El FMI mejoró la perspectiva de crecimiento de Argentina en 2021, pero bajó la de 2022

Economia
Lectura

El FMI mejoró la proyección de crecimiento de la Argentina y estimó que el PBI se recuperará un 6,4%, una mejora respecto del 5,8% previsto en abril gracias a los mejores

precios de las exportaciones y el avance de la campaña de vacunación más rápido de lo esperado.

En cambio, el organismo revisó levemente a la baja su previsión para el 2022, al bajar el crecimiento esperado del 2,5% al 2,4%. El dato surge del informe de perspectivas económicas globales de julio presentado este martes por la economista jefa del FMI, Gita Gopinath, en una conferencia de prensa.

Argentina se benefició de un inesperado aumento en los precios de sus exportaciones, con un incremento de los precios de los alimentos a nivel internacional. Ese efecto positivo a través de los precios de las exportaciones está ayudando a la recuperación de Argentina”, señaló Gopinath.

🆕 The IMF projects the global economy to grow at 6% in 2021 and 4.9% in 2022. The recovery remains uneven across regions, depending on access to vaccines. More in the updated World Economic Outlook. https://t.co/yxs2PsXM89#WEOpic.twitter.com/pwkgQNRBkN

BANER MTV 1— IMF (@IMFNews) July 27, 2021

La mejora del pronóstico para Argentina se debe también a una vacunación “más rápida de lo que habíamos previsto previamente”y al crecimiento del comercio exterior, especialmente con Brasil, añadió la subdirectora del Departamento de Investigación del Fondo, Petya Koeva Brooks.

La proyección está en sintonía con lo que el Fondo espera en otras grandes economías latinoamericanas como Brasil y México, cuya recuperación llevó al 5,8% las expectativas para el conjunto de la región este año, 1,2 puntos porcentuales más de lo previsto en abril.

En Brasil, el FMI prevé un crecimiento del 5,3 % este año, con un repunte más rápido de lo esperado, pero el año próximo será menor de lo que se preveía. El principal socio comercial de Argentina también se benefició por la suba de precios de las materias primas y el despegue de EE.UU y China.

En tanto, la economía global crecerá 6% en 2021 y 4,9% en 2022, igual que lo previsto en abril, aunque la recuperación será despareja. Mientras las perspectivas de los países emergentes y en desarrollo se revisaron a la baja, especialmente en Asia, el pronóstico de las economías más avanzadas mejoró.

En ese sentido, el informe alertó sobre una creciente brecha a nivel global. "El acceso a la vacuna emergió como el límite principal que divide al mundo en dos bloques: aquellos que pueden esperar una mayor normalización hacia fin de año (casi todas las economías avanzadas) y aquellos que enfrentarán un rebrote de casos y muertes por Covid", señaló el Fondo.

"La recuperación, sin embargo, no está asegurada incluso en los países donde las infecciones están actualmente en un nivel muy bajo mientras el virus circule por todas partes", concluyó. En efecto, el avance de la variante Delta provocó la caída de bolsas en Asia y Europa y llevó a varios países de esas regiones, junto con EE.UU, a mantener o adoptar nuevas restricciones.

Para 2022, el FMI mejoró un 0,5% la previsión del 2022 debido a la mejoría en las economías desarrolladas, en especial EE.UU por la legislación temprana de un paquete de estímulo fiscal adicional en la segunda mitad de 2021 y una mejora en las estadísticas de salud en amplios grupos.

Alerta por la inflación

Por otra parte, el informe se refirió a las presiones sobre los precios y señaló que "reflejan hechos inusuales relacionados a la pandemia y desajustes de oferta y demanda". "La inflación se espera que vuelva a los rangos prepandemia en la mayoría de países en 2022 una vez que estas alteraciones concluyan, aunque la incertidumbre sigue siendo alta", indicó.

En cuanto a los países emergentes y en desarrollo -como Argentina-, el FMI pronosticó sin especificar que en algunos se espera "inflación elevada" en parte por el aumento de los precios de los alimentos. "Los bancos centrales deberían atravesar presiones inflacionarias transitorias y evitar subir las tasas hasta que haya más claridad de la dinámica de precios subyacente".

"Hay, sin embargo, un riesgo de que presiones transitorias puedan volverse más persistentes y los bancos centrales necesiten tomar medidas preventivas", advirtió el informe. En junio, la inflación en Argentina se desaceleró al 3,2%, pero se mantuvo elevada en términos interanuales con una suba del 50%.

SN