El otro lado del orden

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El 17 de marzo, empleados del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires llegaron a la esquina de avenida Alberdi y Viel,

en Caballito, y comenzaron a tirar a la basura las pertenencias de un hombre que vive en esa esquina desde hace siete años. Le pidieron que se corriera mientras le arrebataban las frazadas y sus pocas pertenencias. La cuadra se alborotó cuando un grupo de vecinos quiso impedir el “operativo”, que era observado por dos efectivos policiales. La persona a cargo, que se referenció como miembro del “área Limpieza”, dijo que solo cumplía con su trabajo y se negó a llamar a sus autoridades para encontrar alguna alternativa. “Si tanto te preocupa la gente de la calle, mostrame el celular a ver cuántas veces llamaste al 108”, le dijo a una mujer en medio de una tensa discusión y se fue.

La escena terminó con el hombre de la esquina desvalijado: “Yo te dije, si juntás algo de más, vienen y te lo tiran”, le decía otro en su misma situación. ¿Lo que sucedió en marzo fue un episodio aislado con un empleado alterado? NOTICIAS se comunicó con voceros del ministerio, presentó un pedido de acceso a la información pública y pidió entrevistas con las autoridades para saberlo. Las explicaciones oficiales siempre fueron esquivas. Sin embargo, cinco referentes de diferentes organizaciones sociales que trabajan con personas de la calle reconocieron que esta es una práctica bien conocida.

Respuesta oficial. La primera aclaración del ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana fue: “Esto entra por vía judicial. La Justicia ordena que hagamos algún operativo de limpieza, pero nosotros no nos encargamos de sacarle nada a nadie o de secuestrar cosas”. En un pedido de acceso a la información pública se consultó por el protocolo de actuación. La primera respuesta, enviada desde la Dirección General Técnica, Administrativa y Legal llegó el 31 de mayo: “La información requerida no puede ser brindada por esta Dirección General por no estar entre sus misiones y funciones la de realizar las tareas mencionadas. Esta Dirección no es competente para intervenir sobre las personas ni sobre los objetos personales que portan. En relación a este tipo de operativos se le da intervención inmediata al BAP (Buenos Aires Presente) ya que es el organismo especializado”.

El 6 de julio, llegó la segunda respuesta desde el BAP: “Es importante destacar que no se encuentra enmarcado en el ámbito de las competencias del Programa BAP, el retiro de objetos abandonados por personas en el espacio público. Asimismo, los equipos pertenecientes al Programa BAP no sustraen pertenencias de personas en situación de calle”.

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Higiene urbana

Referentes. Sin embargo, en la calle no se dice lo mismo. Horacio Ávila es miembro de Proyecto 7, una organización que trabaja con personas sin techo y cuenta que “siempre hubo grupos dentro de Espacio Público con distintas formas de desalojar las ranchadas. Ahora te sacan las cosas. Algo que también pasa es que estás durmiendo a la madrugada y viene el grupo que limpia las veredas con las mangueras y te moja todo”, aseguró.

Ávila habla de un accionar “histórico” y recuerda a la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP), un organismo que se disolvió en noviembre del 2009 luego de una innumerable cantidad de denuncias. Un funcionario judicial que intervino en la investigación hacia la UCEP sostuvo que aquel hecho morigeró la actuación de este organismo y que hoy no se registran -al menos en lo formal- episodios de violencia física.

Viviana Basualdo de la Fundación Sí insiste en que “es una práctica permanente desde hace muchos años”. “Hay zonas más perseguidas que otras. Es paradójico porque viene Espacio Público a quitarles cosas y después el BAP a traerles. Cuando hacemos las recorridas les decimos: ‘Fijate, guardá lo que más necesitás porque van a venir y te van a tirar todo sin mirar qué es importante y qué no’”, sostuvo.

Constanza Guillén, del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), lo ratifica: “Es sistemático. Actúa Espacios Públicos, muchas veces con la policía de la Ciudad, para que todas las mañanas la ciudad aparezca ‘limpia’. Estos operativos suceden, en general, en la noche y por eso nadie se entera”, remarcó.

Fernanda Raquel González, del Refugio de Mujeres en la Santa Casa de Ejercicios del Arzobispado de Buenos Aires, adhiere: “Lo que nos cuentan ellas es que si te tiran las cosas es porque los vecinos se quejan. No lo entienden como algo del Estado sino como que sos una molestia para el barrio”, sostiene.

Osvaldo Carnival, de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas, insiste en valorar el trabajo del BAP y, aunque dice que sus iglesias no registran estos episodios de forma extendida, “sabemos que estas cosas pueden llegar a pasar. Lo he visto acá debajo de la autopista, en Emilio Mitre, donde a veces pasan y levantan todo, incluso colchones. Lo limpian, porque hay que esconder e invisibilizar la situación”.

Vueltas

Después de muchas derivaciones, un funcionario de prensa de la Dirección General de Limpieza envió una respuesta formal el 13 de julio con una explicación en la que se decía que el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat no realizaba estas prácticas. La contestación fue inexplicable ya que nunca se requirió información a esa área. Una vez más, esta revista intentó dar con alguna autoridad: “Tenés que comunicarte con Seguridad”, respondieron desde el Ministerio de Higiene Urbana. Cuando se pidió por WhatsApp una entrevista formal, la respuesta fue que sería imposible concretarla de un día para el otro. Cuando se informó que la publicación se retrasaría, la vocera dejó de responder los mensajes.

En conversaciones off the record, hubo quienes deslizaron que lo sucedido el 17 de marzo podría haber sido un episodio aislado y se comprometieron a buscar alguna respuesta en los registros. Nunca más se volvieron a comunicar.

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Pobreza | Foto:CEDOC.