Mientras espera pegar el salto en Hollywood, Scott Adkins llega a la TV con otro de sus antihéroes

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“Tal vez algún día Hollywood me dé la oportunidad que merezco”. Scott Adkins exhibe una autoestima envidiable: a los 45 años no se conforma con la apreciable cantidad de

admiradores que tiene en el mundillo de las películas de acción y artes marciales, y sigue confiando en que algún día dará el salto definitivo a la industria grande.

Este domingo 1° de agosto estrena Legado de mentiras, por la pantalla de Space.

Aquella frase es de hace dos años, cuando DC Films estaba buscando al nuevo Batman. El elegido fue Robert Pattinson, pero antes hubo una campaña para que Adkins se hiciera del papel. El operativo clamor incluyó la filtración de la prueba que había dado en 2013 para Batman v Superman: El origen de la justicia. Aquel trabajo fue para Ben Affleck.

“Hice pruebas para muchos papeles que no conseguí. De hecho, como actor no conseguís la mayoría de los papeles para los que te presentás. Así es cómo funciona”, nos dice ahora el británico, con la templanza de un verdadero héroe de acción, vía Zoom.

Llega a Space "Legado de mentiras".

Llega a Space "Legado de mentiras".

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De Bourne a Dr. Strange 

Ya tuvo algunas oportunidades en megaproducciones. Fue, por ejemplo, uno de los circunstanciales villanos en Bourne: El ultimátum, cierre de la trilogía original basada en los libros de Robert Ludlum y protagonizada por Matt Damon.

“Fue en 2007, cuando todavía estaba empezando a entender la industria. Sabíamos que iba a ser la película más taquillera del verano siguiente. Matt Damon fue realmente muy amable, un gran tipo, y estaba muy bien en el papel. Yo me sentía feliz reconoce- de estar en una película grande. Era un papel chico, pero una producción enorme, así que era parte de ir ascendiendo por la escalera”.

Pero los siguientes peldaños no derivaron en el ansiado protagónico. Le tocó ser el peor Deadpool de la historia en Wolverine, de 2009 (“Cuando llegué y vi el arte conceptual del personaje con la boca cosida, los ojos láser y las garras que sobresalían… Pensé: esto no va a salir bien”); tuvo un pequeño papel en Los indestructibles 2; y una pelea contra Benedict Cumberbatch en Doctor Strange

Por eso sus admiradores se quejan de que está infravalorado y desaprovechado. Él está de acuerdo: “Es así. Es Hollywood: está hecho de empresarios que toman decisiones. Y no para los fans, sino para sí mismos”. ¿Lo perjudicará su aire a Affleck y Ryan Reynolds?

Los hombres de traje y corbata, dice sonriendo, tienen la respuesta a por qué todavía no tuvo un papel consagratorio: “Deberías preguntarles a ellos”.

Scott Adkins en "Legado de mentiras", que se estrena el domingo.

Scott Adkins en "Legado de mentiras", que se estrena el domingo.

Así que Adkins sigue esperando una revancha de alto perfil, dentro de lo posible en DC o Marvel. “Sería un gran negocio. Crecí con las historietas de Marvel, era un gran fanático, especialmente de Spider-Man, así que me encantaría estar ahí. No soy estúpido, sé que eso significaría tener una carrera muy exitosa y ganar mucho dinero. Pero desafortunadamente me desperdician en las películas grandes”.

De todos modos, no está resentido por ver a estrellas como Tom Cruise, Liam Neeson o Keanu Reeves protagonizando películas de acción en lugar de especialistas como él.

“Estoy bien con eso”, dice. “Tomemos el caso de Keanu Reeves: merece totalmente estar donde está, por el esfuerzo que puso. Se estuvo entrenando durante diez años en jiu jitsu en la academia 87Eleven, y las horas y horas que puso en su entrenamiento se pueden ver en la pantalla”.

