Perú: Castillo anuncia un gabinete sin experiencia y ministros muy polémicos

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El gabinete que acompañará al flamante presidente peruano, Pedro Castillo, ha despertado inquietud en sectores empresariales y de la oposición, ya que estará encabezado por un dirigente de la izquierda dura

sin experiencia política y tendrá como canciller a un ex guerrillero, lo que hace presumir un cambio radical en la postura exterior del país.

Se trata, en general, de un gabinete eminentemente político, integrado por distintos sectores de la izquierda peruana, conservador en lo social y con raíces religiosas.

Castillo, un maestro rural de Cajamarca, de origen humilde y experiencia sindical, pero no política, tomó juramento el jueves como jefe de Gabinete a Guido Bellido, un ingeniero sin experiencia en cargos públicos, y al ex guerrillero Héctor Béjar como encargado de la diplomacia, al día siguiente de su investidura en un clima polarizado.

Bellido es una figura particularmente inquietante. Reconocido homófobo, ha sostenido repetidas veces que Cuba es una democracia y se ha mostrado reticente a calificar como terrorismo a las atrocidades cometidas por Sendero Luminoso. Su nombramiento parece confirmar la influencia que ejerce sobre el mandatario electo Vladimir Cerrón, el presidente de su partido, Perú Libre. Cerrón es un médico marxista, un ex gobernador a quien la Justicia condenó por corrupción y lo inhabilitó para ejercer cargos públicos.

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Castillo tomó juramento también a 16 ministros en el Gran Teatro de Lima, horas después de la jura de Bellido en una ceremonia en el sitio de la batalla de Ayacucho del 9 de diciembre de 1824, que selló la independencia de Perú y del resto de la América española.

En una mala señal para los mercados, el cargo clave de ministro de Finanzas sigue vacante, lo mismo que el de Justicia, en un gabinete que, además del jefe, tiene 18 miembros. Para Economía había sonado el nombre de Pedro Francke, principal asesor económico de Castillo y responsable de la moderación que exhibió durante la campaña en este tema. Sin embargo, según la prensa local, el economista no era aceptado por Cerrón, ni por el flamante primer ministro Bellido, bajo cuyo liderazgo Francke parece haberse negado a trabajar.

“La alianza de Castillo con Cerrón es clara. La elección de Bellido y mantenerlo en el poder sobre figuras como Francke, lo que hace es simplemente transparentarlo”, dijo el analista Sandro Venturo.

La demora en el nombramiento de alguien al frente de Justicia también es un tema delicado. El propio Cerrón no pudo ser candidato por la condena que sufrió, razón por la cual fue Castillo, y Keiko Fujimori, principal referente opositora, también está seriamente comprometida en causas judiciales.

Entre los nuevos ministros destaca Béjar, abogado y doctor en sociología de 85 años, fundador en 1962 del Ejército de Liberación Nacional, grupo guerrillero inspirado en la revolución cubana, que operó en la selva peruana hasta que fue derrotado militarmente un par de años después. Detenido en 1966 y tras casi cinco años preso, Béjar fue indultado por el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, de quien pasó a ser colaborador.

Solo dos mujeres integran el gabinete. Una es la nueva vicepresidenta, Dina Boluarte, como titular de Desarrollo e Inclusión Social, la otra, la socióloga feminista Anahí Durand, aportada por el partido Nuevo Perú, de la ex candidata presidencial Verónika Mendoza, quien tendrá una dura tarea por delante ante un gobierno masculinizado y muy conservador en temas de género.

Críticas a Bellido. Los presidentes Alberto Fernández de Argentina, Luis Arce de Bolivia y Sebastián Piñera de Chile acompañaron al mediodía a Castillo en la ceremonia en la Pampa de la Quinua, escenario de la batalla de Ayacucho. También asistió el ex mandatario boliviano Evo Morales.

En el sitio se congregaron miles de lugareños, que presenciaron la juramentación de Bellido, ingeniero de 41 años del mismo partido de Castillo que se convirtió por primera vez en legislador hace seis días.

