A 45 años de la masacre de San Patricio: terrorismo de Estado contra hombres de fe

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Un 4 de julio de 1976 fueron baleados en la parroquia que habitaban en el barrio Belgrano.

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Un 4 de julio de 1976 fueron baleados en la parroquia que habitaban en el barrio Belgrano.

Los sacerdotes Alfredo Leaden, Pedro Dufau y Alfredo Jos Kelly, y los seminaristas Salvador Barbeito Doval y Emilio Jos Barletti -integrantes de la congregacin catlica de los Palotinos- eran asesinados hace 45 aos, un 4 de julio de 1976, por un grupo de tareas que los baleaba en la casa parroquial que habitaban en el barrio de Belgrano, en un hecho que se conoci como la Masacre de la iglesia de San Patricio.

Se trat de un hecho que evidenci el accionar criminal que comenzaba a desplegar la dictadura cvico militar, que estaba dispuesta a silenciar incluso a los religiosos que denunciaban la situacin de violaciones sistemticas a los derechos humanos que entonces se viva en Argentina.

A pesar del clima represivo que imperaba en el pas y en la regin, los ecos del postconcilio, las reformas impulsadas por Juan XXIII y los lineamientos impartidos por los obispos latinoamericanos en Medelln, Colombia, an persistan en los corazones de muchos de los integrantes de la Iglesia que soaban con mantener una mirada del Evangelio comprometida con los pobres.

Hechos previos a la masacre

Una semana antes de los asesinatos, la congregacin celebr una reunin en la que se discuti la posicin que deba asumirse ante el terror que se propagaba desde el poder.

En ese encuentro, segn testimonios dados por religiosos que asistieron, el Padre Alfredo Jos Kelly sostuvo que l no poda callarse, y que continuara con su compromiso con "los que estaban sufriendo".

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En los das previos a la masacre, Kelly les comunic a sus allegados que circulaban escritos que lo vinculaban con grupos guerrilleros, y les cont un sentimiento que pareci premonitorio: "S que hay gente que me quiere matar, pero si lo hacen se van a arrepentir".

4 de julio de 1976

En la madrugada de ese 4 de julio, dos autos que estaban estacionados frente a la Iglesia de San Patricio llamaron la atencin de algunos vecinos de la calle Estomba, en el barrio de Belgrano R.

Julio Vctor Martnez, hijo de un militar que se encontraba destacado en Neuqun, se encontraba esa noche en su domicilio con unos amigos, y al advertir la presencia de estos vehculos concurri a la Comisara 37 para hacer una denuncia.

Un mvil policial se traslad a San Patricio y el oficial llamado Miguel ngel Romano se aperson en el lugar, y tras intercambiar unas palabras con los ocupantes de los autos, se retir como si hubiera impartido directivas.

Luis Pinasco y Guillermo Silva, dos jvenes que esa madrugada acompaaban a Martnez, declararon en la causa que, una hora despus de que se retirara el patrullero de la 37, varias personas que portaban armas largas salieron de los autos en los que se encontraban y entraron en la iglesia.

En la madrugada de ese 4 de julio, dos autos que estaban estacionados frente a la Iglesia de San Patricio llamaron la atencin de algunos vecinos de la calle Estomba

Rolando Savino, un adolescente de 16 aos que oficiaba como organista de la parroquia, lleg ese domingo temprano para participar de la misa dominical.

Cuando logr ingresar, Savino se encontr con los cuerpos de los religiosos ametrallados en el interior de la casa parroquial, tendidos y alineados sobre una alfombra roja, donde los haban ejecutados.

En las paredes de la casa parroquial, los asesinos escribieron consignas que no dejaban lugar a dudas de la procedencia que tena el atentado: "Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal. Venceremos. Viva la patria"; "Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vrgenes y son MSTM".

La primera consigna se refera al atentado que la organizacin Montoneros llev a cabo contra el edificio donde funcionaba la Superintendencia de Seguridad de la Polica Federal, el 2 de julio de ese ao, y en el que murieron 23 personas; en tanto que la segunda aluda al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, una tendencia de la Iglesia identificada con la Opcin por los Pobres y las luchas de liberacin que se desarrollaban en los pases perifricos.

