlo”, insistió Aragonès.

El nuevo presidente catalán, Pere Aragonés, frente al Parlamento regional. en Barcelona, este viernes. Foto: REUTERS

El nuevo presidente catalán, Pere Aragonés, frente al Parlamento regional. en Barcelona, este viernes. Foto: REUTERS

“Confrontación y negociación son dos caras de la misma moneda”, le recordaron desde Junts, su socio en la coalición de gobierno que terminó aceptando a Aragonès como presidente a cambio de las consejerías de Economía y Hacienda, Salud y Acción Exterior, entre otros ministerios.

El choque con Madrid

El nuevo gobierno catalán necesitará cintura política para maniobrar también con la Asamblea Nacional Catalana (ANC), la organización social de peso, con más de 80 mil socios, que suele movilizar a la calle en favor de la independencia.

La ANC plantea romper el diálogo con el Estado español, la confrontación y la desobediencia simultánea y persistente.

“Interioricemos que somos un país ocupado, que España intenta asimilarnos y acabar con nuestra identidad nacional de todas las maneras posibles, que nunca se avendrá a ninguna solución de acuerdo que permita nuestra libre determinación y que de esto se deriva la legitimidad de la unilateralidad como única fórmula posible para liberarnos”, postulan.

“El referéndum de autodeterminación que pretendemos es una cuestión de voluntad política. No es un impedimento jurídico”, le dijo Aragonès a Clarín en febrero.

“Si se modificó la Constitución en 24 horas para imponer las políticas de austeridad, se pueden habilitar todas las vías legales para que Cataluña pueda votar su futuro como solución al conflicto político entre Cataluña y España”, agregó.

Madrid, corresponsal

CB​