Perdió a su hija con cáncer y ahora reclama Justicia: "Sus médicos la abandonaron escudados en la pandemia"

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Camina por el jardín de la parroquia y susurra mirando a las plantas. Pide disculpas por no haber hecho un poquito más. ¿Un poquito más? "Me culpo por no haber gritado

para que me escuchara todo el hospital, o haber golpeado la puerta de la guardia hasta que me atendieran o haber ido directamente a la dirección del hospital. Y no lo hice, preferí estar con mi hija, que se retorcía de dolor, abrazarla e irnos a otro lado".

Norma Fernández acaba de salir del jardín de la parroquia Loreto, en Sarandí, donde está el cinerario con las cenizas de su hija Gabriela Cano, que falleció el 27 de julio de 2020, con 31 años, víctima de un cáncer en la cabeza del útero. Pero también del coronavirus, a pesar de que no lo contrajo.

Tres veces por semana Norma (60) repite la rutina con estoicismo, fuerza de voluntad y una mezcla de interminable dolor y bronca. Remarca que no entra a la parroquia, que va directamente al jardín porque no quiere saber nada con Dios. "Ya está, basta, demasiado castigo... Mis cuatro hijos pasaron por el quirófano... Gaby, que por problemas renales tuvo que hacer diálisis, luego llegó el trasplante y cuando su vida parecía resuelta... el maldito cáncer", cuenta.

"Peleó como una guerrera, ganó pero reapareció y allí se topó con la desidia de quienes no supieron cumplir su juramento hipocrático y la llevaron a terminar su vida. ¿Que más tendrá preparado Dios para mí?", se pregunta su mamá.

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De regreso a su casa, en Quilmes, Norma, empleada municipal en Avellaneda, dialoga con Clarín a días de cumplirse el primer aniversario del fallecimiento de su hija. "Me dicen que el tiempo mitiga el dolor, pero pasan los meses y yo no encuentro paz. Estoy enojada conmigo y con los médicos del Hospital de Clínicas, donde mi hija se trataba del cáncer, pero le dieron la espalda, Gaby fue abandonada, no la atendieron porquelos médicos decían que el hospital seencontraba en emergencia nacional por la pandemia".

"Eramos muy compinches, unidas, conversadoras y discutíamos por todo", recuerda Norma, aquí junto a su hija Gaby.

"Eramos muy compinches, unidas, conversadoras y discutíamos por todo", recuerda Norma, aquí junto a su hija Gaby.

Fernández realizó una denuncia por "abandono de persona, incumplimiento de deberes de funcionarios públicos" que tramita en la Fiscalía Nacional en lo Criminal N° 13 de Capital Federal. En paralelo "hay una investigación por mala praxis, ya que una no praxis podría ser entendida así", explica Verónica Ottaviano, su abogada civil; hay otra denuncia, la penal, que está en manos del doctor Santiago Ruiz Rocha.

"Tuvimos varias audiencias en el Clínicas con los médicos y nos informaron que una de las responsables que debía atender a Gaby fue sancionada. A mí eso no me importa, quieren despegarse y tirarles el fardo a ellos... ", hace saber la madre.

Norma, la mamá de Gabriela, hizo una denuncia penal por la muerte de su hija.

Norma, la mamá de Gabriela, hizo una denuncia penal por la muerte de su hija.

Sin vacilar, Norma dice que desde hace un año repite una y otra vez lo que padeció. "Tanto el destrato, la forma en que nos despidió el doctor S.A. del hospital negando la atención de quien era paciente del equipo del que forma parte y no tomando en cuenta la urgencia de su estado, como la negación a la atención de la doctora A.B. el mismo día".


La versión del Hospital de Clínicas

Clarín se comunicó con el Hospital de Clínicas, que desde su Departamento de Comunicación respondió:  "En relación a la paciente Gabriela Cano, esta institución acompaña a la familia en el dolor provocado por una pérdida de estás características desde el primer momento como única premisa. Por otra parte es imperioso dar a conocer que la institución realizó una investigación interna para asegurar los pasos realizados desde el servicio tratante. En este sentido se estableció que no hubo negligencia alguna.Por el contrario, los profesionales se comunicaron con la paciente en reiteradas oportunidades recibiendo una negativa como respuesta".

Y agregaron: "es importante aclarar también que los únicos canales de comunicación oficiales del Hospital de Clínicas con sus pacientes son su página web y los establecidos durante la pandemia y de ninguna manera se incluye entre estos a las redes sociales (esto en referencia al contacto que Fernández tuvo con una médica vía Facebook). Por último, es de público conocimiento que la pandemia, y en consecuencia el aislamiento durante 2020, modificó los protocolos, accesos y recursos de todas las instituciones de salud".

Tres meses sin atención

Gabriela fue internada el 8 de julio de 2020 en el Hospital Rossi de La Plata, después de estar casi tres meses a la deriva, sin atención ni cama disponible. Su cuadro había empeorado sustancialmente "y ya desde abril, cuando fue rechazada del Clínicas, hasta su muerte mi hija sufrió lo que nadie... No hay derecho a morir así", se quiebra Norma.

El afiche que convoca a una marcha el martes 27 de julio, a las 16, en Plaza Congreso, para conmemorar el año del fallecimiento de Gabriela Cano.

