¿Qué está pasando con la variante Delta en la India? Hablan los médicos y dan su testimonio del horror

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El doctor Kedar Toraskar no ha podido dormir mucho en los últimos meses. Ocupaban constantemente su mente los jóvenes pacientes de coronavirus que luchaban por su vida en la

sala de la terapia intensiva que supervisa en el Hospital Wockhardt de la ciudad occidental de Bombay, en la India.

La reciente ola de coronavirus de Indiaafectó a los jóvenes en una medida que su equipo de médicos de terapia intensiva no había visto antes, dijo Toraskar. "Vimos muchas muertes, muchos jóvenes que sucumbieron a la enfermedad", dijo. "Fue muy, muy deprimente".

India lentamente está dejando atrás los días más negros de la pandemia. Tras disminuir el año pasado, los casos comenzaron a aumentar en marzo, superando los 400.000 nuevos contagios diarios en mayo. El impacto fue inmediato: los hospitales se vieron desbordados por pacientes con dificultades para respirar.

La demanda de oxígeno superó a la oferta. En los noticieros se daban a conocer historias de pacientes que morían en una camilla frente a las puertas de los hospitales o en su casa antes de que los resultados de los análisis pudieran confirmar que habían contraído el virus. La infraestructura sanitaria del país colapsó.

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Una niña se somete a una prueba PCR en la India. Foto EFE

Una niña se somete a una prueba PCR en la India. Foto EFE

Ahora los nuevos casos están disminuyendo, pero el número de víctimas de la pandemia entre los médicos, las enfermeras y otros trabajadores de primera línea sólo ahora se está conociendo.

La muerte​

Más de 700 médicos perdieron la vida en la última oleada, según informó la semana pasada la Asociación Médica India.

Con más de 29 millones de casos, India es el segundo país con mayor número de casos después de Estados Unidos. Las muertes superan las 379.000. Los expertos creen que ambas cifras están subestimadas.

Los casos están disminuyendo en Bombay, que fue una de las zonas más afectadas, lo que ha llevado a las autoridades a reabrir lentamente esta ciudad de más de 20 millones de habitantes.

Sin embargo, Toraskar y su equipo de médicos de terapia intensiva siguen agotados por el increíble desafío de los últimos meses. La mayoría de los días trabajaban 14 horas seguidas. A veces, el hospital se quedaba sin camas. "Algunos de nuestros propios familiares no pudieron conseguir una cama en nuestra UTI", dijo.

Sin embargo, junto con las muertes y la tragedia, la última avalancha de contagios ayudó a desestigmatizar el virus, dijo Toraskar. Muchos indios temían someterse a un análisis o buscar tratamiento, preocupados por ser excluidos de sus comunidades. Pero eso está cambiando lentamente. "La gente se ha dado cuenta de lo difícil que es ser paciente de COVID-19 y de las dificultades a las que se enfrentan las familias", dijo Toraskar.

Y aunque cada muerte en su UTI ha dejado una marca indeleble, también lo ha hecho cada recuperación. "Eso es lo que te hace seguir adelante. Y la esperanza de que esta pandemia termine pronto", dijo.

Fuente: AP

PB