Según medios peruanos, la fiscalía había investigado a Bellido por presunta “apología al terrorismo”, por declaraciones en una entrevista en abril, antes de que asumiera su banca en el Congreso, que le otorga inmunidad.

La designación de Bellido, de orígenes campesinos como Castillo, “es un mensaje que polariza”, reaccionó el legislador de derecha radical Alejandro Cavero.

Bellido debe comparecer antes de un mes ante el Congreso –controlado por la oposición– para pedir un voto de confianza al nuevo gabinete. Si es rechazado, Castillo deberá nombrar a otro primer ministro y reorganizar el gabinete.

Castillo inició su mandato de cinco años en medio de la esperanza de millares de compatriotas, pero también con inquietud de buena parte de los peruanos que temen un brusco giro hacia el socialismo tras décadas de políticas liberales.

En su primer discurso anunció que enviará al Congreso un proyecto para reformar la Constitución, que privilegia el liberalismo económico y fue promulgada en 1993 por el presidente Alberto Fujimori, el encarcelado padre de su rival en el ballottage del pasado 6 de junio, Keiko Fujimori.

Keiko respondió diciendo que su partido, Fuerza Popular, “será un firme muro de contención frente a su amenaza latente de una nueva Constitución comunista”.

“Insistiremos en esta propuesta, pero dentro del marco legal que la Constitución proporciona. Tendremos que conciliar posiciones con el Congreso”, indicó Castillo, cuyo partido Perú Libre tiene solo 37 de los 130 escaños. La segunda bancada es Fuerza Popular, con 24.

“Clima de desconfianza”. Castillo anunció, además, en su investidura que no dirigirá el país desde el Palacio de Pizarro, la casa de gobierno, pues planea convertirlo en un museo, y prometió que al término de su mandato retomará sus “labores docentes de siempre”, en alusión a que no pretende eternizarse en el poder. La propuesta de reconvertir el Palacio también generó polémica y el analista Hugo Otero dijo que “transformarlo en museo va a requerir una fortuna”.

El anuncio de la reforma constitucional intranquilizó a los empresarios, aunque ya era una promesa de campaña del maestro rural de Cajamarca. Para el titular de la central empresarial peruana, Confiep, Óscar Caipo, la reforma causa “más inestabilidad” y “un clima de desconfianza” hacia el gobierno.

Castillo reiteró en su primer mensaje que no hará expropiaciones, aunque aclaró que promoverá un “nuevo pacto con los inversores privados”.

El mandatario tiene el desafío de reactivar una economía fuertemente golpeada por la pandemia, que se hundió 11,12% en 2020, así como acabar con las convulsiones políticas que llevaron al país a tener tres presidentes en noviembre de 2020.

Horas después del juramento de Castillo llegó a Lima el canciller del gobierno venezolano de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza. Su visita marca un giro en la política exterior de Perú, que en 2019 reconoció al opositor Juan Guaidó como gobernante interino venezolano, igual que otros sesenta países.

Venezuela fue tema recurrente en la campaña del ballottage, pues la candidata Fujimori decía que su adversario pretendía seguir los pasos de Maduro. Castillo ha negado ser “chavista” o querer copiar el modelo venezolano.

Cae la Bolsa y se dispara el dólar

La Bolsa de Lima caía más de 6% este viernes y el dólar superaba por primera vez los cuatro soles, después de que el nuevo presidente Pedro Castillo designara su gabinete sin llenar el puesto clave de ministro de Finanzas.

El Índice S&P/BVL Perú General, el más representativo de la Bolsa limeña, caía 6,24% hacia el mediodía y el dólar se transaba en 4,06 soles, tras cerrar en 3,92 soles el martes, antes de dos días feriados por las fiestas patrias.

El precio del dólar viene incrementándose en Perú por la incertidumbre política desde los días previos a la primera vuelta electoral del 11 de abril, en la que Castillo dio el batacazo entre 18 candidatos a la Presidencia. A fines de diciembre el dólar se cotizaba a 3,62 soles.

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