Seis millones de chicos de hasta 14 años de edad viven en hogares pobres

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El aumento de la pobreza del 34,6 al 39,5% entre el primer trimestre de 2020 e igual período de 2021 se explica porque se aceleró la inflación con la caída

del poder de compra de buena parte de la población que afectó a todos rangos de edades.

Las niñas y niños menores de 14 años son los más golpeados. En ese segmento la pobreza saltó en un año del 51,2 al 53,6% y afecta a 6 millones de chicos. De todas maneras, en proporción subió más entre los adultos mayores de 65 años: casi se duplicó, subió del 7,8 al 15,1%  ( 800.000) . Eso se atribuye a la caída del poder de compra de las jubilaciones y pensiones.

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Esos datos surgen del procesamiento de los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que el INDEC difundió el miércoles y que marcan que más allá de los desocupados, por los bajos salarios e ingresos reales, un tercio de los ocupados es pobre.

Por rango de edades, la pobreza sobresale entre los menores de 14 años que subió del 51,2% al 53,6%, entre los adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años del 42,4 al 47,5%. Entre 30 y 64% del 30,3% al 34,2% y más de 65 años del 7,8 al 15,1%. Ningún grupo etario pudo escapar a la pérdida de ingresos o deterioro social.

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La pobreza infantil – menores de 14 años - suma casi 6 millones de chicas y chicos que viven en hogares que no tienen ingresos suficientes para comprar una canasta “de pobreza”, a pesar del cobro por las familias pobres de las ayudas sociales. Entre otras, la Asignación Universal por Hijos (AUH) que abarca a 4,4 millones de chicos y adolescentes menores de 18 años, la tarjeta alimentaria y otras ayudas sociales.

En consecuencia, sin esos planes sociales, la pobreza en particular entre las familias con chicos superaría el 60%.

La pobreza infantil viene en ascenso ininterrumpido desde el segundo semestre de 2017 cuando arrojó un 39,7%. Ese dato equivalía entonces a 4,3 millones de chicos. En la segunda mitad de 2019 saltó al 52,3% (5.700.000) chicos pobres. Y al 57,7% en el segundo semestre de 2020. El pico se alcanzó en el cuarto trimestre del año pasado con el 62,9%.

El 53,6% del primer trimestre es inferior a las cifras de fines de 2020 por la incidencia del medio aguinaldo, que se registra en los meses de enero y julio. Por eso, lo correcto es comparar el primero y tercer trimestre, por un lado, y el segundo y el cuarto, por el otro.

La mayoría de esos chicos vive en hogares sostenidos por desocupados, trabajadores formales precarios e informales, subocupados y cuentapropistas que también se desempeñan en la informalidad, sin la cobertura de la seguridad social y que son mayoría entre los que en los últimos meses perdieron el empleo. Todo lo cual amplía la persistencia y la dimensión de la pobreza.

Por esas razones, además de los desocupados, encabezan el listado de ocupados pobres, el 49,1% de los asalariados no registrados. Le sigue el 42,9% de los cuentapropistas- un sector con altos niveles de informalidad. Y el 15,6% de los asalariados formales o registrados ante la Seguridad Social. Así, empleos formales o informales mal remunerados, el trabajador y su familia obtienen ingresos insuficientes.

En el caso de los mayores de 65 años, el aumento de la pobreza se explica porque en el primer trimestre de 2020, se otorgaron bonos a los jubilados y pensionados de haberes mínimos y a los beneficiarios de la AUH – los que ayudaron en la medición del año pasado- que no se repitieron en igual período de 2021.

Además, las jubilaciones y pensiones registraron a marzo un alza interanual del 29,4% cuando la inflación interanual promedio del trimestre fue del 40,6%. Y la canasta de pobreza aumentó el 42,2%.

Para compensar en parte esa pérdida, Gobierno otorgó en abril y mayo bonos de $ 1.500 a los jubilados y pensionados de haberes mínimos.

Resistencia, con el 53,9% encabeza el ranking general de pobreza frente al 45,9% un año atrás. En el conurbano bonaerense subió del 39,8% al 44,4%.( 5,5 millones)