Acusado de lavar plata narco y en medio del llanto: "¿Ustedes creen que estaría vivo si hubiese operado con esta gente?"

argentinos.

“¿Ustedes creen que yo estaría vivo si hubiese operado con esta gente?”, le preguntó, quebrado, al Tribunal de Bahía Blanca que lo juzga desde marzo por intercambiar bitcoins por dólares, presuntamente originados en la venta de drogas.

“¿Me van a dejar cuatro años vivo para venir y declarar acá y me van a dejar hablar?”, siguió el broker con sus interrogantes dirigidos a los jueces Pablo Díaz Lacava, Pablo Larriera y Pablo Candisano Mera.

“Probablemente estaría como el otro imputado Naged Ramírez al que lo mataron en pleno juicio en Belgrano”, comparó al finalizar la última audiencia del debate en torno al caso Bobinas Blancas.

Iniciada en marzo de 2017 a partir de un dato de la DEA, la investigación derivó en junio de ese año en varios allanamientos en Bahía Blanca, Mendoza, Chaco, y Capital Federal con el secuestro de cerca de 2 toneladas de cocaína, oculta en bobinas de acero y bolsas de arpillera.

Un cargamento disimulado de igual manera y que había salido del país y realizado una escala en México, fue secuestrado al desembarco de un buque carguero en Montreal, Canadá.

Con toda la cocaína secuestrada, que aunque no se pudo determinar su origen habría ingresado al país desde Chile, se hubieran podido distribuir unas 15 millones de dosis, según estimó la fiscalía.

La investigación no pudo dar con los cabecillas que operarían desde Michoacán, México. Los procedimientos derivaron en la detención de más de una decena de personas, entre ellas García. 

Al año siguiente, ocho acusados fueron elevados a juicio. En esa instancia estaba el expediente, cuando el colombiano Naged Ramírez, junto a su hijo, fue ultimado en un departamento de la Capital Federal. Por el doble homicidio, están juzgando a su abogada, sospechada de abrirle la puerta al sicario que mató a los Ramírez.

“Estos 4 años han sido un desierto lleno de piedras y obstáculos para mí. Este juicio es mi río Jordan”, dijo, místico, García, a quien en un principio lo acusaban de participar de la banda narco. Luego, el juez federal de instrucción de Campana, Adrián González Charvay, le endilgó haber financiado a la banda, a través del intercambio de dólares por bitcoins, su especialidad en el incipiente mundo de las criptomonedas, por aquellos años.

El juicio en su contra es el primero en el que se acusa a alguien de cometer delito a través del intercambio de bitcoins.

El juicio

Imputado de lavado de activos y en libertad llegó García al juicio, iniciado de manera virtual en marzo pasado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca. Mientras los seis acusados de narcotráfico admitieron su culpabilidad en la primera audiencia, el broker optó por defenderse. “Les pido que me devuelvan la vida”, cerró su intervención desde el estudio de abogados que lo asiste.

Previamente, habían leído sus últimas palabras, los otros seis acusados. Desde el Complejo Penitenciario Federal 1 de Ezeiza lo hicieron los tres mexicanos acusados de integrar la banda, liderada por "el licenciado" del cual nunca se supo su nombre. “Yo era un simple empleado, un perejil más que quedó envuelto en todo esto”, comenzó Max Rodríguez Córdova, para quien la fiscalía había pedido 15 años de cárcel.

Lo considera coautor del delito de tráfico de estupefacientes, en su modalidad de almacenamiento, agravado, por la participación de 3 o más personas y en concurso ideal con el delito de contrabando, en grado de tentativa. “Pido perdón a la sociedad por mis errores y a mi familia por haberle fallado”, agregó Rodríguez Córdova, en la línea que siguieron los otros acusados.

Una pena mínima solicitó por su parte Jesús Madrigal Vargas (33), quien dijo que su idea solo era “ayudar a la familia” cuando decidió sumarse a la banda, que habría comenzado sus operaciones en el país en 2014. Para él, el fiscal Gabriel González Da Silva había pedido 14 años de cárcel, al igual que para Gilberto Acevedo Villanueva (33), también mexicano, que se mostró arrepentido y resaltó que la cárcel le ayudó a completar estudios.

Los tres coincidieron en remarcar que los años que llevan en prisión los ayudaron a reflexionar, recapacitar y por eso pidieron a los jueces “una nueva oportunidad”. En el mismo sentido se expresaron los integrantes argentinos de la banda. Desde Mendoza, donde ya están en libertad, lo hicieron los hermanos Marcelo Rafael (47) y Darío Maximiliano Cuello (33), para quien el fiscal pidió penas de 6 y 5 años de prisión, respectivamente.

“Cometimos el error de estar en un lugar equivocado, con las personas equivocadas y solamente pedimos una nueva oportunidad para salir adelante y volver a empezar”, dijo el menor de los Cuello. “Siempre fuimos gente de trabajo, de una situación económica regular y nos tocó vivir este momento donde uno aprende a valorar todo de otra manera”, acotó su hermano mayor.

Desde Necochea, habló Amílcar Martino (61) que, como Marcelo Cuello, afronta un pedido de 6 años de prisión. “La pasamos muy mal en la cárcel y en otras dependencias. Agradezco el respeto que recibimos todos”, dijo desde Necochea, donde inició el juicio bajo arresto domiciliario.

Como lo hizo su abogado en el alegato, Martino aprovechó para solicitar la devolución de los elementos que llevaron de su casa cuando fue arrestado. “Nada de eso tiene que ver con esta causa. Están las computadoras de mis hijos y una camioneta, de la cual me siguen llegando multas porque la están utilizando. Es muy doloroso porque me costó mucho comprarla”, remarcó.

Antes de cerrar el debate, Díaz Lacava convocó a las partes para el próximo jueves a las 13, donde se dará a conocer el veredicto. El tribunal debe responder inicialmente los planteos de nulidad presentados por las defensas que apuntan a la validez de la información aportada por la DEA, la utilización de información obtenida del teléfono de García y el cambio de imputación contra el broker, entre otros.

Bahía Blanca. Corresponsal.

GL