Florencia Peña y su autocrítica: "Soy de amianto"

la tiene como protagonista jugando precisamente ese rol y que se llama, claro, La panelista.

Rodada antes de la pandemia, el filme del que también forman parte Campi, Soledad Silveyra, Favio Posca, Diego Reinhold y Gonzalo Valenzuela, entre otros, llega a los cines este jueves 5 de agosto. Por esas casualidades de la vida, Campi también terminó siendo parte de Flor de equipo junto a Nancy Pazos, Marcelo Polino, Noe Antonelli y Paulo Kablan, todas las mañanas.

Marcela Robles, el personaje que interpreta Peña en la película, trabaja como panelista de un programa de televisión y está desesperada por su imagen y por lograr cierto reconocimiento en su carrera. Pero en su ambición por trepar, Marcela se enfrenta a un incidente que empieza como una situación aparentemente controlable, y que de pronto se desborda y cambia todo el rumbo de la historia.

Una historia de las muchas en la tele

-Esta mujer y también otros personajes parecen capaces de hacer cualquier cosa con tal de llamar la atención y conseguir un espacio propio en la televisión. ¿Qué te atrajo de la historia y de Marcela, tu personaje?

-Ese esquema me pareció interesante porque hay algo muy actual que plantea la película y que es hasta dónde se puede ir con tal de tener una primicia. Además, me encanta que la historia parece rumbear para cierto lado, pero después gira y se vuelve impredecible.

En cuanto a mi personaje me gustó que fuera bastante distinto a lo que se ve de mí habitualmente. Marcela habla bastante poco,por ejemplo, y es un desafío como actriz encontrar colores nuevos, correrme un poco de esos personajes más de caricatura y mostrar que puedo hacer otras cosas también.

-La panelista tiene rasgos de humor, pero también un lado bastante oscuro, inesperado.

-Hay bastante humor en ella, pero no por el lado del chiste al que hay que ponerle el cuerpo y también atraviesa varias situaciones muy dramáticas, al límite. Me enganchó mucho ese doble juego de la propuesta de Maxi, el director, a quien conozco hace muchos años. Le encontré algo del español Alex de la Iglesia a esta historia y a este personaje que se enfrenta a algo que podría pasarle a cualquiera y ver cómo reacciona ante una situación extrema.

La era de los opinólogos

-La película plantea una mirada crítica a gran parte de la televisión actual, en donde todos opinan de todo y se busca la primicia a cualquier precio.

-Es muy reconocible, sí. Lo que se dice siempre que la tele es una auténtica picadora de carne y que reacciona y cambia según las respuestas del público. Es muy salvaje en ese sentido la tele de hoy. Y la peli refleja muy bien esa cosa descarnada, de personajes con doble cara. Es triste también porque en el medio, se afecta también a los que laburan detrás de cámaras, por ejemplo.

-Estás acostumbrada a la televisión con ficciones y ahora, sumaste un nuevo rol como conductora con panelistas en tu programa. ¿Qué es lo más interesante de ese formato?

-Es un formato que te obliga a adaptarte. Pero yo soy de amianto, donde me tirás, echo raíces y florezco. Soy conciente que no es tan fácil pertenecer a la tele de hoy. Podés tener una gran idea, supuestamente, pero si no prende en el público, te metés todo en el culo. Eso no pasa en otros rubros. Si una película o una obra de teatro no funcionan, a lo sumo se bajan de cartel pero no le cambiás el contenido para adecuarla al gusto del televidente.

-Es muy feroz la televisión en ese sentido.

-Claro, todo está super expuesto y la atención termina estando en un solo lugar, en esa desesperación por el rating que, para mí, no es lo más importante.

-¿Cómo lo vivís en lo personal en tu día a día?

-Es un tira y afloje raro, tratar de amoldarse un poco para que la cosa funcione pero a la vez no dejar de ser una misma. Para mí es casi como un experimento tratar de entender qué pasa del otro lado de la pantalla. Pero lo que sea te lo tenés que bancar, son las reglas del juego.

-Pero a veces esas reglas son muy duras.