El afiche que convoca a una marcha el martes 27 de julio, a las 16, en Plaza Congreso, para conmemorar el año del fallecimiento de Gabriela Cano.

"Prometí a Gaby en sus últimos días pedir justicia por su abandono y lo voy a hacer aunque me lleve mi propia vida. Como me dice Pablo Musse, el papá de Solange (fallecida en Córdoba por un cáncer y al padre no le permitieron ingresar a la provincia a despedirse), cada vez que hablo con él: hasta el último suspiro tengo mis derechos".

Este martes a las 16, en el Congreso, Norma organizó una marcha para pedir no olvidar a su hija. "Sus médicos la abandonaron escudados en la pandemia", reza el afiche que convoca. "Yo tengo fe que nos acompañará gente, como la Agrupación Familiares y Víctimas de Mala Praxis, que es un sostén para mí, porque sola no podría. Es muy duro organizar este tipo de movidas por una hija muerta, no hay cuerpo que aguante y en las últimas semanas tuve que pedir socorroa la psicóloga porque me despierto angustiada, llorando, me cuesta respirar, una intranquilidad fea".

Junto a sus siempre unidos hermanos. Aquí con Milagros (primera a la izquierda), Bárbara y Diego.

Junto a sus siempre unidos hermanos. Aquí con Milagros (primera a la izquierda), Bárbara y Diego.

En su intimidad se pregunta Norma si vale la pena semejante esfuerzo, rifar tanto el frágil esqueleto. "A veces dudo, pero me zamarreo yo mismo y lo hago convencida sobre todo por un motivo: no puedo soportar que ninguna persona siga su vida sin ninguna consecuencia ante semejante abandono y negligencia.Jamás voy a olvidarme de ese 21 de abril, en el área de Oncología Ginecológica del quinto piso, suplicando para que mi hija fuese asistida. Era el lugar donde se venía atendiendo, cumpliendo al pie de la letra cada indicación, donde hacía apenas un mes le decían que todo estaba bien".

Subraya que no es "venganza ni ojo por ojo, pero es una necesidad imperiosa de quetodos conozcan quienes son estas personas, lo que hicieron, lo que provocaron con su accionar. Ocasionaron la muerte de una chica de 31 años llena de sueños y la destrucción de toda una familia. Deben pagar con todas las de la ley lo que hicieron". Norma se tomó el trabajo de buscar en internet el nombre de una de las médicas señaladas y "los comentarios de la gente, remarcando el maltrato de la profesional (este cronista los buscó y encontró decenas) dejan mucho que desear y llama todavía más la atención para un lugar del prestigio del Clínicas".

Gabriela junto a su papá Jorge Cano.

Gabriela junto a su papá Jorge Cano.

Fuerte, tenaz, también obstinada, Norma tiene el apoyo incondicional de sus hijos, aunque ellos todavía somatizan la ausencia irrecuperable. "Milagros (15) sufre ataques de pánico y está en pleno tratamiento psiquiátrico. Diego (27) es quien me recuerda las anécdotas más lindas de Gaby, él trata de recordarla así, sonriente, pero sé que sufre porque es quien estuvo con ella en el momento en que se descompuso en la habitación. Y Bárbara (35) era la más compinche pero está hundida, no sale a flote. Jorge, el papá, que la llora a solas, pero está al pie del cañón en cada paso que decido dar. Y Susana, mi amiga y con quien vivo desde hace una década, que es incondicional y estuvo en cada una de las noches de sufrimiento".

Fueron muchas las veladas de sufrimiento, tanto en su casa como en las últimas semanas en el Hospital Rossi. "Recuerdo que Gaby pensaba que iba recuperarse y que estaba tan enojada con los médicos del Clínicas que en su internación me hizo prometerle que cuando saliera de ese estado la iba a acompañar a verlos a su consultorio '¡y me van a escuchar y van a saber quién soy', decía enojadísima. 

Norma sostuvo hasta casi el final las manos de su hija Gaby "para que no se me fuera".

Norma sostuvo hasta casi el final las manos de su hija Gaby "para que no se me fuera".

Pero Norma prefiere y necesita recordar a esa hija amiguera, cariñosa, siempre pendiente de su madre y discutidora por todo... Era tremenda, no quería perder una -recuerda con nostalgia-. Una piba que registraba mucho al otro, pendiente de sus sobrinos, de verdad la mejor amiga de sus amigos Piki, Noelia, Paula, Vanina y El Pez. Trabajaba como secretaria de un concejal y estaba buscando departamento para irse a vivir sola. ¿Alguna manía? Ay, el pelo y las uñas siempre los tenía impecables. Súper cuidadosa con eso".

Norma recuerda que "ese lunes 27 de julio ella estaba con oxígeno, lúcida pero agotada por no dormir desde hacía días... Temía dormirse porque soñaba todo negro y ella no quería morirse".

Cerca de las ocho de la noche, la mujer salió unos minutitos de la habitación para comprar algunos víveres y a su regreso ya no pudo ingresar, los médicos no se lo permitieron: Gaby había tenido convulsiones. "Una leona, luchó hasta el final, pero lo paradójico es que le peleó con garra al cáncer que tenía pero también fue víctima del coronavirus que no tuvo", maldice con resignación y estoicismo.

MG