Los asesinos escribieron consignas que no dejaban lugar a dudas de la procedencia que tena el atentado: "Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vrgenes y son MSTM"

Sobre el cuerpo de Barbeito Doval, los atacantes depositaron un dibujo de Quino, en el que Mafalda, su ms clebre personaje, sostena el bastn de un polica y se preguntaba si se trataba del "palito para abollar ideologas".

Al da siguiente, el primer cuerpo de Ejrcito, al mando del general Guillermo Surez Mason, adjudic el hecho a "elementos subversivos que no tienen Patria ni Dios", en un comunicado que fue reproducido por los medios.

Una misa se celebr en homenaje a las vctimas en San Patricio encabezada por el nuncio apostlico Pio Laghi. Poco despus, le confes al director del diario Herald, Robert Cox, la incmoda sensacin que vivi cuando le dio la comunin a Surez Mason: "Sent ganas de pegarle con el puo en la cara".

La causa qued en manos del juez Guillermo Rivarola y del fiscal Julio Csar Strassera, quienes, tras una serie de diligencias, dictaminaron que no se haba podido determinar la autora de la masacre, y cerraron el expediente en 1977.

Los jueces a cargo de la cuasa, dictaminaron que no se haba podido determinar la autora de la masacre, y cerraron el expediente en 1977

En 1984, con el retorno de la democracia el fiscal Anbal Ibarra solicit al juez Nstor Blondi el procesamiento de Romano y del comisario Rafael Fensore. Sin embargo, tres aos despus, la causa fue declarada prescripta por el magistrado.

Con el regreso de los juicios por la verdad durante el mandato del expresidente Nstor Kirchner, una tercera investigacin judicial fue abierta por el juez Sergio Torres en el marco de la Megacausa ESMA, que investiga los crmenes de lesa humanidad cometidos por los represores que actuaban en ese centro clandestino de detencin.

En 2016, la congregacin palotina anunci la decisin de presentarse como querellante en la causa de lesa humanidad.

"Desde el momento en el cual el profeta denuncia el pecado del hombre y los pueblos, su tarea se torna difcil y antiptica. Y un recurso a veces utilizado es sacarlos del medio, encarcelndolos, matndolos", escribi y ley en una homila el padre Dufau antes de ese asesinado.

Vigilia y misa en homenaje a los mrtires palotinos, a 45 aos de su asesinato

Una vigilia y una misa en homenaje a los cinco mártires palotinos asesinados durante la dictadura cívico militar se realizará este fin de semana, convocadas desde la agrupación Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

En la noche de este sábado, desde las 20.30, se realizará la vigilia en homenaje a los cinco religiosos que será transmitida por la cuenta Palotinos 4 de Julio de Facebook e Instagram.

En tanto, este domingo a las 11.30, se celebrará una misa en la parroquia de San Patricio, ubicada en Estomba y Echeverría, del barrio de Belgrano, que será presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza, con el lema "Formaron un solo cuerpo en Cristo y por la Verdad".

De esta forma se recordará a los cinco mártires palotinos asesinados por el terrorismo de Estado el 4 de julio de 1976: Alfie Kelly, Alfredo Leaden, Pedro Dufau, Emilio Barletti y Salvador Barbeito.

Eduardo Kimel: periodista condenado por investigar la masacre y que abri un camino clave

El periodista y escritor Eduardo Kimel reveló en su libro "La Masacre de San Patricio" la trama de terrorismo de Estado que determinó el asesinato de cinco religiosos católicos de la orden palotina, y por esa investigación fue condenado por "calumnias e injurias" en base a una denuncia presentada por Guillermo Rivarola, el juez que instruyó originalmente en esa causa.

Tras un largo recorrido legal en tribunales nacionales y estamentos internacionales, el caso Kimel permitió que Argentina modificara en 2009 su legislación para que las expresiones sobre asuntos públicos no sean consideradas como delitos, con una norma sancionada meses antes de la muerte del periodista.

