El gerente del PAMI acusado de violar a una empleada dijo que los encuentros fueron "consentidos"

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Roberto Barreto (37), el funcionario de PAMI en Misiones denunciado por violación declaró ante la Justicia y aseguró que las relaciones sexuales con la denunciante, una joven de 23

años, fueron "consentidas". Y dijo que puede probarlo a partir de los mensajes de WhatsApp que intercambió con la mujer.

El hombre, que estuvo prófugo casi una semana, dijo que los encuentros sexuales se concretaban en su oficina y que todo se complicó cuando el novio de la joven descubrió la infidelidad.

Rodolfo Barreto, de 37 años, incluso dijo que mantenían una relación amorosa con la chica, que trabaja para una empresa de limpieza.

El acusado entregó a la Justicia su teléfono celular, donde guardaría las conversaciones que mantuvo con la denunciante en las semanas previas a la denuncia.

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Voceros judiciales dijeron que esta semana se completaría la pericia para determinar si los mensajes son reales y efectivamente corroboran los dichos del imputado, que sigue detenido.

La investigación contra Barreto, un militante de La Cámpora que fue nombrado en mayo del año pasado director de recursos humanos de la oficina Posadas del PAMI, se disparó el pasado 19 de agosto, cuando la joven se presentó en la Comisaría de la Mujer y relató un caso de abuso sexual con acceso carnal.

En su presentación relató que en los primeros días del mes de agosto, al atardecer, Barreto le pidió que fuera a su oficina para hacer la limpieza. Apenas ella traspuso la puerta, el hombre cerró con llave y se le abalanzó.

“Me empezó a manosear y yo intento sacarme”, sostuvo en su denuncia. Barreto la tomó de los brazos con fuerza, le bajó el uniforme y la violó. La víctima dijo que en todo momento se burlaba de ella.

“Me dijo que era un rapidito”, sostuvo en la denuncia. Apenas pudo, la empleada se acomodó el uniforme y escapó de la oficina en estado de shock.

En su relato, la chica dijo que los malos tratos y amenazas de Barreto eran una constante. Siempre le advertía que no hiciera ruido porque podía dejarla sin trabajo. La mala relación también se extendía a los empleados de la obra social.

Unos días posteriores del ataque, Barreto habría intentado volver a abusar de la joven, esta vez en el subsuelo, pero pudo escapar. Después de estos hechos logró que la empresa le cambiara de lugar de trabajo.

El abuso denunciado ocurrió en momentos que el edificio permanece cerrado y sólo algunos funcionarios políticos permanecen en sus oficinas. En la planta baja existe una custodia policial pero el abuso se cometió en el tercer piso, según la presentación de la mujer.

GL