-Es durísimo, porque hay tantas variantes que no nos pertenecen. Creo que lo más importante es ser lo más auténtica posible con una misma. Yo capitalizo todo eso en esta nueva etapa de mi historia clínica, digamos, en este rol de conductora de la mejor manera y siento que estoy aprendiendo.

-¿Compiten en vos la actriz y la conductora o no hay diferencias a la hora de enfrentar el trabajo?

-La conducción me tiene muy contenta, es algo que tengo por desarrollar todavía pero la actriz siempre está ahí, eh. Aviso por las dudas. Soy un poco todo. Y eso también se ve en la conducción, porque el programa te obliga a pasar de un tema a otro, de un clima a otro. Pero como a mí me atraviesa el humor hasta en las situaciones más trágicas, tomo lo que pasa en el programa como parte de lo que también me sucede en la vida. Además, algo fundamental es que hay un grupo muy sólido y cada uno aporta desde su personalidad y su trayectoria.

-Con tu rol en la televisión y también con tu actividad desde las redes sociales, te exponés a muchas críticas. ¿Cuánto te afectan?

-Siempre me la banqué. ¿Cómo es eso de que si te gusta el durazno tenés que bancarte la pelusa? Bueno, algo así. En los 40 años de profesión que llevo, nunca tuve que ceder para que me quieran. Uno va encontrando las nuevas maneras de comunicarse y hoy me siento comunicadora. Y lo mejor que tengo para dar es lo que yo soy.

-Como conductora, ¿extrañás a la Florencia actriz?

-Desde que empezó la pandemia, dejé de actuar y yo necesito actuar porque me sana, es algo mucho más profundo que mi profesión. Cuando no hay proyectos, te digo que me actúo encima. Pero por suerte, ahora tengo varios: una película con Benjamín Vicuña y otra que me super entusiasma, la versión cinematográfica de Más respeto que soy tu madre, con la que estoy alucinada.

-Recién hablabas de tus 40 años de carrera. Empezaste a los siete años en la profesión, ¿cómo ves tu camino hasta acá y cómo te lo imaginás a futuro?

-Yo me siento feliz porque, más difícil que hacer un gol y pegarla, es sostenerse, sobre todo después de tantos años. Pero soy productiva y armo mis propios proyectos. Eso no quiere decir que no espero que me llamen, es más, me pone muy contenta que me convoquen para trabajar. Pero uno hace lo que sea, y lo entrega. No es cuestión de complacer porque si no, no sería arte. Si gusta o no lo que hacés, ya es otra cosa. Pero el tema pasar por ser auténtica.

Además de la televisión, las películas por estrenar y filmar, Florencia prepara para más adelante, un proyecto teatral para el cual "quiero estudiar y superar mi propia marca, que sea algo bien distinto a lo que hice hasta ahora". Además, sigue adelante con F de Flor, la marca con la que comenzó a trabajar el año pasado, en plena pandemia, como emprendedora. "Empezamos haciendo ropa pero eso fue solo el inicio. La intención es producir contenidos variados, de todo un poco. A veces las cosas empiezan de una manera y después siguen de otra. Hay que saber surfear la ola y fluir".

Y sobre la visita al Presidente Alberto Fernández en Olivos durante al confinamiento, declaró que fue por el tema de la merma en el trabajo de los actores y que no tiene nada que ocultar,

Entre tantas actividades, Flor también reparte su tiempo como madre de tres hijos: Tomás, de 18; Juan, de 12 y Felipe, de 3 años. Muchas veces, Juan participa de Flor de equipo y opina de todo un poco con mucha soltura. "Me divierte, es picante. Como mamá, obviamente los guío y los acompaño, pero también tengo una relación de humor con ellos y me dan vuelta como una media", dice.

-¿Son críticos con vos y tu exposición?

-Ellos la tienen muy clara. Cuando algunos me critican porque dicen que muestro demasiado mi cuerpo y que no pienso en mis hijos, les digo que ellos tienen la cabeza más abierta que yo. Yo los sufro a ellos, no ellos a mí. En casa todo se da desde un lugar de mucha libertad. Son niños, por supuesto, pero ellos no me pertenecen; los banco y los disfruto.

WD

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