Segundas dosis: ya aplican 155% más por día, pero la fecha en que saldarían el déficit alarma

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La ministra Carla Vizzotti aseguró en varias oportunidades durante la última semana que agosto será “el mes de las segundas dosis”. Luego aclaró: para que el 60 por ciento de los

mayores de 50 años esté cubierto. ¿Qué sucederá con el resto de la gente?

Para completar los esquemas de todos aquellos que hoy tienen una sola vacuna aplicada se necesitarían -en base al promedio cotidiano actual de inoculaciones- además de agosto también los meses de septiembre, octubre y parte de noviembre: un total de 110 días.

El ritmo de las segundas dosis muestra, efectivamente, un fuerte incremento. Mientras que hasta el 18 de julio el promedio diario de segundas dosis era de 63 mil inyecciones, ahora trepó a 161 mil. Esto es un 155 por ciento más. Este miércoles, por primera vez, fueron aplicadas más segundas dosis que primeras: 219.724 contra 192.498.

Si esta tendencia se profundiza, la demora para llegar a todos los que esperan la segunda podría ser menor. Ese aumento, sin embargo, no implicó una suba en la cantidad total de dosis aplicadas. El promedio cada 24 horas sigue siendo casi el mismo que entonces: 342 mil contra 344 mil.

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Lo que cambió fue que la cantidad de primeras dosis inoculadas bajó en el mismo periodo un 35 por ciento: de 279 mil a 182 mil. La priorización de las segundas dosis es eso, privilegiar éstas con respecto a las primeras. Es decir, resignar la posibilidad de avanzar más rápido en la inmunización de la población con al menos medio esquema, para poder cubrir con el esquema completo, lo antes posible, a los grupos de mayor riesgo.

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La curva de la vacunación

Día por día, las dosis aplicadas en Argentina.

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Fuente: Monitor Público de Vacunación Infografía: Clarín

La ecuación cambió a partir de la aparición de la variante Delta en la brújula argentina. Hasta entonces, el Gobierno prefirió transformar su escaso arsenal contra el Covid, casi de forma excluyente, en primeras dosis. La idea era evitar la enfermedad grave y las muertes en una mayor cantidad de personas. Ahora que la variante que nació en la India ya sobrevuela el aire local, contagiarse empezará a ser mucho más fácil y para combatir ese peligro son necesarias las dos dosis.

La política de acelerar las primeras dosis, que se decidió en marzo, generó durante cuatro meses -toda la segunda ola- una enorme brecha con las segundas dosis aplicadas: uno de los desfases más significativos del mundo. Con esa decisión el Gobierno logró llegar a fin de julio con el 55 por ciento de los argentinos vacunados con una dosis, pero sólo el 15 por ciento inoculados con dos.

Esto implica que el país parte desde muy atrás en su voluntad de ponerse “al día” con las segundas dosis, y demasiado sobre la fecha en que la variante Delta empieza a coquetear con la circulación comunitaria, aunque las autoridades todavía prefieran no llamarlo de esa manera. Como sea, se trataría de casos autóctonos al no habérseles podido encontrar nexo epidemiológico con viajeros.

Otros países que también habían decidido en el comienzo de sus campañas de vacunación priorizar las primeras dosis fueron Inglaterra y Canadá. Pero luego consiguieron achicar la brecha mucho más rápido. Al día de hoy, el 69 por ciento de los británicos tiene una dosis y el 56 por ciento, las dos. En el caso de los canadienses, el 72 por ciento tiene una dosis y el 59 por ciento, ambas.

Inyecciones para inocular a los Argentinos. Faltan recursos humanos para acelerar. Foto: Los Andes

Inyecciones para inocular a los Argentinos. Faltan recursos humanos para acelerar. Foto: Los Andes

Es llamativa la velocidad con la que sobre todo Canadá ha logrado recuperar el terreno perdido en segundas dosis durante los primeros meses del año. El 17 de mayo, Clarín había consignado que menos del 10 por ciento de los canadienses había recibido los esquemas completos de vacunación. Hoy, casi tres meses después, Argentina en esa materia está apenas seis puntos porcentuales mejor que lo que estaba entonces Canadá.

Si se considera que recién el 15 de noviembre los argentinos que hoy tienen una dosis de la vacuna contra el Covid podrían tener aplicadas finalmente ambas, se trata precisamente de eso: sólo de los 25,6 millones de ciudadanos que hasta el día de hoy fueron inmunizados con una dosis, de los cuales sólo 7,6 millones tienen las dos.

Eso implica que, mientras tanto, se seguirán sumando personas que reciban su primera dosis. Si se lo calcula con el promedio diario actual, de 182 mil primeras dosis por día, el plazo previsto de 110 días arrojaría un total de 20.202.000 personas más. Si no habilitaran en los próximos meses la vacunación para menores de 12 años -o entre 12 y 17 sin comorbilidades-, la cuenta debería terminar antes porque de otro modo incluiría, sin asidero, a la totalidad de los argentinos.

El tiempo que demandará completar las segundas dosis pendientes podría acortarse, claro, si el promedio diario de inoculaciones aumenta, ya sea quitándole aún más protagonismo cotidiano a las primeras dosis o si se lograra incrementar el total de vacunas que la Argentina aplica cada 24 horas. Hay bastante para ganar aún, por ejemplo, durante la flaca performance de los fines de semana.

Gente que concurrió para la segunda dosis, este miércoles, a un vacunatorio mendocino. Foto: Los Andes

Gente que concurrió para la segunda dosis, este miércoles, a un vacunatorio mendocino. Foto: Los Andes

A la vez, el cálculo más optimista supone que sigan arribando al país, a ritmo sostenido, nuevos lotes de vacunas, sobre todo del laboratorio AstraZeneca, ya que el stock más caudaloso actualmente es de Sinopharm. En lo inmediato, las previsiones del Gobierno no incluyen nuevos lotes de la de Oxford, un dato importante si se la tiene en cuenta como eventual reemplazo del segundo componente de la Sputnik V.

¿Por qué no se puede escalar todavía más en la vacunación? ¿Por qué hay que dejar de dar primeras dosis para aplicar más segundas? Fuentes bonaerenses explicaron que el principal problema es la falta de enfermeros. “Para aplicar más segundas dosis no hay más remedio que bajar la cantidad de primeras”, explicó un vocero de uno de los principales municipios de la Provincia.

Es el corolario de la lentitud que condujo la campaña de vacunación desde su comienzo en diciembre, por un problema que en realidad es multicausal. Desde ya, el desparejo arribo inicial de vacunas. Pero también “hay gente que hasta el día de hoy no está enterada que se habilitó la vacunación libre en el Conurbano”, explicaron desde el mismo municipio.

Antes de que se habilitara la vacunación libre, el problema de conectividad de muchos vecinos complicaba que se inscribieran, como así también la recepción del turno on line. Inconvenientes, en suma, que excedieron durante 2021 la escasez de dosis y no escapan a los problemas que arrastra el país desde la época en que no existía el Covid.

PS