"Se llevaban bien": qué dicen los vecinos del argentino acusado de matar a su hijo para vengarse de su mujer

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Parecían ser una familia feliz. Eso dicen los vecinos.

Martín Ezequiel Alvarez Giaccio, el argentino prófugo acusado de haber asfixiado a su bebé, solía pasear por el barrio de

Parecían ser una familia feliz. Eso dicen los vecinos.

Martín Ezequiel Alvarez Giaccio, el argentino prófugo acusado de haber asfixiado a su bebé, solía pasear por el barrio de

Sants Badal, en Barcelona, junto a quien era su pareja, la francesa Aurelie, y el pequeño Leo, de dos años y 9 meses, al que habría asesinado para vengarse de su mujer.

“Se los veía juntos, se llevaban bien, no se los escuchaba discutir. Salían por la calle con el carrito del nene, que era muy cariñoso”, dice a Clarín Amanda, una vecina que lleva más de cuatro décadas en el edificio de la calle Arizala al que los Alvarez Giaccio se habían mudado hace unos tres años.

Hoy el edificio está custodiado día y noche por un patrullero de la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, que vigilan la puerta de ingreso y el estacionamiento de enfrente, donde quedó el auto de Alvarez Giaccio, un economista de 44 años con doble ciudadanía argentino-española.

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Vista de la casa donde vivía en el segundo piso la familia de Álvarez Giaccio. Foto Cézaro De Luca

Vista de la casa donde vivía en el segundo piso la familia de Álvarez Giaccio. Foto Cézaro De Luca

El argentino, su mujer francesa y el bebé vivían en uno de los cuatro departamentos del segundo piso de la calle Arizala hasta hace unas semanas, cuando Alvarez Giaccio se fue del hogar contra su voluntad. Su mujer le había planteado la separación pero el argentino no lo aceptaba.

“Eran muy buenos vecinos, según me cuentan unas clientas que viven allí”, comenta la vendedora de la tienda para mascotas Pet Wash, de la esquina de Arizala y Avinguda de Madrid.

Prófugo. Interpol libró una notificación roja contra el argentino.

Prófugo. Interpol libró una notificación roja contra el argentino.

Ya no sólo lo buscan las fuerzas de seguridad españolas. Interpol libró una notificación roja con un pedido de captura porque se lo considera “prófugo buscado para un proceso penal”.

El martes 24 de agosto, el argentino pasó a buscar a su hijito “para dar un paseo”. Se alojó con el nene en la habitación 704 del hotel Concordia de Barcelona, sobre la Avinguda del Parallel, donde Alvarez jugó, filmó y fotografió a su bebé en la pileta, dijeron otros huéspedes del hotel que luego lo reconocieron en los avisos de búsqueda.

“Buscamos a Martín Ezequiel Alvarez Giaccio como persona relacionada con la muerte de su hijo en Barcelona. Si tienes información llama al 112”, dicen los carteles con un retrato del argentino que los Mossos d’Esquadra hicieron circular por la ciudad, el aeropuerto y las estaciones de trenes y micros.

El hotel Concordia, donde fue asesinado el nene. Foto: Cézaro Luca

El hotel Concordia, donde fue asesinado el nene. Foto: Cézaro Luca

Según figura en el informe de Interpol, “sobre las 21.21 mantuvo una conversación con su mujer con la que se encuentra en trámites de separación, alertándole de que en el hotel Concordia se iba a acabar todo”.

“Te dejo en el hotel lo que te merecés”, fue el último mensaje que Alvarez le mandó a la mamá de su hijito.

Cuando la mujer y la policía llegaron al Concordia, el nene estaba muerto y su padre había escapado. Su fuga dentro del hotel quedó registrada en las cámaras de seguridad y algunos clientes de una bodega ubicada en la calle lateral contaron a este diario cómo lo vieron descolgarse por los balcones de los edificios vecinos hasta que bajó por un caño de gas, cayó de espaldas a la vereda y huyó.

Martín Ezequiel Alvarez Giaccio nació en Buenos Aires en julio de 1978. Cuenta con documentación española que renovó en 2019 y está vigente hasta 2029. Con ella podría moverse sin control terrestre por el espacio de libre circulación dentro de la Unión Europea conocido como Schengen.

“Ella no está en casa. Estará con parientes y amigos. La deben tener sedada”, dicen las vecinas Amanda y Aurora.

“Pobre mujer. Qué tragedia. Encima tuvo que ser ella misma la que reconociera el cuerpo del niño”, se compadecía ante Clarín una oficial de los Mossos d’Escuadra que en estos últimos días tuvo que hacer guardia en la puerta.

Barcelona. Enviada especial

AS