“Tom Cruise hace sus propias escenas de riesgo, se cuelga de un avión... ¿Cuántos actores están haciendo eso? Ninguno, él es el único. Se lo merece absolutamente. Liam Neeson, en la primera Taken (Búsqueda implacable) hizo un trabajo fantástico, poniendo mucho esfuerzo físico. Después de todo, fue boxeador durante mucho tiempo. Si ponés esfuerzo, te lo merecés. Es fácil ver quiénes no se esfuerzan”.

Keanu Reeves en su personaje de John Wick.

Keanu Reeves en su personaje de John Wick.

Legado de mentiras

Por ahora, Adkins se mantiene, valga la contradicción de términos, como una estrella de nicho. Ahí acumula éxitos que tal vez no pasaron por los cines, como la franquicia Invicto o Legado de mentiras, que se estrena este domingo 1ro de agosto en el canal Space. Ahí es Martin Baxter, un antiguo espía del MI6, acechado tanto por sus ex jefes como por la inteligencia rusa.

Una nueva oportunidad de hacer su papel favorito: el antihéroe. Es decir, un alguien que quiere hacer el bien, pero “excede los medios lícitos” y “está centrado en el bien particular, sin olvidar el bien común”, según la definición del catedrático español Nahum de La Vega Morell.

“No me gusta hacer del virtuoso, de ese personaje que sabés que es bueno. La gente real en la vida real es compleja, tiene diferentes facetas, buenas y malas. Así que el antihéroe es un poco más complejo, un poco más oscuro".

"Mi personaje en Legado de mentiras es así. Por ejemplo, no es el mejor padre, pero él piensa que le está dando a su hija de 12 años lo que ella necesita, como enseñarle a disparar un arma y a vivir como una espía. Es complejo, y me atrae ese tipo de personajes”.

Scott Adkins en "Legado de mentiras".

Scott Adkins en "Legado de mentiras".

-¿Te gustaría hacer papeles que no fueran de acción, en un drama o una comedia?

-Le estás hablando a un tipo que actuó en La noche más oscura (Kathryn Bigelow, 2012). Mi primer trabajo fue en una telenovela británica, sin patadas. También estuve durante seis meses en Holby City, una serie de la BBC, haciendo del asistente del director de un hospital. Amo el arte de la actuación. Pero me apasionan las películas de acción, y soy bueno en ellas. Así que ésa es mi prioridad.

El arte de la acción

Adkins tiene su propio canal de YouTube. En The art of action (El arte de la acción), que acumula 781 mil suscriptores, entrevista a expertos en artes marciales que llevaron sus habilidades al cine. Ahí intenta desentrañar las claves del arte de dar piñas y patadas en pantalla. Él da la suya: “La actuación viene primero”.

“Si no podés hacer que el público se enganche con tu personaje y crea en las circunstancias de lo que le está pasando, todo es para nada. La actuación es primordial. Y, además de ser un buen actor, tenés que poder hacer tus propias peleas y escenas de riesgo. Entonces no rompés el hechizo, no tenés que recurrir a dobles y el público puede seguir metido en la historia. Ése es el secreto”.

-Imagino que no te gusta el uso de efectos especiales y CGI en las peleas.

-En las peleas no, porque no hay una necesidad real. Pero depende de la historia. Si estás tratando de hacer Spider-Man, no tenés elección: es la única forma en que se puede hacer. Vimos la serie de los ‘80, que era artesanal, y no puede compararse a las películas. Igual, prefiero las películas de acción que son más realistas y ásperas.

-¿Es comparable la coreografía de una pelea a una de danza?

-Sí, absolutamente. Es más: probablemente tenga más en común con la coreografía de danza que con las peleas reales, porque estás trabajando con un compañero y no contra él, por más que eso sea lo que se quiera mostrar en la película. Están unidos para crear diferentes formas para la cámara. Cuanto más cómodo se sienta uno con el otro, lo podrán hacer lucir más intenso y veloz.

-¿Qué consejo le darías a alguien que se ve involucrado en una pelea y no sabe pelear?

-Si no sabés pelear, mejor corré: por ahí el otro tipo no te corra. Pero si no tenés opción, es decir que va a ocurrir y estás seguro de que no hay escapatoria, pegá primero, pegá fuerte y después salí de ahí.