Empresarios, entre el hartazgo y las oportunidades de negocios

Economia
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Puesto a analizar la economía y la política en la crisis argentina durante el período que va desde 1958 con el gobierno de Frondizi al 1973 de Cámpora, uno de los

grandes referentes de la sociología, Juan Carlos Portantiero (1934 - 2007) acuñó el concepto “empate hegemónico”. En 1977 escribió: “Traté de analizar el comportamiento de los principales actores sociales, como motivados por la lógica de un empate entre fuerzas, alternativamente capaces de vetar los proyectos de las otras, pero sin recursos suficientes para imponer, de manera perdurable, los propios”.

Juan Carlos Portantiero, autor del concepto empate hegemónico.

Juan Carlos Portantiero, autor del concepto empate hegemónico.

Pasaron 44 años y el paper de Portantiero circula entre empresarios que atribuyen la grieta o esa dinámica de enfrentamiento al empate hegemónico. Uno de ellos, con “mucho esfuerzo y pocos milagros para contar”, puso el cartel de venta a su fábrica y resumió la actitud en la palabra “hartazgo”. Intuye que las cosas no van a cambiar y prefiere hacer caja aunque reciba un precio devaluado. El industrial, con una planta de 500 personas, solicitó no ser mencionado. Describe que varios de sus pares desdoblan operaciones en otros países de una América latina que está más pobre.

En las tecnológicas asoma otro fenómeno con jóvenes que perdieron el sentimiento de arraigo, que pueden trabajar desde cualquier lugar y cobrar sus sueldos en dólares en cuentas en el exterior, por la brecha cambiaria. En este sector hay 9.000 búsquedas activas de profesionales.

BANER MTV 1
Darío, Adrián y Daniel Werthein.

Darío, Adrián y Daniel Werthein.

Hay, sin embargo, muchos a la caza de oportunidades. Son grupos locales como el caso de los Werthein que, frustrados por no quedarse con Walmart, finalmente volvieron a las telecomunicaciones con Direct TV. Se dice que a Hugo Sigman le costó encontrar un comprador local para una porción del laboratorio que elabora la vacuna de Astra Zeneca. Hay, eso sí, grupos del interior en las gateras buscando el piso en los precios para dar el salto.

Las oportunidades​

En el ministerio de Matías Kulfas dicen recibir llamados desde el exterior interesados en minería, agroindustria y energías alternativas. Miguel Pesce desde el Central facilitará un mecanismo para que los dólares para la inversión productiva se cambien al valor del contado con liquidación. ¿Alcanzará para revertir la desinversión?

Algunos como Alejandro Reca, socio de San Ignacio, echan mano a bancos públicos y proveedores para seguir en pie. Es el primer exportador de dulce de leche y el segundo de queso azul detrás de los dueños franceses de Milkaut. Reca describe la vida del pyme como una hazaña cotidiana. “En Argentina falta confianza y hay que aprender a apalancarse en esa incertidumbre”, dice. Apuesta a nuevos productos en un mercado interno que se mueve a menores precios y tiene problemas en la cadena de pagos. Su salida es Ezeiza a través de la exportación. Desde una planta al norte de Santa Fe, con 130 empleados, un equipo de 20 investigadores y a tono con los exigentes requisitos ambientales y de trazabilidad, venden dulce de leche a los reyes de los lácteos como Nueva Zelanda o destinos como Japón.

José Chediak es de los que sienten pulsión productiva, con una carrera labrada desde abajo. Líder en aceite de oliva tiene la paciencia estratégica para esperar al menos seis años para que otra de sus plantaciones como el pistacho dé los primeros frutos. El dólar oficial atrasado, las trabas a la importación que lo dejan sin repuestos y sin cosechadoras sofisticadas, son algunas de sus desventuras. “Las economías regionales requieren una mirada de largo plazo que no existe desde hace décadas”, dispara al consignar que por cada millón de dólares de producción que generan se necesitan 32 empleos versus los ocho puestos de la pampa húmeda.” El 60% de mi día de trabajo es resolver problemas en vez de estar incorporando valor agregado”, enfatiza. Tiene 800 toneladas de aceite premium para exportar y no encuentra contenedores.

