La Costa Atlántica, en riesgo: cómo frenar la erosión que "se come" balnearios y viviendas

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Ya con el mar plácido del verano y una ligera pleamar, la orilla se hace angosta y la imagen que devuelve la costa es la de playas al límite, con el

agua bañando los pilotes de las carpas. Con una suba mayor, apuntalada por intensos vientos del sudeste, la acción dinámica del mar se torna incontrolable, tanto que ya no sólo erosionó balnearios o las avenidas costaneras: llegó a las casas, y continuará haciéndolo.

"Se sabe que el nivel del mar subirá indefectiblemente, eso indica que la erosión persistirá", explica a Clarín el experto Federico Iñaki Isla, licenciado en Geología con un doctorado en Ciencias Naturales, quien desde sus dos ocupaciones, como define figurativamente, la de "forense", aclara qué pasó, por qué desaparece la arena, y la de "médico sanitaria", advierte qué es lo que no se debe hacer.

El Partido de la Costa, donde esta semana se pudo ver cómo el mar se tragaba una casa, ya padece las consecuencias de la erosión en sus 96 kilómetros de frente costero. También la sufren otras localidades, Valeria del Mar, Villa Gesell, Mar Chiquita, y del sur bonaerense, como Claromecó, en Tres Arroyos. 

"Normalmente había una tormenta grande cada dos años. Eso lo sabemos por estadísticas del Servicio de Hidrografía Naval que toma mediciones con un mareógrafo en playa Bristol. Pero ahora tuvimos dos grandes en menos de cuatro meses, la de San Patricio, el 17 de marzo, y la de esta semana", comenta el hecho que deja lugares cuyo principal recurso son playas, con playas más chicas, más estrechas.

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La imagen viralizada de la caída de la casa de la calle 66 y la costa, en Mar del Tuyú, en el Partido de la Costa, o los destrozos que hizo la marea en una amplia franja de Las Toninas, dejo en evidencia un problema endémico de la Costa Atlántica.

Isla cuenta que la costa de Mar Chiquita, localidad que tiene una albufera declarada por la Unesco Reserva Mundial de Biosfera, desde su loteo original en 1958 hasta los años 90, retrocedió 130 metros y en consecuencia se perdieron 300 lotes, algunos con casas sobre los médanos.

Esta semana, con viento del sur y una crecida como hace años no se veía, casas construidas hace tan solo una década frente al mar, en la zona de Parque Lago, antes de llegar a Mar de Cobo, quedaron en pie de milagro, aunque afirmadas sobre los pilotes al descubierto. De momento, inhabitables. Sin obras, irrecuperables. 

Las previsiones que depara el cambio climático para las próximas décadas no son las mejores. Lo que hacen los habitantes de la costa, en lo inmediato, ayuda poco: Isla destaca lo que es una práctica incongruente y habitual en la costa, en el norte fundamentalmente, que es la actividad de "carreros", que se llevan arena de la orilla para la construcción; lavada, la usan para revoques.

La erosión de la costa en Mar del Tuyú.

La erosión de la costa en Mar del Tuyú.

Luego, los huellones que dejan los vehículos, cuatriciclos, 4x4, que tomaron las playas. "Hay lugares donde se fomenta que se acceda a la playa en camionetas, y la arena suelta de esos surcos, esa arena blanda, luego se la lleva el mar", señala, y por último, lo que hacen los concesionarios de playas.

"Las playas son de dominio público. La provincia las cede al municipio para su usufructo, y luego el municipio da concesiones y permite instalar 300 carpas y no queda lugar. El concesionario está convencido que es el dueño de la arena, cuando en realidad tiene que velar para que la arena no se pierda", explica el geólogo, investigador superior del Conicet y director del Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Lo que cuenta, Isla lo ve cada mes de diciembre en Mar del Plata. Se aproxima la temporada de verano y, por nombrar un caso, en Playa Grande, se pueden ver las retroexcavadoras acomodando la arena para clavar carpas. "Lo peor de todo -sostiene Isla-, es que no saben: sacan arena de atrás, la llevan adelante, luego la marea sube y se la lleva el mar".

Además, Isla recalca que hay sectores donde se ha construido sin respetar la ley provincial 8912, que regula las urbanizaciones en el frente costero, y que se han hecho mensuras engañando la mensura original. Esto es: al tomar las mediciones se fomenta arena en la línea del mar que luego, poco a poco, desaparece.

La casa más afectada con la crecida en Mar del Tuyú.

La casa más afectada con la crecida en Mar del Tuyú.

En el exclusivo barrio Costa Esmeralda, en el kilómetro 380 de la ruta 11, con bosques y más de 3 kilómetros de frente costero, "se construye sin permiso de la provincia". Para evitar tales despropósitos, reclama que se apruebe la Ley de Manejo Costero, planteada desde 2015.

"No salió. Se podría atacar los problemas que generan los loteos, reforzar las ventajas de hacer areas de reservas, tratar los problemas de contaminación. No tenemos ley cuando en España están actualizando la ley que tienen de los años 80 y Chile está haciendo una revisión del ordenamiento que hizo la administración de Pinochet. No se trata de una Ley para evitar lo que pasa hoy, sino lo que pasará en los próximos años".

Por lo pronto, se sabe por el informe de 2019 del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático que en el año 2100 el nivel del mar subirá de 40 a 80 centímetros. "Los hielos se derriten en zonas de montaña, en la Antártida, Groenlandia. La erosión persistirá, y al mismo tiempo son más recurrentes los efectos episódicos, inundaciones en China, incendios en California, las tormentas que estamos viendo".

¿Soluciones? "La solución es que no se vuelvan a cometer los mismos errores. Donde está hecho, soluciones blandas: si se fue la arena, volver a ponerla. Por ejemplo, en el Partido de la Costa hay zonas de acumulación en Punta Rasa y en Punta Médanos, entonces cuando no haya oleaje, a partir de la primavera, con camiones, hay que llevar la arena a los sectores más críticos".

Otra solución que propone Isla es la del refulado, como se hizo en 1998 en Playa Grande. Con dragas extraer arena del mar para arrojarla a la playa. Traer una draga y que trabaje alternadamente en distintos puntos de la costa, sugiere. Otra propuesta del investigador del Conicet, la de la moraleja del cuento de los tres chanchitos, "pero a la inversa".

"Al chanchito que construía en cemento armado, más sólido, no se le caía la casa. Acá lo que hay que hacer es al revés, en la costa, construir en madera", lo que reduce el impacto ambiental y, eventualmente, es reparable. Al cemento, se vio, se lo lleva el mar.

Mar del Plata. Corresponsal

PS