"Fue un caso emblemático que permitió que Argentina avanzara en materia de libertad de expresión y garantizara el trabajo de los periodistas. Informar sobre asuntos públicos no puede ser sancionado por un artículo del código penal. Es gracias a la gran lucha que libró Eduardo", señaló en diálogo con Télam Andrea Pochak, abogada del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que representó al autor en su reclamo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Kimel, quien trabajó durante muchos años en la sección internacionales de la agencia nacional de noticias Télam, escribió en 1989 una exhaustiva y rigurosa investigación sobre los asesinatos de los sacerdotes palotinos Alfredo Kelly, Alfredo Leaden y Pedro Duffau, y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti, de la orden de Los Palotinos, en un hecho ocurrido en la madrugada del 4 de julio de 1989.

En su investigación, Kimel formuló la hipótesis de que el crimen obedecía a una interna entre sectores las Fuerzas Armadas que tenían visiones encontradas sobre el carácter ilegal de la represión, y sostuvo que la masacre había sido perpetrada por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

El periodista consignó que la instrucción del caso quedó en manos del juez Rivarola, y en base al análisis de las fojas del expediente, formuló un interrogante: "¿Se quería realmente llegar a una pista que condujera a los victimarios?"

"El juez Rivarola cumplió con la mayoría de los requisitos formales de la investigación, aunque resulta ostensible que una serie de elementos decisivos para la elucidación del asesinato no fueron tomados en cuenta. La evidencia de que la orden del crimen había partido de la entraña del poder militar paralizó la pesquisa, llevándola a un punto muerto", remarcó Kimel en este párrafo de su libro que contenía cerca de 200 páginas.

Rivarola, devenido en camarista, entabló en 1991 una demanda contra el autor de la investigación por el delito de calumnias e injurias, y se inició así un largo proceso que se extendió por una década.

Cuatro años después de haberse presentado la demanda, la jueza Angela Braidot condenó a Kimel por el delito de injurias a la pena de un año de prisión en suspenso y a pagarle al juez una indemnización de 20 mil dólares.

"Ese fallo le impidió la posibilidad de salir del país y eso afectó su desempeño profesional como periodista que cubría temas internacionales", señaló Pochak, actualmente se desempeña como subsecretaria de Protección y Enlace Internacional de Derechos Humanos.

Un año después, un fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones recurrió esa sentencia y absolvió a Kimel. Sin embargo, la satisfacción de esa decisión iba a durar poco.

Rivarola recurrió a la Corte, aquella que tenía "una mayoría automática" conformada por el gobierno del presidente Menem, que hizo lugar al recurso y ordenó en diciembre de 1998 que se dictara una nueva sentencia contra el periodista.

Los jueces Alfredo Barbarosch y Carlos Gerome de la Cámara de Apelaciones acataron el fallo y confirmaron la condena contra Kimel, quien según esa sentencia había obrado con "dolo y falsedad" para perjudicar a Rivarola.

"Se trató de una sentencia inspirada en un espíritu corporativo. El fallo estaba firme y resolvimos presentarnos ante el sistema interamericano de justicia para revocar este fallo y modificar la legislación en materia de calumnias e injurias", señaló la letrada que representó a Kimel.

Kimel y el CELS se presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que elevó el caso ante la Corte Interamericana que, en mayo de 2008, falló a su favor del periodista y le exigió al Estado argentino anular la sentencia y reformular su legislación.

El Congreso nacional sancionó la la ley 26551, que dispuso la modificación del Código Penal, y suprimió del Código Penal los delitos de calumnias e injurias en relación a expresiones referidas a asuntos de interés público.

"Es una ley muy importante. A partir de su sanción, una injuria no puede considerarse un delito y debe haber una resolución a través de la responsabilidad civil. Es lo que sucede en la actualidad con la demanda que el presidente Alberto Fernández presentó contra Patricia Bullrich", explicó la abogada.

En los últimos años de su vida, Kimel trabajó para la agencia alemana de noticias DPA y en la radio de las Madres; murió en febrero de 2010, a los 57 años por una nefropatía.

El 10 de noviembre de 2011, la Sala III de la Cámara Nacional de Casación Penal dejó sin efecto la sentencia penal por calumnias en su contra y ratificó que las expresiones relacionadas con asuntos de interés público no configuran delitos penales.