Entre tanto, el blue irrumpió con fuerza. Para los bancos, el Central la tiene más fácil que en octubre de 2020 cuando escaló a $ 195 pero anticipan pulseada en un escenario donde la negociación de la deuda privada se calmó con el acuerdo que abrochó Kicillof, aunque aún falte el de La Rioja. Comentan que Pesce ruega por una apertura de fronteras: cree que con los actuales precios en dólares habrá una invasión desde los países vecinos. El ingreso de dólares que necesita.

Las elecciones en la agenda​


En los Zoom las conversaciones giran en torno al resultado electoral y las dudas sobre cuál será el próximo avance del Estado sobre el sector privado. “No se asusten, Cristina tensa la cuerda, pero cuando está por chocar, dobla”, tranquilizan algunos funcionarios.

En el ambiente de negocios se presta atención a las elecciones de noviembre. “El mejor resultado es aquel que obligue a negociar al oficialismo”, dicen los industriales. Quienes frecuentan Olivos, que no son pocos, describen a un Alberto Fernández que, si bien se percibe cansado, sigue “muy enganchado y motivado”. Salen de la Quinta con la sensación de que irá por la reelección en 2023 aunque avizore tensión en la calle.

En esas comidas se conjetura con una “oxigenación” del Gabinete para la post pandemia que expresará equilibrio de fuerzas de la coalición oficialista. Razonan que si ganan, el triunfo será de Alberto Fernández no solo porque coló a los suyos como cabeza de lista. También, porque Cristina perdió todas las elecciones de mitad de mandato. “Cristina tiene un diálogo con la historia, con su capital simbólico, con lo que fue su gobierno. Alberto tiene que mirar al presente y al futuro”, les explica un asesor presidencial.

Con la campaña en marcha, el Gobierno anunciará en estos días menos restricciones a las exportaciones de carne y una catarata de incentivos para que Argentina aumente su producción ganadera estancada en las 3 millones de toneladas por año desde 1980. En Agricultura han intentado convencer a sus pares que el problema no es el precio del asado, sino los salarios. En tiempos de Kicillof como ministro de Economía el asado costaba US$ 9 el kilo, hoy, US$ 7, siempre de acuerdo al tipo de cambio oficial.

Nicolás Pino, flamante presidente de la Sociedad Rural Argentina.

Nicolás Pino, flamante presidente de la Sociedad Rural Argentina.

Nicolás Pino, flamante titular de La Rural, apuesta al diálogo para liberar las exportaciones de carne. Mantiene Zoom con sus pares de la Mesa de Enlace y con los autoconvocados que organizan otro acto como el de San Nicolás del pasado 9 de Julio. “No tenemos resultados pero vamos a insistir”, subraya Pino, primer presidente de La Rural sin campo propio. Arrienda en Gualeguaychú y en General Alvear para ganadería. Símbolo de estos tiempos , Pino encontró las cuentas de La Rural en llamas tras dos años sin realizar la clásica exposición de Palermo. Anticipa una gran cosecha pero advierte sobre la suba de costos. Un dato: la urea que el año pasado se vendía a US$ 500 la tonelada, hoy no se consigue por menos de US$ 650.

En la UIA hablan de una realidad heterogénea con electrodomésticos haciendo punta y ventas que estarán incentivadas con el Ahora 12 y 18 que relanza el Gobierno a lo que se suman con un Ahora 30 los materiales de la construcción. La maquinaria agrícola, la metalmecánica y la siderurgia también se recuperan. Las automotrices son un capítulo aparte, al menos en anuncios de inversión: sumados arrojan US$ 28 mil millones. Contrasta con el complicadísimo sector servicio.

Alli están concentrados en lo que bautizaron el Libro Blanco que, redactado desde las filiales provinciales, será una propuesta de política industrial. Para el presidente de la entidad, Daniel Funes de Rioja, que superó el Covid, es clave el acuerdo con el FMI para un camino de previsibilidad. Desde el Gobierno les dicen que sale porque no le van a pedir nada, solo refinanciar. Parece chiste por la magnitud de la deuda que hay que estirar en el tiempo. Es curioso, ya que en la Casa Rosada ahora se rasgan las vestiduras por no haberlo concretado antes, que hubiese permitido menor tensión cambiaria. Esa será una pregunta a Wado de Pedro en el almuerzo a cielo abierto que mantendrá con las cúpulas empresarias. Lo organiza Funes de Rioja en su rol de presidente del Cicyp.